CETAFOSIL

Código de equipo: ARQ447

Universidad: Universidad Finis Terrae

Sede:  Facultad de Arquitectura y Diseño

País:  Chile

Ciudad: Santiago

Equipo:

Renata Gonzalez

Josefa Soto

Pia Ruggieri

Maximiliano Mac-namara

Profesores guía:

Mauricio Wood

https://www.instagram.com/antonella.tiscornia.arq?igsh=M3Q5Mzh2ZHNzaTcy

DOCUMENTOS ADJUNTOS

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Descripción general

Cetafósil es una intervención arquitectónica efímera ubicada en el borde costero chileno, concebida como un dispositivo captador de arena activado por el viento y se compone por tres grandes costillas de madera de 20 metros, ensambladas sin fijaciones externas, la obra se alza como una estructura liviana, permeable y biodegradable. Inspirada en la forma de un esqueleto marino, la propuesta no busca imponerse, sino desaparecer progresivamente en el paisaje, colaborando con la formación natural de dunas. Su presencia ofrece sombra, abrigo temporal y un punto de encuentro abierto, adaptándose al uso que el entorno o el habitante le asigne, a medida que su desaparición, deja una transformación concreta en el territorio.

Fundamentación del proyecto

La propuesta parte de una premisa poética y crítica, en un territorio sísmico y costero, lo efímero puede ser más potente que lo permanente, es aqui donde Cetafósil responde a esta idea mediante una arquitectura que se adapta al paisaje, respeta su dinámica y propone una acción que a largo plazo logra formar dunas que actúen como defensa pasiva frente a tsunamis. Cada decisión de diseño, desde el uso exclusivo de madera, el tipo de ensamblaje, la orientación según los vientos y la ausencia de fundaciones responde a una lógica de coherencia entre forma, función y territorio. No se trata de resistir a la catástrofe desde la rigidez, sino de anticiparse con sensibilidad y colaboración natural.

Estrategia de localización, emplazamiento y resolución programática y espacial

El proyecto se emplaza en la anteduna, zona frontera del borde costero donde comienza la fijación de arena por acción eólica y vegetal. Con base en estudios del viento, se orientan tres módulos hacia barlovento, favoreciendo la acumulación de arena. No existen fundaciones ni programa rígido, el anclaje lo entrega la gravedad, y el uso es libre. La espacialidad se resuelve desde la transparencia, el movimiento y la sombra. El recorrido es abierto, sin direccionalidad forzada, permitiendo que el habitante defina su propia relación con la estructura. La obra actúa como mediadora entre el cuerpo, el viento y el tiempo.

Propuesta arquitectónica desde el material

La madera es el único material del proyecto, elegida por su biodegradabilidad, resistencia y comportamiento natural frente a la humedad. Las costillas de CLT estructuran la intervención, mientras que listones de madera de tapa por su delgadez y porosidad se ensamblan sin fijaciones externas, aprovechando la dilatación de la madera para ajustar las uniones. Esta porosidad no solo permite flexibilidad estructural, sino que también colabora activamente en la captación y desaceleración de arena transportada por el viento. El sistema constructivo, simple y preciso, permite levantar una estructura limpia, adaptable y fácilmente desmontable o transformable. La arquitectura nace desde el material y su comportamiento en el entorno, más que desde una estética impuesta. En su relación con el clima y el terreno, la madera permite que la estructura envejezca con dignidad, se funda naturalmente con el paisaje y contribuya al proceso de formación dunaria.

Innovación de la propuesta

La principal innovación de Cetafósil radica en su capacidad de desaparecer como parte del proceso natural y huella transformadora. La obra está diseñada para ser cubierta progresivamente por la arena, fusionándose con el paisaje hasta quedar cubierta, pero dejando tras de sí una duna estabilizada, un nuevo ecosistema y una barrera natural frente a tsunamis. Esta desaparición no es pasiva, es una estrategia activa que transforma el territorio mientras se retira.  Al no tener fundaciones ni elementos invasivos, su retiro es orgánico y silencioso. En este sentido, Cetafósil propone una nueva temporalidad arquitectónica: una que no busca permanecer en la forma, sino en el cambio que provoca. La obra no resiste el paso del tiempo, lo habita.

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