Anillo lúdico

Código de equipo: ARQ 315

Universidad: universidad de chile

Sede:  facultad de Arquitectura y Urbanismo

País:  Chile

Ciudad: Santiago

Equipo:

victor paredes

Oscar Zagal

Profesores guía:

Sebastián Bravo

DOCUMENTOS ADJUNTOS

© Derechos reservados por sus autores intelectuales.

Descripción general

El proyecto propone un pabellón lúdico infantil emplazado en la Plaza Kennedy, vinculado al anfiteatro preexistente y al borde costero. Su estructura principal se organiza en torno a un anillo compuesto por módulos de madera que se adaptan a la pendiente y a las distintas cotas del lugar, generando continuidad y conexión con el paisaje. El pabellón no aloja juegos como objetos externos, sino que incorpora el juego dentro de su propia arquitectura, integrando cinco estaciones lúdicas que promueven distintas formas de exploración corporal: trepar, colgarse, esconderse, deslizarse y descansar. Las telas móviles que se extienden entre los módulos permiten configurar túneles, cobijos y sombras, activando el espacio según la interacción de los niños. La propuesta busca repensar el juego como un sistema abierto y flexible, más cercano a la lógica del entorno que a los objetos estandarizados, promoviendo un espacio de encuentro, experimentación y relación activa con el entorno urbano.

Fundamentación del proyecto

El proyecto surge desde la necesidad de integrar el juego infantil al espacio público costero, evitando su tratamiento como mobiliario aislado. Según el INE 2024, un 16,9 % de la población comunal tiene menos de 14 años, y un 5 % entre 14 y 17, totalizando más de 5 900 menores, lo que evidencia la urgencia de pensar la infancia en el diseño urbano. En lugar de agregar objetos de juego, se propone un pabellón que incorpora el juego como parte esencial de su estructura, fortaleciendo el vínculo entre infancia, ciudad y paisaje. El anillo de madera se despliega en diálogo con el anfiteatro preexistente, adaptándose a sus desniveles y creando continuidad espacial. La decisión de trabajar con módulos permite flexibilidad constructiva y programática, facilitando distintas configuraciones y usos a lo largo del año. La incorporación de telas móviles y estaciones lúdicas favorece la apropiación activa del lugar, considerando la escala y experiencia del cuerpo infantil. De esta forma, el proyecto articula paisaje, estructura y juego en una propuesta coherente, donde cada parte responde al contexto físico, social y cultural, convirtiéndose en experiencia lúdica integral.

Estrategia de localización, emplazamiento y resolución programática y espacial

El proyecto se localiza en la Plaza Kennedy, un espacio público costero de fuerte valor comunitario y turístico. La estrategia de emplazamiento responde a dos condiciones principales: la preexistencia del anfiteatro y la exposición del borde litoral. A partir de estas, se configura un anillo modular de madera que se adapta al desnivel del terreno, dialogando con las gradas y bancas existentes, generando continuidad sin interrumpir el flujo peatonal ni las visuales hacia el mar. La resolución programática se organiza en cinco estaciones lúdicas integradas a la estructura, las cuales activan el anillo desde distintas formas de juego y exploración corporal. Cada estación responde a una lógica distinta escalar, colgarse, esconderse, deslizarse o descansar permitiendo usos múltiples y flexibles a lo largo del año. Las telas móviles aportan versatilidad espacial, generando sombras, túneles o refugios, según el uso y el clima. El pabellón no solo ordena el espacio, sino que lo activa como experiencia continua y compartida.

Propuesta arquitectónica desde el material

La propuesta arquitectónica se desarrolla a partir de una estructura modular de madera, elegida por su calidez, versatilidad y bajo impacto ambiental. Se utiliza pino radiata tratado, con un sistema constructivo en seco basado en piezas prefabricadas y ensamblajes mecánicos, lo que permite un montaje eficiente, seguro y reversible. Esta decisión técnica responde a la necesidad de adaptabilidad estacional y posible replicabilidad en otros espacios públicos. La madera funciona no solo como soporte estructural, sino como lenguaje común entre arquitectura, paisaje y juego, generando una atmósfera accesible para la infancia y la comunidad. La incorporación de telas tensadas y móviles, ancladas directamente a la estructura, permite generar variaciones espaciales: túneles, cubiertas, filtros solares o espacios de recogimiento, según la disposición. Así, el material no es solo un recurso físico, sino una estrategia de diseño que viabiliza flexibilidad programática, apropiación lúdica y coherencia con el entorno costero, consolidando una arquitectura viva, adaptable y participativa.

Innovación de la propuesta

La innovación del proyecto radica en concebir el juego no como un objeto añadido, sino como una condición espacial integrada a la arquitectura. En lugar de insertar juegos infantiles convencionales, la propuesta transforma el pabellón en soporte activo del juego, donde su geometría, materialidad y componentes móviles permiten múltiples formas de interacción lúdica. El uso de un anillo de módulos de madera adaptables al terreno y al anfiteatro preexistente permite que la estructura misma contenga la actividad, evitando la fragmentación entre arquitectura y programa. Asimismo, la incorporación de estaciones de juego modulares con elementos como telas móviles, sistemas de poleas y pasajes entre niveles genera experiencias sensoriales y de exploración poco comunes en el espacio público. Esta integración profunda entre estructura, infancia y paisaje representa una estrategia innovadora de diseño urbano, donde la arquitectura no solo alberga, sino que propone nuevas formas de habitar, jugar y apropiarse del espacio compartido.

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