Patrick Steeger: “La madera es un tremendo aporte en las formas de vivir”

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El artista chileno, Patrick Steeger, ha transitado por diversos usos de la madera a lo largo de su trayectoria profesional de más de dos décadas. Sus obras invitan a observar, desde todo ángulo, con el objetivo de experimentar texturas y formas que convierten sus exposiciones en espacios interactivos. Esta exploración personal, junto al sentir de la audiencia, confluyeron en una escultura habitable que combina el arte y el bienestar.

Cuando Patrick Steeger comenzó a viajar de adolescente y a conocer museos de otros países, vivió una especie de “encantamiento” por observar obras de arte. Ingresó entonces a la carrera de arte en la Universidad Católica, en la sede Lo Contador, donde se encuentra también la carrera de arquitectura. Esto no es un dato menor, ya que su formación como artista fue teñida por los conocimientos de “tutores laterales”, como les dice a los profesores de esa carrera que compartían con él inquietudes similares. Sobre todo, al explorar la escultura. 

Exposiciones como Palos y rocas (2015), de grandes y pulcras piezas de madera que pretendían concienciar respecto de la realidad como una construcción social; y Uso y Abuso (2014), en donde exploró como escultor los límites del material, hoy definen a Steeger como uno de los pocos artistas a nivel nacional especializados en este componente. Inclusive, fue parte de Movimientos de Tierra (2017), el documental que aunó las apreciaciones de artistas sobre la relación entre la naturaleza y la cultura.

Su atracción por la madera va más allá de su belleza y flexibilidad, porque el artista de 51 años encontró un trasfondo espiritual y psicológico. Puesto que su naturalidad recuerda nuestro propio dinamismo como especie, el contacto se vuelve acogedor, cercano, directo e influyente en nuestro bienestar, lo que amplía la perspectiva de acción de este artista. 

Por ello una de sus últimas obras es habitable. “Este objeto partió por una escultura en el MAC, este experimento que era este primer huevo, una carpa de madera”, anticipa. 

“Me fui encantando con la madera por distintas razones”, dice el artista / Patrick Steeger

Combinando lo artístico y lo industrial surge WEO. Una habitación móvil compuesta de tres paneles de madera que por fuera, usando tricoya, resiste a la lluvia, mientras que por dentro funciona como aislante térmico junto a una membrana impermeable que evita la condensación interna. Fue probado en las Torres del Paine y en la cordillera, pues se arma y desarma en un día y no requiere de fundición. 

Steeger, que también estudió escultura urbana en la Escola Massana Barcelona (España), explica las características de esta obra y repasa parte de su carrera desde esta misma habitación, mientras levanta un poco su computador para mostrar, desde adentro, el huevo habitable. “Yo estoy aquí en Limache, con mucho calor, entonces tiene ventilaciones superiores, termopaneles y buena aislación”, introduce. 

–¿Cómo definiría arte y su forma de hacerlo? 

–Mi visión del arte es que los artistas exploramos una cosa de la condición humana que contiene lo psicológico, material y espiritual. Nosotros vivimos en un mundo que trata de parcelarlos dichos aspectos para ordenar las cosas, y en el mundo del arte es bastante caótico el tema. 

Luego de muchos años de docencia formulé el cómo, dónde y qué. Siempre me he hecho la pregunta de dónde exploramos, y siempre trato de mirar esos tres puntos. El cómo es la técnica, la forma material de cómo resolvemos y enfrentamos las cosas. El dónde tiene que ver con el acontecer. Y el qué, con su utilidad, por qué se hace. Desde mi perspectiva, si yo trato de trabajar desde el dónde, con el acontecimiento en sí, me pasa que no tengo mucho que aportar. Mi forma de entregar algo es desde el mundo interior y así hacerlo acontecer de alguna u otra manera.

–¿De qué forma se inserta la madera en su obra?  

–Como la exploración siempre ha sido psicológica, material y espiritual, en esa condición he pasado por un montón de materiales porque tiene que ver con cómo me relaciono con el acontecer, es decir, que el qué, el cómo y el dónde vayan calzando. El territorio determinaba la materialidad. El problema es que en una época post industrial mandamos a hacer todo, o lo compramos simplemente, entonces las lógicas de relación con el mundo material, sobre cómo nos relacionamos, se me distancian demasiado. Hubo varias exploraciones y me fui encantando con la madera por distintas razones, las clásicas: desde el árbol y su condición ecológica, hasta como material para trabajar, que es extraordinario.

