Código de equipo: ARQ381
Universidad: Universidad Austral de Chile
Sede: Valdivia
País: Chile
Ciudad: Valdivia
Equipo:
Tania Peñailillo
Franceska Castro
Matías Mancilla
Profesores guía:
Eric Arentsen
DOCUMENTOS ADJUNTOS
© Derechos reservados por sus autores intelectuales.
Descripción general
En el contexto de ciudades intermedias como Valdivia, donde el cambio climático
intensifica las temperaturas superficiales urbanas, se vuelve urgente desarrollar
soluciones espaciales que enfrenten el fenómeno de las islas de calor. El centro de
Valdivia, antaño lleno de árboles en sus calles, ha perdido progresivamente
vegetación urbana, reduciendo su capacidad de sombra natural y aumentando el
estrés térmico. La ausencia de áreas verdes y de cobertura arbórea convierte al
espacio público en un ambiente hostil, poco habitable y falto de confort térmico.
Fundamentación del proyecto
Frente a esta problemática, la propuesta "Bóveda de sombra urbana" se plantea como una infraestructura climática de bajo impacto. Se trata de una intervención ligera, reversible y no invasiva que, inspirada en la lógica del dosel arbóreo, reinterpreta la sombra como un elemento estructural, espacial y social. Más que una estructura convencional, la propuesta se concibe como un tejido estructural en madera, que actúa como una bóveda bioclimática suspendida, capaz de regular la radiación solar y redefinir la experiencia del espacio público.
Estrategia de localización, emplazamiento y resolución programática y espacial
Desde lo urbano, la propuesta nace de una lectura crítica del centro de Valdivia, donde el déficit de sombra y vegetación urbana ha sido creciente. En este sentido, el proyecto no sólo resuelve un problema térmico puntual, sino que restituye el valor simbólico, ambiental y social del espacio público, generando condiciones para una vida urbana más habitable. Además, al utilizar madera local, promueve encadenamientos productivos sostenibles y una estética territorial coherente con el paisaje del sur de Chile.
Propuesta arquitectónica desde el material
Este tejido se articula a través de un sistema modular basado en pilares en diagonal, configurando una secuencia rítmica y permeable. Estas piezas, fabricadas en madera laminada, se ensamblan mediante conectores metálicos estandarizados, lo que permite un montaje en seco, preciso y replicable, sin intervenir el pavimento ni alterar las fachadas preexistentes. A diferencia de una estructura pesada, esta configuración apuesta por la ligereza y adaptabilidad, proponiendo una infraestructura que pueda multiplicarse en diferentes tramos urbanos. La geometría se basa en patrones inspirados en el follaje natural: listones de madera cruzados conforman una red superior sobre la que se instala una lona impermeable que filtra la luz y genera sombra dinámica. Este velo urbano funciona como una piel flotante que acompaña sin imponer, activa sin invadir, y otorga continuidad visual sin encierro.
Innovación de la propuesta
Lo más relevante del proyecto no es únicamente su repetibilidad modular, sino la concepción del sistema como un tejido estructural sensible al contexto, que puede adaptarse a distintos anchos y condiciones urbanas. La innovación radica en esta doble mirada: por un lado, una solución técnica replicable y constructivamente eficiente; por otro, una nube arquitectónica que simula los efectos del bosque, rescatando la idea de un follaje artificial construido a partir de criterios espaciales, ambientales y sociales. Desde lo climático, el análisis térmico del eje Picarte evidenció temperaturas de hasta 36,47 °C producto de la radiación directa. Esta cubierta tejida reduce significativamente el calor superficial, actuando como un sistema pasivo de control térmico, sin consumo energético. La madera, con su baja conductividad, aporta propiedades térmicas superiores a otros materiales, además de una huella de carbono baja y beneficios ambientales.
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