EL FESTIVAL BAJO EL DOSEL

Código de equipo: ARQ540

Universidad: Universidad San Sebastian

Sede:  Piacavi

País:  Chile

Ciudad: Concepción

Equipo:

Constanza Recabarren

Natasha Mazzini

Profesores guía:

Carlos Castillo - Cristóbal Caro

DOCUMENTOS ADJUNTOS

© Derechos reservados por sus autores intelectuales.

Descripción general

“El Festival bajo el dosel” es un proyecto que busca activar el cerro amarillo ubicado en la ciudad de Concepción y consta de una instalación efímera diseñada para dar vida a lo que fue olvidado, rescatando así nuestra historia penquista.

Fundamentación del proyecto

El origen del proyecto parte de la identificación del Cerro Amarillo como un espacio subutilizado con gran potencial para actividades culturales. Su densidad arbórea, baja luminosidad y aislamiento sensorial generan un ambiente único, pero también han limitado su uso como espacio público. Frente a esta problemática, se plantea una intervención que no altere su densidad natural, sino que la ponga en valor, introduciendo estructuras que permitan habitarlo y redescubrirlo.

El concepto formal nace de la exploración con la caja de huevos como modelo abstracto: primero como forma uniforme, rígida y ordenada que resultó insuficiente para representar la complejidad del bosque; y luego, tras su reconfiguración en piezas seccionadas, superpuestas y desordenadas, como generadora de un sistema irregular que filtra la luz de manera fragmentada, reflejando bajo el dosel una atmósfera lumínica en el lugar.

Esta investigación formal y material sustenta una arquitectura que actúa como mediadora entre el festival y el bosque, invitando a la comunidad a reflexionar sobre la relación entre naturaleza, arte y espacio público.

Estrategia de localización, emplazamiento y resolución programática y espacial

El emplazamiento en el cerro amarillo, entre Juan Martínez de Rozas y Rengo aprovecha los senderos preexistentes para distribuir las torres y programas, minimizando el impacto sobre la topografía y la vegetación. Cada torre tiene un uso específico según su posición en el recorrido: algunas funcionan como accesos y servicios (boletería, baños, zona de hidratación), otro como espacio de contemplación (mirador) y otras como nodos principales del evento (escenario, camerino, cabina técnica, zona de comercios locales y áreas de público).

La estrategia de localización busca descentralizar la actividad para que el público recorra y experimente el bosque, en lugar de concentrar todo en un único punto. Esta dispersión programática potencia la experiencia inmersiva y favorece la interacción directa con el entorno natural.

Propuesta arquitectónica desde el material

La madera es el material protagonista, tanto en su expresión visual como en su función estructural. Se emplean torres de madera laminada de gran altura con dobles verticales robustos, encastrados en anillos de madera termotratada y reforzados con placas de terciado estructural que cumplen funciones de arriostramiento y revestimiento interior dependiendo del programa.

El sistema se ensambla con herrajes metálicos sobre cimentaciones modulares, facilitando un montaje rápido y preciso. La cubierta se resuelve con segmentos de membrana PTFE de dos tipos: translúcida y opaca, que varían según ubicación y que protege de la intemperie sin bloquear la luz, aportando ligereza y flexibilidad.

Todos los elementos se prefabrican en taller para garantizar calidad y control dimensional, transportándose en camiones estándar y montándose en pocos días por un equipo reducido. Este enfoque reduce costos, tiempos de montaje y huella ambiental.

Innovación de la propuesta

La innovación radica en combinar una investigación formal inspirada en patrones naturales de filtración de luz con un sistema constructivo modular, sostenible y totalmente desmontable. La reinterpretación de la caja de huevos como modelo generador permitió desarrollar un lenguaje arquitectónico capaz de integrarse con la complejidad lumínica y espacial del bosque.

A nivel técnico, la propuesta optimiza el uso de madera laminada y membranas tensadas para lograr grandes luces con poco peso, favoreciendo el transporte, el montaje rápido y la reutilización.

En términos de sostenibilidad, se reduce el uso de materiales pesados como hormigón y acero, se aprovecha la ventilación natural y se maximiza la luz diurna. Todo esto permite que la arquitectura no solo ocurra en la naturaleza, sino que funcione en sintonía con ella, transformando el Cerro Amarillo temporalmente en un escenario cultural único.

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