Uniones carpinteras: métodos tradicionales que otorgan estabilidad y rigidez a las estructuras en madera

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13 de Junio, 2022

El siguiente reportaje compone la primera parte de un especial de Madera21 dedicado a las uniones carpinteras, con el fin de analizar sus atributos, diseños, ventajas y posibles aplicaciones en estructuras de madera.

Una de sus definiciones refiere al juntura, ya sea ensamblada o empalmada, entre dos o más elementos lineales de un entramado de madera, la que se logra por medio de cortes, de rebajos y de escopleaduras. Las “uniones carpinteras” se destacan por la transmisión de fuerzas por compresión, tracción o flexión, ofreciendo un gran número de posibilidades a la hora de ejecutar una obra con el material. 

Y es que al no precisar de clavos, tornillos, aglutinantes o fijaciones metálicas, con su realización se pueden conseguir resultados naturales, sustentables y atractivos desde el punto de vista estético. Junto con eso, estas técnicas son capaces de brindar mayor firmeza, rigidez y duración a las estructuras, ya que su correcta ejecución puede distribuir de mejor manera la fuerza y el soporte de las mismas. 

El sistema ha sido una solución constructiva presente a lo largo de la historia, sobre todo, en países de larga data de tradición carpintera como Japón, Alemania o Noruega. Chile no es la excepción, pues en su territorio se han encontrado ejemplos de su correcto empleo, tanto en la zona central como en el sur del país.

Este reportaje reúne una serie de uniones carpinteras, divididas en ensambles y empalmes, bajo el análisis de Macarena Almonacid. Una arquitecta chilena que ha dedicado su carrera a la conservación y restauración del patrimonio en madera de su natal Chiloé, especialmente, de las iglesias repartidas por el archipiélago. Ejemplares que gozan de este tipo de métodos de encaje. 

“Los ensambles y empalmes son los tipos de uniones madereras que vinculan los elementos estructurales, teniendo sus propias diferencias. Los primeros, por una parte, corresponden a una forma de configurar las intersecciones de la pieza, mientras que los segundos corresponden a un sistema que permite extender la longitud de ellas”, introduce la profesional. 

Empalmes

Rayo de Júpiter 

Se utiliza para vincular elementos de grandes escuadrías / Maderia

Abarcando los empalmes, uno de los más conocidos y utilizados en las vigas maestras de piso es el “rayo de Júpiter”, que consiste en la unión de dos piezas de extremos en plano inclinado, cortados en zig-zag, para complementar sus perfiles. Es común encontrar ejemplares reforzados con espigas interiores, como también por tarugos.

Se usa para vincular elementos de grandes escuadrías, demostrando una alta resistencia a la tracción. “En las últimas restauraciones en que he participado, se le ha hecho una diagonal cada vez más pronunciada para evitar que se abra. Eso hace que muchas veces no tengamos que incorporar tarugos, al quedar bien afianzada, pero lo ideal es siempre añadirlos. Esta unión también la hemos visto con una variante de cuña, justo en el centro, para consolidarla”, dice Almonacid. 

Doble rayo de Júpiter

“Lo hemos visto en las soleras superiores de columnata, como también en las soleras superiores de los tabiques laterales de las iglesias”, dice la arquitecta / M.A.

Diferenciándose del anterior, el “doble rayo de Júpiter” es de doble contacto y sí debe llevar tarugos, ya que no posee los rebajes diagonales en sus extremos como sí los tiene su antecesor. Esto no merma su eficiencia y calidad, ya que su empalme resulta mucho más largo. 

Esta técnica se distingue por tener un mayor número de secciones vinculadas a la pieza de abajo, teniendo un gran comportamiento ante esfuerzos de la tracción, dado que su estructura formal tiene un ángulo más extendido que el rayo de Júpiter simple. “Lo hemos visto en las soleras superiores de columnata, como también en las soleras superiores de los tabiques laterales de las iglesias, aunque insisto que sí o sí necesita tarugos para quedar terminado”, recomienda la arquitecta. 

