16 de Agosto, 2018

La luthería y el valor de crear instrumentos musicales a mano

Durante el seminario de Patrimonio y Oficios de la Semana de la Madera, Sebastián González dio a conocer su experiencia como luthier independiente, oficio a través del cual construye violines y otros instrumentos en un taller en Valparaíso, rescatando y poniendo en valor antiguas técnicas.

En 2013, cuando Sebastián terminaba su doctorado en Física en Holanda, se cuestionó el hecho de estar por siempre frente a un computador, escribiendo y haciendo cosas que tal vez no tendrían ninguna importancia para el mundo. Fue en ese momento, cuando encontró en los oficios cómo hacer frente a esa falta de sentido.

“Lo que me gusta del oficio es que no es sólo un hacer, sino que en lo que yo hago se revela quién soy y todo el mundo lo puede ver”, reflexiona. “Encontré un lugar donde puedo ser yo mismo, puedo hablar de mí y no sólo de lo que hago”, agrega.

Sebastián González fue uno de los invitados de la última versión de la Semana de la Madera, donde se desarrolló un seminario sobre patrimonio. En él, este doctor en física contó su historia y experiencia de acercamiento a la luthería, oficio a través del cual se crean instrumentos musicales a mano. De esta forma, y de la mano de antiguas tradiciones alemanas y japonesas, su vida dio un giro y hoy se dedica, entre otras cosas, a desarrollar y difundir este oficio en Chile.

Sebastián conoció la luthería por casualidad de la mano de una familia alemana de luthieres que se han dedicado a la fabricación de violines de madera desde la época del Stradivarius, un violín del 1600.

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Así, en 2014 volvió a Chile y armó su propio taller en Valparaíso. Cuenta que lo primero que hizo fue ir a un bosque y hacer un banco carpintero “como corresponde”, con uniones buenas, hechas a mano. “Estamos repitiendo el oficio y el hacer de los europeos en el 1700”, sostiene.

Sin embargo, el ejercicio de González va más allá de un oficio particular ya que se orienta al trabajo manual, a la enseñanza y al uso correcto de herramientas y materiales. “A mí, precisamente, lo que me interesa no es hacer luthería, sino que descubrir cómo es posible generar una tradición y cómo le enseñamos a la gente a que trabaje y desarrolle el oficio”, destaca González.

De esta forma, ha tomado diversas tradiciones y conocimientos para dar vida a Taller Porteño, donde, además de desarrollar la fabricación de violines, ha comenzado a dictar clases de afilado, luthería e introducción a la carpintería japonesa. Ésta última le ha brindado diversas técnicas que ha incorporado a su práctica. “Las herramientas japonesas son la otra pata de mi tradición porteña ecléctica”, afirma.

Gubias, sierras manuales, sierras japonesas, cepillos, obras de arte, formones, un banco carpintero, prensas, afiladores, lijas, limas. Todas estas herramientas conforman el sistema en el cual Sebastián trabaja con la madera, fabrica instrumentos y revive tradiciones que en Chile están cada vez más cerca de desaparecer.

“Me pregunto por qué hacemos esto. Yo creo que tiene que ver con la tradición de los oficios está asociada a la obra maestra, a lo que uno hace al terminar los estudios y yo creo que lo que nos falta en Chile es que nos validemos por lo que hacemos, estemos orgullosos de hacerlo y ese sea un estándar casi objetivo”, concluye.


Escrito por Yuriko Takahashi. Imágenes cortesía de Labor Limae

 

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