Innovación y emprendimiento en torno a la sostenibilidad de los bosques, la madera y los bioproductos

Marcela Angulo es ingeniera civil y Dra. en Ciencias Ambientales de la Universidad de Concepción y directora de la misma casa de estudios en Santiago. Por cuarto año consecutivo dirigirá el Concurso de Innovación y Startups, y es sobre ello que nos habla en su columna.

 La XI versión del Concurso de Innovación y Start Ups de Madera21 estará centrado en innovaciones con alcance mundial en temáticas de productividad y sostenibilidad de la actividad forestal, de la construcción en madera y de la generación de nuevos bioproductos, y busca destacar a emprendedores, investigadores y empresas que tengan interés en desarrollar, hacer crecer y expandir globalmente sus soluciones.

Frente a las amenazas del cambio climático, los bosques son de vital importancia en múltiples dimensiones. Actúan como sumideros de CO2, proporcionan madera que puede reducir las emisiones en un sector clave como la construcción y la vivienda, y también ofrecen fibras naturales que pueden sustituir materiales de uso masivo de origen fósil, como los plásticos o las fibras textiles. Los bosques también proveen servicios ecosistémicos que mejoran la calidad de vida de las personas y fortalecen la resiliencia de los sistemas naturales y humanos, contribuyendo a la capacidad de adaptación frente al cambio climático.

Garantizar la gestión sostenible de los bosques y las plantaciones forestales es un desafío continuo. Implica adoptar prácticas de manejo forestal que promuevan la conservación de la biodiversidad, el uso eficiente de los recursos, la minimización de impactos ambientales y sociales negativos. En este ámbito existe un gran potencial de innovación y emprendimiento en torno a las denominadas “soluciones basadas en la naturaleza”, que se inspiran en los sistemas naturales para crear nuevas soluciones que abordan desafíos ambientales y sociales, aportando al mismo tiempo al desarrollo económico y la creación de empleo, especialmente en las zonas rurales.

Por su parte, la innovación en el desarrollo de la madera y sus productos derivados ya ha producido avances notables en materiales de ingeniería y sistemas prefabricados de construcción, y crecientemente las fibras forestales empiezan a tomar relevancia para sustituir el uso de plásticos de origen fósil en el gigante mercado mundial de los envases y embalajes o, incluso en la industria textil, pues las empresas líderes de la industria de la moda están instalando prácticas de uso de materiales sostenibles, reducción de residuos o economía circular.

El concurso tiene 5 criterios de evaluación que serán analizados por un jurado con exponentes de amplios sectores. El primero es la innovación, donde se busca que las propuestas se diferencien de lo que existe, pudiendo tratarse de productos o servicios, de modelo de negocios o de canales de distribución. Luego viene el mercado, donde se analiza la viabilidad económica del proyecto, que el tamaño del mercado sea atractivo y en crecimiento, para luego medir su escalabilidad y también las habilidades y experiencia del equipo. Finalmente, se considerará la estrategia “Go to market”, donde se evaluará la claridad de la estrategia para completar el desarrollo tecnológico del producto, o la estrategia comercial para llegar al mercado, independiente del nivel de maduración que tenga el proyecto en la actualidad.

La invitación, entonces, es a proponer innovaciones en productos, servicios, procesos, modelos de negocios o de comercialización, que pueden encontrarse en toda la cadena de producción de la industria forestal y maderera.

En Chile tenemos todas las condiciones para transformarnos en un polo de desarrollo de la bioeconomía. Tenemos los valiosos recursos naturales, contamos con empresas que son líderes a nivel mundial y con un importante ecosistema de proveedores, centros de investigación y universidades, donde hay mucho talento. Tenemos el desafío de conectar mejor a estos actores, inyectar más recursos y consolidar las confianzas y modelos de trabajo para que despegue la innovación “made in Chile” para el mundo.

Por: Marcela Angulo G., ingeniera civil y Dra. en Ciencias Ambientales.

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