Desde su fundación en 1942, el Colegio de Arquitectos de Chile sólo ha tenido tres mujeres en el cargo de Presidenta Nacional. Pilar Urrejola es una de ellas y ha sido, además, la única mujer en presidir una Bienal de Arquitectura en la historia del Colegio.
Se formó como arquitecto en la Universidad de Chile y desde 1986 ha trabajado en la Universidad Católica, siendo Subdirectora de la Escuela de Arquitectura y apoyando diversos procesos de mejoramiento de calidad en la Educación Superior.
Desde que asumió como presidenta en 2015, su gestión se ha centrado en potenciar la disciplina, en dar testimonio “de lo esencial que tiene el oficio de la arquitectura en la percepción y desarrollo de lo que somos” ─dijo al aceptar el cargo─ y en su rol como jurado del Concurso de Arquitectura 2016, enfatiza en la necesidad de ayudar y guiar a los estudiantes, “porque en dos o tres años más, podrían ser grandes profesionales trabajando la madera”, dice.
─ ¿Se construye poco en madera en Chile?
Creo que cada vez se construye más, pero comparativamente muy poco considerando todo lo que se podría hacer. Todavía no hay una cultura de la madera, pese a que ha mantenido un creciente prestigio en términos culturales.
─ ¿Cree que los nuevos arquitectos reciben poca formación en madera?
No, creo que para los nuevos arquitectos, dada la conciencia más universal que hay sobre el tema de la sustentabilidad, ya no hay ninguna universidad que no tenga cursos de materialidad, de energía, de tecnologías aplicadas en ese sentido. Creo, además, que los arquitectos jóvenes están mucho más formados de lo que estamos los arquitectos mayores. Lo que pasa es que, desgraciadamente, la madera tiene una calificación cultural baja, la gente cree que la madera, como material constructivo, no tiene sustentabilidad, que la madera, incluso, no es un material.
─ ¿Qué se entiende por sustentabilidad en arquitectura?
En el mundo contemporáneo que vivimos, la sustentabilidad ha pasado a ser un tema central, pero esa sustentabilidad ha existido siempre y la arquitectura siempre ha tenido una preocupación por ella. El asunto es que de repente el mundo empezó a gastar energías y recursos como un loco, sin preocuparse de que los recursos son finitos. Pero desde hace algunos años ya, comenzó a surgir una especie de conciencia sobre la relación entre los recursos naturales y el cuidado del planeta Tierra. El mundo contemporáneo, entonces, lo que hace es poner en valor cuáles son esos elementos naturales y cuál es la posibilidad que tenemos para que su uso sea a un ritmo que podamos mantener en el tiempo.
─ ¿Y cómo se vincula la madera con este tema?
Cuando hablamos de arquitectura sustentable estamos hablando de la capacidad que tiene la arquitectura para diseñarse de forma adecuada a la zona y a los paisajes en que se emplaza. Hablamos de materiales que sean muy eficientes, de gran calidad arquitectónica, que requieran una mantención razonable y de manera relativamente económica. En suma, que la relación entre los materiales, el medioambiente y el paisaje sea, en cierta forma, equilibrada.
Y ahí aparece la madera, que en el caso de Chile es un material de primera categoría, que es flexible y se comporta muy bien ante los sismos, como un esqueleto sensible que se mueve pero no se derrumba. La madera, por otro lado, es un material reutilizable, no genera basura pues se recicla naturalmente. Entonces, evidentemente, la arquitectura sustentable se basa en las posibilidades de crear obras que sean resistentes a los terremotos, obras que en lo posible no dejen más escombros de los necesarios, obras que tengan temperie, calidad de ventilación y de calor.
Hay que considerar, también, que somos un país absolutamente maderero. En Chile, el pino radiata demora 20 años desde que se planta hasta que se cosecha. Eso implica que en 20 años podemos tener a disposición un material con cualidades extraordinarias para las condiciones de Chile, desde Arica hasta Aysén, con distintos diseños, distintas soluciones técnicas que se adapten a los diferentes climas.
─ Entonces, la sustentabilidad ¿tiene menos que ver con las nuevas tecnologías que con la materialidad?
Es que dentro de las tecnologías es posible tener calefacción, electricidad e iluminación a partir de paneles solares, por ejemplo, pero esas tecnologías se pueden instalar en cualquier edificio, de cualquier material. Entonces, una materialidad sustentable es, en cierto sentido, un ingrediente esencial que va más allá de todas las otras formas de ahorros de agua, de reciclaje, etc., que se puedan implementar. Hay una especificidad que tiene la madera que la hace ser un material sustentable.
─ ¿Y cuál sería la piedra de tope para que se use más intensivamente?
Creo que en términos de educación hay una carencia enorme frente a las enseñanzas técnicas y las enseñanzas de los oficios. Desgraciadamente, como somos bastante prejuiciosos y creemos que lo único que importa son las careras universitarias, la formación técnica para los maestros que trabajan en madera tienen poca capacitación técnica. Y los maestros suelen ser autodidactas, aprenden por experiencia y son pocas las empresas o constructoras que capacitan a su gente. Entonces hay que ayudar a que la educación técnica en Chile se más valorada, porque son pocos los buenos carpinteros y necesitamos más.
─ En ese sentido, ¿cómo evalúa el aporte del Concurso de Arquitectura y su experiencia como jurado?
Desde que comenzó el Concurso fue muy bien recibido por la comunidad porque lo que se hace por la madera en Chile es transversal, afecta múltiples áreas: influye en la enseñanza, influye en la industria, influye en la profesión, en la calidad de vida de los habitantes, en la calidad de nuestra arquitectura y de nuestro patrimonio. Desde ese punto de vista, creo que el Concurso tiene que seguir creciendo en consistencia. Creo que deberíamos tratar de tener un compromiso público con la madera, un material que tiene una cultura de muchísimos años, de mucha historia y tradición.
─ Respecto de ese compromiso público, y considerando el Programa Estratégico de la Madera y que Chile será sede del congreso de ingeniería y construcción en madera, ¿qué esperaría ver en los próximos cuatro años?
Lo que me importaría ver es que todos los años se hicieran misiones tecnológicas de la madera. Creo que, si bien las universidades han aportado lo suyo, al igual que la industria y el Concurso mismo, falta generar un viaje tecnológico de la madera para arquitectos, ingenieros y constructores y que eso fuera una cosa cotidiana; que toda persona que quisiera aprender sobre arquitectura de calidad en madera pudiera optar, una vez al año, a estos viajes tecnológicos y aprender sobre obras destacadas en madera.
─ ¿Y cuáles son las líneas de acción que sigue el Colegio de Arquitectos en este ámbito?
Nos preocupamos de que la sustentabilidad tenga un peso específico dentro de nuestros asociados, de mantener una cierta conciencia pública en nuestros programas y cursos de extensión. Tenemos, además, un comité de sustentabilidad y energía que se preocupa de todos estos temas, de la calidad de la construcción en la arquitectura, de los diferentes elementos que existen en términos del uso del agua, la electricidad, el del uso de los recursos, etc. Y ahora está también la Bienal de Arquitectura, cuyo tema son los “diálogos impostergables”, es decir, aquellos temas esenciales que tenemos que discutir como comunidad de habitantes y como comunidad de expertos para nuestra vida futura. Entre ellos está el tema de la sustentabilidad, de la energía, de la materialidad, de la tecnología, conversaciones impostergables que debemos tener antes de que tengamos al planeta totalmente contaminado.
Imagen principal: © Felipe Pinto