El proyecto se trata de un pabellón temporal, un anillo que debía ser construido de forma modular, con piezas livianas, manipulables y fácilmente trasladables. El espacio de la Plaza Mauá presentaba una serie de limitaciones respecto al impacto de la obra sobre el pavimento, por lo cual, el uso de la madera fue relevante en función de reducir las cargas aplicadas sobre el suelo. Al mismo tiempo, la explanada de la plaza, emplazada frente a la Bahía de Guanabara, requería de una estructura de alta resistencia a las cargas y esfuerzos producidos por el viento.
En torno a estas limitaciones, la madera jugó un papel estratégico a la hora de diseñar piezas livianas pero resistentes,que permitieran una rápida confección, construcción e instalación en el lugar de exposición. De igual manera, se tuvo en cuenta que los tiempos de instalación y desmantelamiento de la obra serían acotados y que se debería considerar la posibilidad de instalar el anillo en otros espacios en el futuro. Por ende, el almacenaje fue también un aspecto clave a la hora de concebir el diseño y el uso de la madera, la cual fue almacenada en un espacio mucho más reducido que el que albergó la obra desplegada.
El sistema constructivo se define en base a la subdivisión de un círculo de 594 cm de radio, en 26 módulos concéntricos, compuestos por pórticos de madera cada 143 cm. Estos pórticos, dispuestos a modo de atriles, dan soporte a los paneles de madera de la exposición, a la vez que configuran la circulación perimetral al interior del pabellón. Este anillo también es atravesado por una pasarela que conecta el nivel de suelo de la plaza con el nivel de suelo de la exposición, a través de una rampa de suave pendiente, recogiendo el flujo de los visitantes que circulan entre el Museo de Arte de Río de Janeiro y el Museo del Mañana.
La pasarela se eleva a 40 cm del suelo, aislando la madera de la exposición a la humedad del pavimento, mientras que se genera una nueva cota de interacción entre los transeúntes de la plaza, configurándose como una gran banca perimetral. La piel envolvente de la estructura se constituye de un tejido tensado y con un 30% de transparencia, que definen el anillo y permiten entrever lo que acontece al interior de la exposición.
La estructura fue desarrollada y dimensionada con la ayuda de softwares paramétricos (Rhino + Grasshopper + Karamba). De esta manera, se pudieron prefabricar todas las piezas en un centro de mecanizado CNC Hundegger K2 y, posteriormente, confeccionar los módulos constructivos en fábrica.
Toda la estructura, tanto módulos y vigas perimetrales, fue realizada en madera de eucalipto grandis, con un módulo de elasticidad de 1600 kN/cm2, laminada y colada. Para la exposición se utilizaron tableros de terciado marino de pino, los cuales fueron impresos directamente sobre la superficie de madera.
Al ser una estructura expuesta de manera temporal, no fue necesario utilizar una protección permanente. Sin embargo, al emplazar en un ambiente climático muy agresivo en términos de humedad, así como de exposición a fuertes y repentinas lluvias, todas las piezas recibieron cuatro manos de tinte hidrofugante, y se realizaron juntas y conexiones entre piezas especialmente diseñadas para evitar la acumulación de agua. Respecto a los apoyos, se diseñaron zapatos de goma para separar la madera del suelo, tanto para reducir el impacto de la estructura en el pavimento como para evitar el contacto de los cantos vivos con el agua.
El encargo, realizado por Insight Architecture para el 27th World Congress of Architects UIA2021RIO. Se trata de un pabellón para albergar una exposición sobre nuevas tecnologías en construcción digital, desarrollada por Boltshauser Studio y Gramazio Kohler Research, del Swiss Federal Institute of Technology ETH Zurich.
El proyecto se emplaza en uno de los puntos turísticos más visitados de Río de Janeiro, estratégicamente ubicado entre el Museo del Mañana y el Museo de Arte de Río de Janeiro, entrelazando arquitectura, innovación y cultura en un espacio amplio y de fácil acceso ciudadano. La geometría circular se presenta como una solución que acota una porción del dinámico y agitado entorno urbano del centro de Río de Janeiro, generando una isla que se adapta a múltiples formas de apropiación ciudadana.
La evidencia del uso de la madera, con toda su estructura a la vista, permitió al público apreciar la belleza y ligereza del material escogido, incentivando una interacción directa con la madera durante los dos meses que duró la exposición, en la cual se recibieron, en promedio, a 1200 personas diarias. Esto, permite a su vez repensar la utilización de los espacios públicos a partir de la implementación de artefactos arquitectónicos livianos y trasladables, que propician la creación de nuevas plataformas de interacción social y profesional.
