El Centro de visitantes Rapunzel en Baviera: un cuento de hadas realizado en madera

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3 de Febrero, 2023

En la región de Baviera, en Alemania, se alza un edificio sorprendente por su excepcional cubierta. Se trata del centro de visitantes para los productores de alimentos orgánicos Rapunzel Naturkost.  Fue pensado como una gran “escultura transitable” hecha con vigas de madera de abeto y madera laminada encolada. La escalera central toma la forma de una gran trenza que une los tres niveles.

 

El Centro Rapunzel es el punto de llegada a las instalaciones de la empresa Rapunzel Naturkosr. Está situado en la localidad de Legau y fue diseñado por Haascookzemmrich STUDIO 2050. El objetivo principal de este proyecto fue transmitir al cliente, a través de la arquitectura, una filosofía de prácticas sostenibles.

La construcción del edificio está inspirada en el cuento Rapunzel de los hermanos Grimm del cual la empresa toma su nombre. Su gran cubierta flotante de formas onduladas y la escalera helicoidal que preside el interior, son los dos elementos más destacados del proyecto. Y ambos tienen como protagonista la madera.

Para construir el Centro de Visitantes Rapunzel se usó madela laminada encolada/ Roland Halbe

Tecnología en madera para formas escultóricas

La gran cubierta se sostiene mediante una estructura de vigas de madera de abetos de la región. Pese a la gran superficie que cubre, 6600m², la sensación es de total ingravidez. Un gran techo flotante, que desciende casi hasta el suelo, sin apenas rozarlo.

Sobre la estructura general del edificio realizada mediante hormigón armado tradicional, se ancla la sucesión de vigas que soportan la techumbre. Costilla a costilla, variando su inclinación y su altura, los arquitectos lograron la plasticidad de la forma deseada.

Para poder materializar una estructura tan compleja se eligió como material la madera laminada encolada. Cada elemento se procesó con máquinas fresadoras de tecnología CNC.
Como revestimiento se eligieron tejas cerámicas con una gama cromática que va del marrón óxido al ocre, realizadas ex profeso para el proyecto de manera artesanal.

La estructura general del edificio midde 7560 m²/Roland Halbe

 

Bajo la potente cubierta aparece una gran superficie de fachada vidriada. Para soportar el gran peso de los paneles de vidrio está construida combinando montantes y travesaños de acero y madera. El diseño de la unión entre ambos materiales fue estudiado para permitir los movimientos diferenciales de cada material sin que esto afecte al conjunto.

En el punto central, como gran distribuidora y responsable de la metáfora principal del proyecto se halla la escalera helicoidal. Fue realizada completamente en madera, tanto su estructura como el revestimiento. Su forma emula la trenza de Rapunzel y une los tres niveles del edificio, desde el sótano hasta la terraza panorámica.

Escalera central realizada completamente en madera/Roland Halbe

En el diseño de los interiores, el trabajo tradicional de carpinteros locales fue fundamental. Las condiciones exigidas implicaban una elección de materiales de alta calidad, naturales y sin productos químicos. Se utilizaron maderas de roble y haya tratados con aceites naturales.

El edificio se pensó para eduar en prácticas de sostentabilidad/Roland Halbe

Sostenibilidad

El objetivo del edificio es principalmente descubrir y educar en prácticas sostenibles: exposiciones sobre el cultivo de café, la producción y el comercio justo, cafetería, mercado orgánico, panadería y salas para diversas capacitaciones.

La arquitectura lo refleja no sólo con las funciones que alberga sino con su propio diseño. Los materiales utilizados fueron cuidadosamente seleccionados teniendo en cuenta la energía involucrada, la aspectos reciclables y el transporte.

Para las maderas, se utilizaron recursos locales, tanto en materiales y en empresas que produjeron cada componente de la obra. La responsabilidad ecológica de las firmas contratadas fue importante en su selección. En concreto, la fábrica de cerámicas restaura las zonas de extracción de la arcilla con plantaciones de árboles nativos con una filosofía de devolver a la naturaleza lo que tomamos de ella.

Pese al gran volumen de la obra, la climatización mecánica no es necesaria. Todas las instalaciones de Rapunzel están conectadas a una planta combinada de calor y electricidad, calefacción con desechos de madera y recuperación de calor.

El gran techo flotante no sólo evoca imágenes de cuentos de hadas, sino que funciona como un inteligente regulador climático. La alta tecnología de su estructura de madera laminada se combina con responsabilidad ambiental y alta expresividad estética.


Escrito por Ruth González-Miró Pérez

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