Marcelo González: “El futuro de Latinoamérica en la construcción y la ingeniería es con madera”

Marcelo González

Con más de diez años de experiencia como docente universitario e ingeniero de proyectos relacionados con la madera, en esta entrevista Marcelo González se refiere a la actual versión del concurso de Ingeniería y Construcción enmarcado en la Semana de la Madera 2021, del cual es director.

Conociendo que la temática del concurso es abierta, a partir de memorias, tesis, proyectos con patentes terminadas o en etapa de desarrollo, Marcelo González sugiere dos caminos. El primero es observar todas las tendencias internacionales en lo que se refiere a ingeniería y construcción en madera. Luego, el desarrollo de productos y soluciones con este tipo de material.

“La sostenibilidad de la madera, como también su demanda futura, son aspectos muy marcados y que se proyectan en construcciones de viviendas en altura, siendo una gran oportunidad para las postulaciones. Cualquier proyecto en esa línea es muy atractivo porque será una demanda futura importante”, dice el director de la actual versión del Concurso de Ingeniería y Construcción Semana de la Madera 2021.

“Y pese a que no es un concurso de innovación, todo lo relativo al desarrollo de productos con algún grado de la misma puede ser muy interesante. El sistema constructivo que está marcando tendencia es la madera contralaminada o CLT, que fue una innovación en su momento y que ahora es de alta divulgación. La diferenciación de las propuestas debe ir en las respuestas que brindan a los problemas, ya sean desde la industrialización o de soluciones de envolventes y de acústica para construir edificios, viviendas, puentes y estructuras varias”, complementa.

Marcelo González es el director del Concurso de Ingeniería y Construcción / Brock Commons

El fundador de la startup Eligemadera, pioneros en la enseñanza para la construcción maderera y desarrolladores del primer software de cálculo estructural con el material en Latinoamérica, tuvo esta misma responsabilidad en el certamen del año pasado, donde postularon 18 proyectos de nueve universidades distintas.

“Más que el doble que la versión 2019 –indica González–, un buen número que nos dejó bastante contentos. La reflexión es poder trabajar para mantener los altos índices de postulaciones y ampliar el espectro de disciplinas, pues nos ha llegado mucho trabajo ligado a la ingeniería civil, pero también sería interesante recibir de física de la construcción, de iniciativas en sistemas acústicos, de fuego, o directamente de industrialización de la madera, por nombrar algunos ejemplos”.

–¿Había tendencias muy marcadas en las versiones anteriores? 

–Sí, de ingeniería civil, diseño o desempeño estructural en madera, lo que es óptimo porque son líneas muy importantes, considerando que toda la tendencia va hacia el uso de madera en edificios de altura. Entonces, obviamente hay que validar todo eso de distintas formas y estudios. Estas ramas han estado marcadas en las postulaciones, lo cual es bueno, pero también hay que diversificar el panorama. En 2019 participó un proyecto muy bueno, que fue la base para la norma chilena de cálculo contra el fuego, del ingeniero civil Mauricio Rey de Chile.

–¿Qué reflexiones tiene de la anterior versión, la primera completamente online producto de la pandemia?

–Por un lado, se echó de menos el contacto directo con los participantes. Cuando se exponía presencialmente en la Semana de la Madera uno podía preguntar e interactuar directamente con el realizador del proyecto, teniendo una rápida retroalimentación. Eso no está en la actual postulación, donde todo ocurre online, con una presentación de video y otra con distintos materiales digitales, lo que por otra parte facilita la internacionalización del concurso. Hoy pueden postular proyectos de distintos países y todos tienen la misma oportunidad de cumplir lo estipulado en las bases. Es cierto que se extraña lo presencial, pero por otro lado se da pie para que existan más opciones para participar desde cualquier lado.

La sostenibilidad de la madera es un aspecto que se proyecta en construcciones de viviendas en altura / Digital Structures

–Como fundador de Eligemadera y profesional con experiencia como ingeniero vinculado al material, ¿qué expectativas tiene de Chile con respecto a la construcción en madera?

–Chile es un país forestal con un 20% de superficie cubierta por bosques nativos o plantados. Desde ese punto de vista tenemos un potencial enorme, la producción de madera en el país se ubica entre las diez más altas a nivel mundial. Lo otro que se puede destacar en los últimos diez a 15 años es que han existido políticas públicas para las actualizaciones normativas relacionadas a la construcción en madera, como también al trabajo académico de diversas universidades, aunque si nos comparamos con lo más top que hay afuera, siento que estamos al debe.

–¿Como en qué casos?