“El territorio determinaba la materialidad”, afirma sobre su obra / Patrick Steeger

–¿Qué tiene este elemento que otros no? 

–Hay una condición de bienestar en la madera, desde el olor, la toxicidad, la plasticidad… Es un material tremendamente vivo. Me parece que nos acostumbramos a materiales más inertes y la madera tiene una condición que nos conecta a ese dinamismo natural en el humano. Esta exploración del cómo es algo que hemos perdido en todos los oficios. 

–¿De qué forma trabaja la madera? 

–Mediante dos líneas que son tremendamente delicadas. El uso eficiente de la madera, por una parte, a contrapunto de las técnicas de madera de masa que a la industria le interesan porque vende por metro cúbico, pero tiene sus contras. Por sobre un volumen muy grande, me interesa más bien el uso eficiente de recursos. La madera tiene características y técnicas muy buenas y útiles. Creo que mirar hacia un futuro implica el “less is more” y usar mejor los materiales.

Por otra parte, me desempeño desde la diversidad de materiales. Esta era industrial nos llevó a un monocultivo y a perder una variedad de tipos de madera y condiciones de trabajo con las mismas. Por ejemplo, las estructuras activas o tensadas, aquellas resistentes y rígidas por flexión o torsión, como un arco, no sirven con cualquier tipo de madera. Tienen condiciones más específicas.

–¿Cómo obtiene la madera? 

–Por lo general, trabajamos con tableros. Las partes que componen el huevo se trabajan a través de CNC, un sistema automatizado de máquinas y herramientas que facilitan la adaptación de cada pieza a casi cualquier tamaño. Es tan preciso y versátil como la madera, pues ninguna pieza queda en vano. Cada una es ocupada, durante su producción, en el resultado final. 

–¿Qué características tiene WEO versus la arquitectura que conocemos? 

Actualmente, hemos jibarizado los departamentos hasta tener algún tipo de atrofia psicológica dentro de la arquitectura, de una falta de calidad de vida finalmente. Los espacios arquitectónicos se han “miserabilizado”, entonces uno dice: ¿cómo puedo competir con pequeños espacios que no sean miserables? Eso es el huevo. 

También, la arquitectura la planteamos como algo que no es dinámico, pero hay un dinamismo siempre. En la composición familiar, por ejemplo. Tiene que ver con un futuro en el que se piense qué hacer con la arquitectura. No podemos estar demoliendo y volviendo a construir a cada rato, por eso WEO tiene durabilidad: está hecho de tricoya por fuera, que te garantiza 50 años al exterior, por lo que puede ser reutilizado y transportado. 

No tenemos campos industriales de bienestar, y en ese sentido, la madera es un tremendo aporte en las formas de vivir. Actualmente, hay un descontento tan grande con la falta de ética en el mercado inmobiliario, que yo no cambiaré, pero sí que WEO puede calzar con alguna época o lugar. Pero no voy a intentar dirigir: prefiero plantear en qué puede aportar cada uno y eso desencadena en una visión más amplia.

“Los artistas exploramos una cosa de la condición humana que contiene lo psicológico, material y espiritual”, indica / Patrick Steeger

–¿Por qué es importante crear sustentablemente?

–Las palabras ecología y bienestar son básicas y son una responsabilidad compartida. Tenemos que predicar pero también vivir de esa misma manera: menores excesos de todo tipo. Me pasó que para un hotel, me pidieron el diseño de WEO más grande porque el “american standar” es de 40 metros cuadrados en hotelería. Acababan de enfrentarse a una solución que generaba bienestar de la misma calidad, a mitad de precio, pero no sirvió porque “no era el estándar”, “no es a lo que estoy acostumbrado”. Nos tenemos que reacostumbrar a vivir con menos, pero que ese menos no sea a costa de la jibarización de la calidad de la vida. Porque si apretamos el departamento, o la casa, hasta que tengamos una sociedad enferma, no es el camino. Es una cadena completa entre bienestar y reducción. 

Creaciones como WEO, este espacio moderado de uso personalizado que preserva el bienestar humano y ecosistémico, son posibles luego de pruebas y errores, exploraciones, críticas de materiales y una espiritualidad conectada con su contexto; la vida misma. Patrick Steeger cambió los estudios y oficinas por un taller de carpintería y convirtió sus valores e ideales en algo tangible para el resto. Algo habitable. Un pequeño gran espacio, para una pequeña gran historia. 


Escrito por Catalina Evans Amador
Fotografía principal cortesía Patrick Steeger

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