A pocos días del fin de año, analizamos cuáles fueron los proyectos que recibieron mayor atención por parte de nuestros lectores. Aquí, un resumen con los cinco diseños que causaron más expectativa a lo largo de esta plataforma.
Rústicas pero innovadoras, apuntando a la vanguardia o a la sustentabilidad: así ha sido la tendencia arquitectónica en Madera21.cl, sitio en el que, durante este año, se exhibió más de un centenar de obras con sobresalientes propuestas estéticas y progresos constructivos. Entre ese cúmulo de proyectos, seleccionamos los cinco diseños que se destacaron entre la muestra 2018, captando la mayor cantidad de visitas en nuestro sitio web.
Esta selección retoma cinco obras que están emplazadas en diversos territorios nacionales y tienen una marcada diferenciación estilística, dada por las distintas firmas de arquitectos y las necesidades particulares tras cada proyecto. Sin embargo, todos estos diseños coinciden en un relato que resulta cada vez más evidente: la madera vive hoy uno de sus momentos de mayor creatividad en cuanto a construcción, con un uso que va en aumento entre las obras más vanguardistas que se están generando desde Chile.
Su utilización como materia central está creciendo entre aquellos proyectos que ahora pretenden innovar en soluciones constructivas: desde su comportamiento antisísmico, acústico y térmico a sus ventajas ecológicas, industrializadas y sustentables, hablan de un valor agregado que está potenciando su empleo entre las obras del siglo XXI.
Prueba de ello es el proyecto que provocó más visitas en Madera21.cl, una obra que nace precisamente de las necesidades habitacionales modernas que el país tiene hoy: desde Chañaral y su reciente aluvión, la idea de construir un barrio ecosustentable encontró en la madera su respuesta más óptima.
1. Barrio Ecosustentable Oasis de Chañaral
Creado por los arquitectos Juan José Ugarte y Andrés Sierra (CIM-UC), y con la promoción del Ministerio de Vivienda y Urbanismo y el Centro UC de Innovación en Madera UC-CORMA, este conjunto habitacional llegó a renovar la vida quienes experimentaron el trágico aluvión de 2015.
En la región de Atacama, el proyecto cuenta con 200 viviendas de edificación continua, de hasta tres pisos de altura, íntegramente construidas en madera industrializada. Se trata del primero de una serie de Barrios Ecosustentables que se replicarán en otras seis regiones del país, sentando las bases de un nuevo estándar para las viviendas sociales.
A la incorporación de nuevas tecnologías y procesos industriales que buscan minimizar el impacto sobre el medio ambiente, se le suman la integración de áreas verdes, huertos comunitarios, sistemas de reciclaje y ciclovías como parte clave de esta obra.
Las viviendas tienen más de 50 metros cuadrados; tienen un muro ventilado a través del cual circula el aire; reciben energía eléctrica proveniente de paneles fotovoltaicos; además de agua caliente y calefacción gracias a sistemas solares térmicos que apoyan a las redes tradicionales.
El uso de madera prefabricada en esta propuesta demostró una vez más cómo este material puede solucionar la demanda habitacional del país, especialmente en procesos de reconstrucción con soluciones definitivas, tal como se vio en Chañaral.
Ideada por Saa Arquitectura + Territorio, Corredores mira hacia la ladera sur del lago Rupanco, dentro de un bosque de Olivillo, Tepa y Coigue. Esa particularidad de su emplazamiento y del tipo de especies que le rodean terminó por definir buena parte de la estética de esta obra.
Tras tomar en cuenta el panorama arbóreo de la zona, Dado del valor de las especies arbóreas del entorno, el proyecto buscó insertar el programa solicitado en relación a los árboles existentes. Esta segunda vivienda se ordena en tres volúmenes, los que se agrupan en dos conjuntos, que fueron desplegados en una relación transversal entre el lago y el bosque.
Decisiones como el empleo de grandes ventanales fueron parte de este concepto que intentó incorporar al bosque como un primer espacio de cobijo, donde la circulación interna de la casa establece “salir” hacia corredores entregados totalmente al paisaje, para luego entrar a los recintos.
En sus 65 metros cuadrados, esta obra de Steel Bouza acompaña la península del lago Lonconao, a quince kilómetros de Futaleufú, en la Región de los Lagos. Su apariencia parece tener la forma de la letra A, con un patio posterior y techo acrílico protege la casa en periodos de tormenta y da privacidad al baño en momentos de visitas, ya que tiene un ventanal completo que mira al lago. Además, la chimenea de Casa GZ1 está al medio de la construcción, para potenciar el calor, y tiene un shaft que reparte la calefacción de forma natural hacia el baño y dormitorio.
Desde Maitencillo, el arquitecto Ignacio Correa encontró en la madera la solución ideal para un problema clásico en este país costero: cómo garantizar una mayor durabilidad de los materiales cuando estos se enfrentan constantemente al desgaste por erosión marina.
En esta localidad de la región de Valparaíso, la idea era construir una segunda vivienda para una familia de Santiago, la cual tendría a la altura como su principal objetivo. Una mejor iluminación, exposición y ventilación, más las ganas de liberar el suelo como espacio de juegos, impulsaron el diseño final que se apoyó en un sistema de módulos de 4 piezas diagonales de madera dimensionada.
La madera, una vez impermeabilizado, dio una mejor resistencia para que esta obra aguante esa exposición al aire salino del mar.
Bajo la firma de Paarq Arquitectos, esta obra refleja el espíritu de la zona en la que se ubica: un pueblo de ambiente tradicional donde la modernidad se siente de la mano de una renovación arquitectónica.
Con un esqueleto de madera y fachada ventilada, aquí se construyó una superficie de 150 metros cuadrados, donde el color blanco domina las áreas interiores. Estos espacios, a la vez, están enmarcados por una gran doble altura que consigue potenciar la recepción de luz natural.
