10 de Enero, 2022

Xaviera Gleixner: “Una característica del pensamiento constructivo en madera es que considera el detalle desde el suelo hasta el último rincón de la obra”

La fundadora de GA Estudio, con trayectoria en la docencia universitaria y también jurado del Concurso de Arquitectura organizado por Madera21, se refiere a su experiencia arquitectónica con la madera a través de distintos proyectos en la Región de Valparaíso. Apuestas en donde se aprovecharon las características del material y por las que se valorizó el contexto social, cultural y geográfico en el que se emplazaban.

Gran parte de lo que ha realizado en madera se encuentra en Algarrobo (Región de Valparaíso). Balneario que debe su nombre al árbol papilionáceo de copa densa y tonalidad rojiza que abundaba en ese territorio hace más de cuatro siglos. Uno que se diferenciaba de las otras especies vegetales por su altura, forma y diálogo con el paisaje, tal como se refiere la arquitecta sobre sus obras realizadas con este material en el litoral central.   

Xaviera Gleixner es la fundadora de GA Estudio, junto al también arquitecto Tomás García de la Huerta. Firma donde han desarrollado distintas propuestas arquitectónicas en Chile y el extranjero. Sus trabajos han sido presentados XVI Bienal de Arquitectura de Santiago Chile (2008), en la XIV Bienal Internacional de Arquitectura de Buenos Aires (2013), en la 16ª y 17ª Bienal de Arquitectura de Venecia (2018 y 2021) y en la XIX y la XXI Bienal de Arquitectura y Urbanismo Chile (2015 y 2019), entre otros.  

Lo anterior es un dato no menor, ya que el ímpetu de este estudio es lograr una relación directa con la condición geográfica, social y cultural de cada requerimiento. Ya sea en el extranjero o cuando le toca salir de las grandes urbes como Santiago, lo significativo que resulta el trayecto hacia la zona, el reconocimiento del entorno en donde pronto se construirá o quienes serán sus principales usuarios, son asuntos claves a la hora de escoger qué hacer. Sobre todo, cuando se trata de madera. 

Gleixner, con trayectoria profesional en Alemania, en la docencia universitaria en Chile y también como jurado del Concurso de Arquitectura 2021 en la Semana de la Madera, dice que es en estos procesos donde el material se vuelve significativo. No por nada sus apuestas con el material se concentran en Algarrobo, “donde se trabaja mucho la madera y donde las obras deben ser parte del lugar, siempre respondiendo a su clima. A la necesidad que tiene cada sector en Chile, algo que nos caracteriza mucho como país”.

Una casa, un pabellón y un bed and breakfast

“Algo que hemos repetido en estas tres obras en Algarrobo tiene que ver con el suelo y cómo la madera dialoga con el mismo”, dice Gleixner / GA Estudio

Dentro de los proyectos en madera desarrollados por GA Estudio, Xaviera Gleixner comenta tres experiencias significativas con el material. La primera fue una casa en Algarrobo, ubicada en una parcela de cargada presencia arbórea y con un claro que marca, casi naturalmente, como si así se hubiese querido, el punto asignado para la obra. 

Dos volúmenes constituyeron esta vivienda. El primero fue el público, que unificó los espacios de la casa y se comunicó hacia el patio exterior. El otro fue el privado, que segregó las habitaciones y los espacios interiores por medio de terrazas y patios de luz que daban mayor intimidad en su interior. 

La arquitecta entra en detalles sobre este último aspecto. “Generalmente, cuando se trabaja con tabiques de madera tradicional, la aislación acústica no es buena. Entonces, lo que hicimos para este proyecto fue generar patios de luz entre las habitaciones, pequeñas terrazas que pudieran generar aislación acústica. Algo que no habría sido necesario si lo hubiésemos realizado en hormigón, pero que por las características de la casa y su materialidad, nos permitieron una gran respuesta que aprovechó la tipología de la construcción en madera”. 

Lo mismo ocurrió con otra experiencia en el balneario: un bed and breakfast, también elaborado con madera. Y es que ante la solicitud de aislación acústica por parte de sus clientes, tanto para los espacios públicos como también para los interiores destinados al hospedaje, la propuesta fue generar un patio de 7×7 metros que proveyera distancia entre las habitaciones y las zonas comunes, en semejanza con la vivienda anteriormente mencionada. “De la problemática que podía existir entre el programa requerido, el prespuesto y la materialidad, logramos extraer una característica espacial”, dice Gleixner. 

