Se trata de la intervención del Anticuario Balmaceda, una estructura levantada en los años 30 que hoy alberga a mueblistas y comerciantes.
Mesas, lámparas, libros. En realidad, son cientos de antigüedades las que alberga el galpón ubicado en la esquina de Av. Presidente Balmaceda con Av. Brasil. Se trata de una estructura que en sus inicios funcionó como maestranza de ferrocarriles y que hoy es visitada por miles de personas. Sin embargo, aún le falta dialogar con el espacio público para que todos los santiaguinos reconozcan su valor.
Esa fue la reflexión que hizo Nicolas Tolchinsky y su equipo al desarrollar el proyecto “El Parque de los Antiguos Oficios” con el que recientemente obtuvieron el 3er lugar del Concurso de Arquitectura en la Semana de la Madera 2017.
Estrategias para potenciar y revitalizar un hito arquitectónico
A través diversas estrategias, la propuesta de estos estudiantes de la Universidad de Chile era visibilizar los oficios y las tradiciones culturales que alberga este lugar, potenciando su uso. En palabras de Tolchinsky la idea era “integrar un poco los flujos, sacar un poco el programa del anticuario hacia fuera y transformarlo en un espacio urbano que convoque, que a través de una arquitectura contemporánea se pudiera visualizar lo que ocurría dentro del edificio’”.
De esta forma, “El Parque de los Antiguos Oficios” está compuesto por una nueva cercha de madera que continúa con las líneas preexistentes, pero que además contiene una nueva altura, es decir, una plataforma que permite la circulación de personas en un segundo piso, donde podrán mirar lo que ocurre en la planta baja, pero además contemplar directamente la arquitectura original del edificio.
Junto con lo anterior, y con el objetivo de que este edificio tomara fuerza y no quedara relegado a un plano secundario dentro del barrio, el proyecto contempla una continuidad del mismo hacia el Parque de los Reyes, con un paso sobre nivel.
Lo anterior fue desarrollado como respuesta al poco uso que actualmente tiene la estructura de manera espacial, junto con la circulación de los visitantes que se dirigen en busca de antigüedades.
Por otro lado, el proyecto considera un cordón comercial perimetral en la planta baja, enfrentándose así al espacio público, constituyéndose como una extensión del comercio interior.
Finalmente, y dándole un carácter incluso más contemplativo y que este espacio pudiera utilizarse también con fines didácticos, se consideró además la inclusión de especies nativas, a modo de invernadero, dentro del galpón.
El valor de un material noble
La madera como material más allá de su importancia estructural para la construcción de la cercha y de la pasarela, adquiere relevancia justamente al contrastarse directamente con el acero y los vestigios industriales de este galpón. Así, ambos materiales se embellecen en dicha contraposición.
Por otro lado, también tiene una importancia simbólica ya que finalmente es la materia prima de la gran mayoría de los objetos que atraen las visitas y miradas del público diariamente. “Esta es la casa de la madera, de alguna forma. Aquí los oficios que se generan están todos vinculados con la madera”, reflexiona Tolchinsky.
