La mesa Atlas se fabricó inspirándose en picos y valles, quedando reflejados en su diseño mediante un patrón geométrico creado con triángulos y cubos entrelazados. Realizada completamente en madera de roble, la superficie de la mesa presenta un acabado liso, con la posibilidad de ser personalizada por el cliente.
La Mesa Atlas, hecha con segmentos de madera entrelazados, es una obra maestra realizada para verla como un objeto táctil y una pieza de arte. El patrón geométrico se consiguió incrustando pirámides de madera oscuras en una celosía de cubos de roble. El motivo triangular resultante añade un sentido de dinamismo a un mueble estacionario.
“Mucho de nuestro trabajo tiene que ver con la fascinación, que en realidad simplemente es una forma educada de expresar obsesión. Trabajamos con estos patrones que parecen simples a primera vista porque son planos y geométricos, pero se convierten en más y más complejos cuanto más los miras”, comentó Stephen Molloy de Fundamental.
Detalle de los patrones geométricos de la Mesa Atlas / Homeli
Atlas está hecho completamente de roble. El contraste entre los triángulos más pequeños y los más grandes se consigue en la parte final con un acabado ahumado. Esas pirámides más pequeñas se engastan en la matriz más grande de cubos entrelazados, con el plan de que la superficie completa tenga un acabado liso.
“Siento que es nuestra responsabilidad, cuando trabajamos con un material tan bonito como la madera, hacer honor al recurso”, explicó Gunnar Rönsch de Fundamental.
Varios de los segmentos piramidales oscuros se dejan sueltos aleatoriamente, así el usuario puede elegir tener picos o valles en su mesa como una ‘característica bonus’.
Reorganización de los segmentos sueltos de la Mesa Atlas / Homeli
La Mesa Atlas cuesta 8,875 euros (aproximadamente 8000 pesos chilenos) y este precio considerable la hace inviable de comprar para muchos. No obstante, es un precio entendible dada la gran cantidad de trabajo que se encuentra en una pieza de carpintería tan intensiva y ardua.
“Nos gusta pensar en el cliente una tarde de martes lluviosa mirando a la mesa, y pensando en la historia de su fabricación y todo su lento desarrollo. De modo que meses después de que la emoción inicial de obtener un nuevo mueble se haya calmado, todavía estás desgranando las pequeñas porciones de la historia para ti y dirigiéndolas a lo largo del tiempo”, concluye Molloy.
