21 de Marzo, 2017
Pequeñas piezas coloridas se expanden con movimiento a lo largo del espacio, formando estructuras que parecen puzles, donde cada elemento encaja perfectamente para crear un paisaje de la naturaleza o a un universo siempre en expansión.
Así podría describirse parte del trabajo de Louise McRae, una artista neozelandesa que utiliza desechos de madera para luego darles un nuevo orden, forma y color y así crear obras de arte abstractas.
Para la creación de sus obras, la artista selecciona cuidadosamente pedazos de madera que han sido desechados en construcciones y que se han convertido en escombros a su alrededor. Posteriormente, les da color a partir de acrílicos, óleos, hojas de plata e incluso a través de la carbonización. La artista usa principalmente tonalidades cálidas y térreas.
Finalmente, corta los pedazos y los reorganiza de acuerdo a formas y a tamaños. Ahí es cuando aparecen las obras y cada pieza se transforma en un todo que adquiere una sensación de movimiento, ya que algunas veces las dispone de forma ondulante.
Estas obras de pared, de pequeño, mediano y gran formato, van desde los 14 x 14 cm. llegando a superar los 100 cm. de largo. Al estar compuestas por pedazos de madera, ninguna pieza es igual a la anterior, y todas resaltan por ser únicas.
¿Es una pintura, una escultura o una instalación? La artista constantemente juega con los límites de estas disciplinas y más allá de catalogar su arte con alguna de estas etiquetas; va más allá de esas reglas definiéndolas como pinturas que parecen esculturas.
Afirma que al usar materiales reciclados se acerca un poco a las prácticas de los artistas cubistas que también presentan imágenes distorsionadas en intentos por representar tiempo, espacio y movimiento dentro de una misma obra de arte.
Así, Louise McRae propone la reutilización y reorganización de un material tradicional, dándole un nuevo espacio y un nuevo significado, para que cuente una nueva historia y para poder fomentar los cuestionamientos acerca del mundo y todas las cosas, desde una perspectiva diferente. Por eso, sus obras constantemente interpelan al espectador, permitiéndole imaginar, por ejemplo, paisajes en medio de las explosiones de color.
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