Francisco Lozano presidente de Madera21, se declaró ampliamente satisfecho: “La madera congregó una enorme cantidad de público, más que duplicando la asistencia del año pasado. Tanto las charlas de especialistas, los proyectos presentados en arquitectura, diseño, ingeniería y construcción, como los stands recibieron una gran cantidad de profesionales, estudiantes e interesados por aprender más sobre la madera”.
Agregó: “La madera es el material del futuro y nuestro desafío es hacer de Chile un referente mundial en ingeniería, arquitectura, diseño e innovación usando este material noble que es un recurso natural renovable”.
“La Semana de la Madera es la evolución del Concurso de Arquitectura que partió hace diez años y busca congregar a distintos profesionales relacionados con la madera, pero también al público ampliado. Aspiramos a que siga siendo un punto de encuentro nacional, donde también se plasmen todas sus expresiones, como son el arte, la juguetería, la artesanía y la mueblería. Hoy Chile tiene disponible muchos productos en madera y es reconocido a nivel mundial. A través de Corma y las empresas Arauco, CMPC, Masisa, Louisiana Pacific y Arch Quimetal incentivamos su uso y buscamos generar oportunidades para los futuros profesionales”, añadió.
-Se construyen entre 120 y 140 mil viviendas anuales. De esa cantidad, alrededor del 40-45% son edificios. Entonces nos quedan 60-70 mil casas. En los edificios predomina el hormigón en la estructura. Y la madera predomina en las aplicaciones: terminaciones, decoración, muebles. Mientras que en las casas, la madera se presenta intensivamente en las cerchas, en los tabiques, en los pisos, entrepisos, ampliaciones. Esto no ocurre en los edificios.
“Hacia allá apunta el proyecto de Corma, que en conjunto con varias empresas y la Pontificia Universidad Católica de Chile, formamos el Centro de la Madera UC, que aspira a desarrollar los conocimientos para construir en altura, de cuatro a seis pisos”, sostuvo Lozano.
-Tenemos los productos, la madera se usa con tasas que van creciendo y estamos generando el conocimiento para que se pueda aplicar en otros segmentos. Pero si nos comparamos con países intensivos, estamos rezagados. En suma, si tenemos el recurso y los profesionales, cómo desarrollamos una industria que pudiera ser incluso exportable el día de mañana.
-Para avanzar, la madera debiera ser un material que se estudie atentamente en distintas carreras universitarias. Debiera existir el ramo de Cálculo en Madera, como parte de las mallas de la ingeniería estructural.
-Ese es el nudo y podemos caer en un punto muerto. Pero hemos seguido una estrategia. Primero hicimos un trabajo con los arquitectos. A la fecha han pasado alrededor de 3.500 arquitectos por este concurso. Por lo tanto, los arquitectos de alguna forma han internalizado la madera. Hecha esa tarea, ahora a ese arquitecto hay que entregarle soluciones estructurales y de producto, para que diseñe y proyecte con confianza. Por tanto, el ingeniero es clave para estas respuestas. Este proyecto de la construcción en altura apunta a eso, a que las escuelas de ingeniería lo tomen como un tema relevante. Y el Concurso de Ingeniería impone un tema de investigación aplicada, que le hace sentido al mercado y a la industria, y también le hace sentido a las escuelas de Ingeniería. Ahora debemos consolidar este concurso, como lo está el de Arquitectura.
-En una etapa siguiente, necesitamos gente capacitada. Necesitamos empresas y trabajadores habituados al uso de la madera. Chile en algún momento tuvo oficio en esto, en relación con la mueblería sobre todo, pero eso se ha ido perdiendo. A través de Madera 21 terminamos a comienzos de este año un trabajo con 12 colegios técnicos, donde pudimos incorporar en su malla curricular el tema de la madera. Estamos hablando con el Ministerio de Educación para ver cómo seguimos. Incluso algunos colegios implementaron un laboratorio. Porque es importante que en las carreras técnicas exista esta formación.
-Después está la cadena de productos y soluciones. La construcción busca la industrialización y la eficiencia y la madera es el material para la industrialización. Y es difícil entregarle a la obra los tableros y decirles “córtalos y ármalos”. La obra pasa a ser una fábrica. Hay también toda una línea de investigación de cómo se genera una industria especializada en soluciones constructivas. En Chile hay muchas empresas que hacen buenos productos de madera y tableros, pero al final la construcción necesita soluciones constructivas personalizadas.
“En ese gap –que se ubica entre las empresas que producen los tableros y las maderas y las empresas constructoras- existe en los países desarrollados una serie de empresas que compran los tableros y maderas y preparan las soluciones y las entregan. Es como el cemento premezclado. Para hacer un edificio la empresa cementera no le manda todos los sacos de cemento, sino que le manda el cemento premezclado según las especificaciones. Esa industria hay que desarrollarla en Chile. En Nueva Zelanda, con un tercio de la población de Chile, hay 200 de estas empresas intermediarias. En Chile nos bastan los dedos de las manos para contarlas”.
-La Semana de la Madera es un esfuerzo que hace Corma por poner en valor la madera. Es un recurso renovable, es un recurso de Chile y apunta al desarrollo de posibles industrias y creación de valor. El foco son los profesionales que están en su último año y en el público alrededor. El Concurso de Arquitectura busca que los arquitectos tengan muy presente el uso de la madera cuando diseñen una obra. Que para los diseñadores sea un material familiar buscando distintas aplicaciones, y también en combinaciones con otros materiales. Con el Concurso de Ingeniería, aspiramos a provocar que Chile sea un referente en ingeniería en madera. Y con el Concurso de Innovación, que nos lleva a nuevos productos, nuevos mercados y nuevas soluciones.
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