La investigación Bio-Based Materials plantea un plan de fabricación de productos con biomateriales

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2 de Abril, 2020

Tras una investigación titulada Bio-Based Materials, se puso en práctica recetas que permiten crear componentes sustentables de producción y que hasta pueden servir de compostaje. Así, aserrín, conchas, algas, y cáscaras de naranja pueden transformar sus propiedades y ser parte de un método de elaboración basado en lo orgánico y en la conciencia ecológica.

El diseñador Isaac Cores de la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Valencia (EASD) en España, realizó un estudio titulado Bio-Based Materials, un plan basado en la fabricación de productos a partir de elementos extraídos de la naturaleza.

“Pensé que sería una buena oportunidad para proponer nuevos escenarios de actuación como diseñador y plantear otras formas de relación entre el usuario y el producto. Al mismo tiempo, tenía claro que el estudio debía girar en torno a la sustentabilidad”, dice Cores.

La particularidad de este método que genera el biomaterial es que a través de elementos naturales y desperdicios se puede obtener un nuevo componente de fabricación. Para hacerlo se necesitan tres ingredientes: uno que aglutine o pegue, otro que plastifique y, finalmente, el material que se haya escogido. Según explica Cores sobre el proceso, el agar agar (un gelificante natural que procede de algas rojas) puede funcionar muy bien como aglutinante y, a su vez, la glicerina cumple la función de plastificante. Una vez realizada la mezcla, se vierte todo en un molde o se extiende sobre una superficie, dependiendo de la utilidad que se le quiera dar.

Muestras de los biomateriales / Isaac Cores

“Cada material tiene un potencial o una característica y eso es lo que va a definir el mejor producto para ese material en concreto. Por ejemplo, uno a base de cáscaras de ostras servirá de compostaje cuando se deseche, ya que las mismas cáscaras se comercializan para cumplir esa función y también como complemento alimenticio para aves”, agrega.

Para Cores, otra de las características fundamentales que acompaña al proceso de metamorfosis de los componentes es la imaginación, ya que uno podría utilizar cualquier elemento natural para transformarlo en materia prima. De esta manera, el aserrín podría transformarse en un mueble o un adorno, una cáscara de naranja se podría reutilizar como un material textil muy parecido al cuero y las algas podrían tomar la forma de lámparas comestibles. En otras palabras, servirse de la naturaleza sin generar ningún tipo de impacto ambiental, mentalidad que, según él, ha ido proliferando en el rubro.

“Cada vez hay más gente y nuevos diseñadores realizando proyectos con materiales obtenidos de desechos o materiales autoproducidos. También las empresas y normativas se están adaptando y la gente valora más los productos sostenibles y sus beneficios, pero pienso que todavía estamos lejos”, reflexiona Cores.

Respecto a las ventajas que estos biomateriales puedan tener en comparación a los materiales convencionales, el diseñador español señala que éstas tienen que ver con la sustentabilidad, es decir, el nulo impacto ambiental que supone reutilizar desechos o subproductos de la industria y reducir el uso de sustancias perjudiciales para el planeta. A su vez, la experiencia asociada a la fabricación biomaterial genera otra interacción con el usuario y otras formas de relación, pues al tratarse de materiales mucho más expresivos y con nuevas propiedades, pueden inspirarse nuevos diseños, texturas, olores y funcionalidades.

Tiestos de 5 cm / Isaac Cores

Proyecciones y rentabilidad

Cuando Bio-Based Materials era sólo una idea, Cores reconoce que no tenía ningún tipo de conocimiento previo y que a medida que fue buscando información relacionada encontró una multitud de proyectos e investigaciones. Aun así, se fue dando cuenta de que costaba encontrar metodologías en torno al diseño de producto y, sobre todo, referentes para que cualquier persona o diseñador pudiera iniciarse rápidamente en el tema. “El trabajo está bajo una licencia libre y allí pueden consultarse algunos referentes que me ayudaron a mí a entender y a comunicar lo que yo quería hacer”.

Si bien la investigación abre un abanico de posibilidades de fabricación y tiene como premisa la innovación y renovación de materiales, Cores admite que queda un buen trecho por recorrer para poder competir con la industria de los materiales convencionales, pues con frecuencia no se tiene en cuenta el impacto ambiental a la hora de producir y, según él, hace falta mucha más concientización. De todas formas, más allá de generar réditos económicos, su objetivo va hacia otra dirección.

“Actualmente a mí me interesa más potenciar otro tipo de industria; más local y con un ritmo menos acelerado. Es fácil de entender: una comida casera elaborada con productos de calidad y de proximidad y cocinada a fuego lento, seguramente sea más beneficiosa que la comida rápida pobre en nutrientes. Algo similar ocurre con los productos”, finaliza.


Escrito por Felipe de la Cerda
Fotografía principal cortesía de Isaac Cores

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