GA Estudio busca una relación directa con la condición geográfica, social y cultural de cada requerimiento / GA Estudio

Otro proyecto desarrollado en la zona fue un pabellón de madera diseñado para contener una cuba caliente, previamente instalada a la intemperie. La estructura, en base a listones de pino que obedecen a una retícula de 60×60 cm, venía de un requerimiento inicial sencillo por parte del cliente, recuerda la fundadora de GA Estudio. Algo que ocuparon como insumo para ir más allá y abarcar una propuesta arquitectónica más completa. Fue así como investigaron ciertas tipologías en específico, que les permitiera involucrar a la madera de la mejor forma posible, hasta que llegaron a la que específica con que construyeron el pabellón. 

“Como el proyecto era pequeño, nos la quisimos jugar con la madera desde el detalle. Diseñamos una especie de costilla que fuimos repitiendo de forma cuadrada para generar un borde alrededor de esta cuba caliente y que sirviera programáticamente. Así logramos una especie de muro abierto y que permite a la gente sentarse, dejar sus cosas, moverse por la estructura, que los niños puedan jugar, etc”, explica. 

Y continúa. “Lo que nosotros queremos hacer siempre con la madera es mostrar su estructura. Que su esqueleto se muestre tal cual es, que sea verídico. Que sea realmente con el material y no algo que se asemeje. De hecho, es un consejo que le doy siempre a mis estudiantes de arquitectura. Si el encargo es de madera, no deberías proponer un proyecto que también podría ser hecho de metal”.

Xaviera Gleixner fue jurado en el Concurso de Arquitectura 2021, organizado por Madera21 / X.G.

–¿Qué tipo de madera predomina en los tres ejemplos que mencionados y con qué elementos la trabajaron?

–Hemos usado pino insigne, el que nos ha funcionado bien. Para el exterior ha sido pino tratado y no tratado para el interior, donde en algunos casos hemos pintado parte de la estructura y en otros la hemos dejado a la vista. De todas formas, el pino insigne se pone un poco amarillo pasado el tiempo, lo que también nos ha permitido aprendizajes con respecto a la manifestación del material con el paso del tiempo. El pabellón de la cuba caliente fue pintado de negro enteramente, a través de una pintura para exteriores, mientras que las casas también tienen sectores con la madera natural trabajadas con un barniz incoloro. 

–¿Qué otro aspecto se relaciona entre estas tres obras en madera? 

–Algo que hemos repetido en estas tres obras en Algarrobo tiene que ver con el suelo y cómo la madera dialoga con el mismo. Como hemos trabajado sin calculistas, porque cuando son de dos pisos no son necesarios, nos dedicamos a diseñar los planos de fundación de los proyectos, lo que ha sido relevante para este tipo de arquitectura. En estos casos siempre nos hemos elevado, por el tema de la humedad, en al menos 30 ó 40 cm del suelo, generando dos tipos de niveles. Uno liviano de madera y otro pesado que tiene que ver con la fundación del suelo en hormigón. Una característica del pensamiento constructivo en madera es que considera desde el suelo hasta el último rincón de la obra.

–¿Qué tendencias le llaman la atención con respecto a los distintos desarrollos en madera desde la arquitectura?

–Me llama la atención la relación entre el diseño paramétrico y la madera, tema que se ve mucho hoy en día y que vi también en el concurso de Madera21. La tecnología en este caso nos entrega muchas posibilidades, como también algunas desventajas, sobre todo cuando la geometría entra en una eventual encuentro con la forma, dejando de cumplirse, por ejemplo, las condiciones de resistencia estructural.

Quizás porque yo no la trabajo y por eso me llama mucho la atención, en el sentido de siempre querer investigar un poco más, y que de hecho lo vi mucho en el concurso de Madera21, es la arquitectura generativa. Cuando aparecen las curvas y formas más orgánicas en relación a la madera. Es un mundo gigante, pero también un poco complejo porque siempre hay propuestas que proponen cosas en madera que no terminan construyéndose. Pero sin duda que hay un punto de inflexión interesante y mucho que estudiar de eso. 

–¿En qué se basa ese punto de inflexión?

–En relación con las posibilidades reales que tiene la madera. Es un material que, al fin y al cabo, tiene que ver con lo tradicional y con sus propias limitaciones. Es un tema que me gustaría desarrollar más porque veo que lo hacen mucho los estudiantes y también los nuevos arquitectos. Si antes lo veíamos aplicado al hormigón, ahora se mantiene la tendencia pero con la madera. 


Escrito por Marcelo Salazar Medina
Fotografía principal cortesía GA Estudio
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