-Esto partió como algo sencillo, que inicialmente no tuvo la pretensión de ser expuesto, sino que más bien incentivar el estudio de la arquitectura en madera dentro de las universidades. Pero nos sorprendimos. Recibimos más proyectos de los que pensábamos. Y proyectos desde Iquique hasta Puerto Montt. La explicación de esto yo la asocio, primero, a que la experiencia de construir siempre parte con una maqueta en madera. Desde que los alumnos están en el colegio. Incluso en la zona norte, que no son zonas madereras. Y en las universidades las maquetas son de madera. En segundo lugar, esto se sumó a una buena imagen de la arquitectura en madera a nivel mundial estos últimos años: arquitectura sustentable, recurso renovable. Y la tercera patita ha sido la incorporación del uso del computador en el diseño, lo que permite no sólo imaginar, sino que visualizar, construir y resolver cosas complejas. Sobre todo con el uso de la madera laminada.
-Nos dimos cuenta de que había profesores y alumnos estableciendo talleres de construcción en madera. Cuando yo estudié, hace unos 30 años, no existían talleres de madera. Hoy muchas universidades y casi todas las que participan en el concurso tienen establecido el Taller Corma, que es de construcción en madera. Y por eso todos los años, como temas de los concursos, proponemos cosas de interés nacional. Por eso desde el principio hemos establecido conexiones con los Ministerios de la Vivienda, de Transporte, de Educación, incluso con el Ministerio de RREE, cuando pusimos como tema de un concurso la realización de pasos fronterizos.
“Como tema de los concursos hay que presentar ideas que sean seductoras, para que los profesores se animen a hacer un taller así y los alumnos se animen a tomarlos. Porque hoy básicamente la mayoría de las universidades funcionan como un mercado de oferta de talleres. Entonces debes conseguir que los alumnos te tomen como curso”.
-Claro. Porque quienes ofrecen los talleres más atractivos atraen a los mejores alumnos. Con eso harás un mejor taller y tendrás mejores resultados.
-Casi todos esos proyectos quedan dentro del ámbito universitario por un problema técnico. No pueden ser construidos porque los estudiantes no son aún titulados. Por eso no pueden firmar los planos. Sí ha ocurrido a veces que el servicio de asesores externos que tiene la universidad toma el proyecto en conjunto con el alumno y lo ofrecen.
-Claro. Les ocurre lo mismo. Pero el sentido de los concursos de arquitectura es sembrar para mañana. Si tú inyectas entusiasmo, esos alumnos en tres, cinco, 10 años más se van a plantear la posibilidad de hacer sus proyectos en madera. Y hoy el mundo de los especialistas en construcción en madera, es decir ingenieros, arquitectos y constructores, pero de calidad, son pocos. Si bien hay un entusiasmo a nivel universitario, a nivel profesional no lo es tanto. Las dos principales razones es que quien encarga el proyecto tiene prejuicios con la madera. Y la segunda razón de por qué la construcción en madera en Chile no está desarrollada, es porque en general los chilenos no somos muy detallistas. Somos de obra gruesa. Piensa en nuestra comida, o en las actividades económicas en general. Ni una es muy sofisticada. Somos de materias primas. Entonces encontrar cariño por el detalle no es uno de nuestros rasgos. Desde una ferretería hasta una fuente de soda. ¿Qué pasa con una construcción en madera? Que requiere más detalles. Entonces el arquitecto que proyecta una construcción en madera requiere hacer un 30% más de detalles, que significa un 30% más de planos, un 30% más de costos.
Sí, claro. Nosotros estamos haciendo construcciones de viviendas sociales con subsidio y en sectores más pudientes. Se puede.
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