–Personalmente, siempre menciono dos aspectos. El primero es la estandarización de los productos de madera en Chile. Cuando uno va a un centro de retail de materiales en Estados Unidos, la madera está timbrada, aparece su especie, si está seca o no, qué calidad tiene, etc. Acá no ocurre eso, el Ministerio de Vivienda está trabajando en un rotulado que va en esa línea y que es un paso adelante, pero hacen falta esfuerzos sostenidos por algunos años para que estemos a ese nivel, el de Canadá o Europa. Lo otro, es la formación de profesionales y técnicos en madera. Arquitectos, ingenieros, constructores, para que tengan mayor cantidad de horas de cursos relacionados con el material. Es un cambio para las universidades chilenas y latinoamericanas, porque el diagnóstico de acá es similar al de los vecinos, algunos más adelante o más atrás de nosotros, pero con el mismo resultado. Hay una escasa formación de profesionales en el área y también de técnicos, si consideramos las escuelas de carpinteros en Norteamérica y Europa.

–Donde el oficio se estudia tal como una formación de cualquier otra carrera…

–Sí, están tres años estudiando, donde un año y medio es en aula y el resto en obra. Algo que en Chile traería una gran cantidad de beneficios. Desde el punto de vista de la mano de obra, obviamente aumentaría la calidad y la productividad, pues una buena formación mejoraría notablemente los tiempos para fabricar o construir.

–¿En qué parámetros se encuentra el ecosistema universitario con respecto a este tipo de construcción?

–En Chile hay universidades que desarrollan muy buenos proyectos a nivel internacional, mayormente sobre edificios y puentes de madera, lo que se refleja en la gran cantidad de publicaciones aceptadas en el Congreso Mundial de Ingeniería en Madera (WCTE 2021), donde Chile está dentro de los tres o cuatro países que más publicaron en el certamen. Desde el punto de vista de docencia estamos al debe, no por la calidad de los docentes, que es muy buena, sino porque la gran mayoría de la formación relacionada a diseño y construcción en madera, está supeditada a cursos electivos. No todos los estudiantes pasan por este tipo de enseñanza y, finalmente, los profesionales que saben del material son pocos.

Lo relativo al desarrollo de productos con algún grado de madera puede ser interesante en el concurso / Aito Log Houses

–¿Qué aconseja para revertir eso?

–Que la madera esté en la formación de los profesionales y que se vuelva masiva. Es importante porque así se asegura una base de conocimiento para diseñar y trabajar con el material. De hecho, es el principal problema de la construcción en este tipo, pues hay quienes nunca tuvieron una formación o los conocimientos que se requieren hasta que se vieron en obra.

–¿Cómo ve al resto del ecosistema vinculado al material en Chile? Desde ámbitos de la formación, la innovación, el emprendimiento, el sector empresarial, etc.

–En Eligemadera nos dedicamos a ofrecer cursos y estar a la vanguardia en cuanto a la especialización en madera, junto con el desarrollo de softwares que permitan trabajar los conocimientos requeridos de manera simple. Todo esto ha sido para nosotros una buena experiencia porque nos hace darnos cuenta de que sí hay una necesidad de mayor conocimiento por parte de los profesionales involucrados. Hasta la fecha, hemos capacitado a poco más de 1400 profesionales, tanto en Chile como en Latinoamérica, lo que nos habla también de un deseo para desarrollar proyectos. Por otra parte, han existido iniciativas de políticas públicas bien interesantes y asociadas a desarrollo normativo. En Chile también se han tratado de impulsar proyectos icónicos de edificios de madera, a través del MINVU con algunas licitaciones, donde se intenta promover su uso en las viviendas de interés público.

–¿Qué normativas destaca como avances de las legislaciones chilenas relativas a la construcción en madera?

–Una importante es el cálculo de resistencia al fuego que se incluirá en la próxima versión de la norma chilena NCh 1198, que permite un cálculo analítico de soluciones. Hasta ahora eso era un cuello de botella, porque la solución por ensayo requiere de una inversión de tiempo y dinero importante, y la segunda alternativa es usar una solución previamente ensayada en el listado oficial del Ministerio de Vivienda. Eso ralentizaba mucho el tema, pero con esta alternativa que permite el cálculo analítico de resistencia al fuego, se facilita y ayuda mucho a la innovación y mejores soluciones constructivas. Otras actualizaciones de la norma NCh1198 serán el cálculo analítico de muros de corte y diafragmas horizontales, permitiendo el diseño de edificios de mediana altura en entramado ligero; además de la fabricación, tensiones admisibles y diseño en madera contralaminada (CLT).

–Desde su visión, ¿por qué hay que promover la ingeniería y construcción en madera?

–Dentro de los aspectos más importantes se encuentra la sostenibilidad. Hoy tenemos una industria de la construcción muy contaminante pero siempre requerida para cubrir la demanda de viviendas, que sólo en Latinoamérica ya es gigante. Se requiere de soluciones que permitan, por un lado, construir rápido, apareciendo la productividad, y por otro, a pesar de construir más rápido, que haya mayores índices de sostenibilidad económica, social y ambiental. Es ahí donde este material aparece como una mejor opción que otras alternativas. El futuro de Latinoamérica, en la construcción y la ingeniería, es con madera.


Escrito por Marcelo Salazar Medina
Fotografía principal cortesía de Marcelo González
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