Llave con encaje interior 

Es común utilizar aceites, precisión y altos grados de fuerza para su instalación / Katerine Araya, Macarena Almonacid

Para culminar, uno de los empalmes más interesantes para Macarena Almonacid. El “empalme llave con encaje interior” se utiliza sobre todo en vigas de amarres de columnata y soleras superiores de tabique. Esta unión tiene un buen comportamiento a la tracción y a la flexión. 

Es de difícil instalación según la profesional y al igual que el rayo de júpiter, esta unión debe ser instalada de manera transversal entre sí. “Entonces, la llave de encaje interior debe ser instalada de manera transversal entre sí. Y generalmente, lo que se tiene que hacer cuando se instala una nueva es utilizar aceites y productos, altos grados de fuerza y mucha precisión, para que la pieza quede dispuesta de buena manera y así se ejecute perfectamente el acople”, finaliza. 

Ensambles

A media madera 

Para realizarla se rebaja la mitad de la sección de cada pieza / Katerine Araya y Macarena Almonacid

La unión a media madera se utiliza principalmente en envigados de piso y en la unión de diagonales con pies derechos. Para poder confeccionarla, se rebaja la mitad de la sección de cada pieza, y de esta manera, se logra crear un nudo rígido en esta intersección, debido a que en la unión se mantienen los plomos exteriores. 

“Las dos piezas tienen la misma altura, y se rebaja mitad y mitad, siendo utilizada principalmente en uniones de envigado de piso y en la intersección de las diagonales con los pies derechos de los tabiques”, explica Almonacid.

Caja y espiga 

Se compone de una pieza con un extremo que se introducirá en la “caja” / Katerine Araya y Macarena Almonacid

La unión caja y espiga es utilizada en el apoyo del pie derecho o de los pilares que descansan sobre una solera o viga maestra. Se compone de una pieza con un extremo, la denominada “espiga”, la que se introducirá en la “caja”, tallada en la solera o en la viga maestra.

“La espiga tiene la función de afianzar lateralmente la unión, pero la carga se transmite a través de la superficie que la rodea”, comenta la arquitecta.  

Junta de rebajo con enganche interior 

Se caracteriza por sus tres puntos de contacto / Katerine Araya y Macarena Almonacid

Continuando con el listado, de una alta resistencia a la tracción y al esfuerzo de corte, otro ensamble sobresaliente en la carpintería es la “junta de rebajo con enganche interior”, el que predomina principalmente en las uniones de las vigas de cielo con las soleras superiores de tabique. 

Se caracteriza por tener tres puntos de contacto y por la función de su enganche, comenta Almonacid, pues “tiene la particularidad de proteger a la pieza superior de posibles rajaduras horizontales, ya que se posa el 100% de la superficie máxima de apoyo de la pieza superior sobre la inferior, en tres puntos de contacto.  Esta pieza se utiliza en vigas de cielo, donde permite que ésta se afiance a la solera superior”. 

Cola de milano 

“Se ocupan mucho en las vigas de piso que llegan a la viga maestra de una obra”, comenta Almonacid / Maderia

El ensamble de tipo “cola de milano” es capaz de transmitir fuerza de tracción, además de las de compresión. También se le conoce como “cola de pato”, debido al corte en forma de trapecio que caracteriza uno de sus extremos —similar a la cola de estas aves—, el cual se encaja a la concavidad de la otra pieza.  

“En mi experiencia, las he visto en vigas maestras de las iglesias de Chiloé, que son piezas muy grandes, de 10×10 ó 12×12 pulgadas. Se observan colas de milano tradicionales, pero en el caso de algunas iglesias, hemos encontrado de doble contacto, es decir, con un apoyo extra”, expresa Macarena Almonacid. 


Escrito por Redacción Madera21
Fotografía principal cortesía Ono Kosuki

 

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