16 de Agosto, 2017
Juguetes, prototipos, prótesis e incluso alimentos. Todo eso y en realidad casi cualquier objeto se puede crear con una impresora 3D. Con el tiempo esta tecnología se ha popularizado y desde ahora se verá impactada gracias al uso de un nuevo material. Se trata de la celulosa, uno de los principales productos de la madera, comúnmente utilizada en la elaboración del papel.
Recientes investigaciones del Massachusetts Institute of Technology (MIT) han demostrado que esta sustancia cuenta con una serie de propiedades que la convierten en una alternativa sostenible y eficiente para la impresión en tercera dimensión.
Una impresión tradicional en 3D se realiza con polímeros sintéticos, principalmente termoplásticos provenientes del petróleo. Así, al calentar esta sustancia, es posible moldearla y lograr el objeto deseado a través de un computador. A mayor calor, se podrá obtener un producto más prolijo en menor tiempo.
Este gasto energético y el impacto que implica elaborar productos desde polímeros sintéticos podrían verse revertidos gracias a la utilización de acetato de celulosa que puede disolverse en acetona y luego, cuando ésta se evapora, distribuirse en la impresión a temperatura ambiente y solidificarse. Así, el gasto energético es menor, porque no requiere calentamiento, siendo un proceso potencialmente más rápido.
De acuerdo con las investigaciones del MIT, este nuevo procedimiento permite obtener piezas más fuertes que con los materiales tradicionales. El grupo de científicos demostró, también, la versatilidad de la celulosa, creando pinzas quirúrgicas a las que añadieron un colorante que les dio un carácter antimicrobiano al estar expuestas a luz fluorescente.
La celulosa es el polímero natural más abundante en el mundo y el acetato a base de ella tiene gran disponibilidad también. En comparación con el resto de los materiales utilizados en impresión 3D, los costos son menores, es más versátil químicamente y además es biodegradable.
Por todas estas razones la creciente tendencia de impresión en tercera dimensión podría verse atraída con estas propiedades, haciendo comercial y ambientalmente atractivo a este producto de la madera.
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