Se trata de una revolucionaria tecnología desarrollada por el Massachusetts Institute of Technology que permite que láminas de madera puedan adoptar diversas formas automáticamente, permitiendo que diversas estructuras se autoconstruyan.
Un material reacciona con el ambiente y adopta una forma automática, se curva en alguno o varios de sus extremos y así se crea una estructura. Esos son los principios básicos de los materiales programables, que actualmente se están probando en materiales sustentables como la madera.
Esta tecnología, que viene siendo desarrollada hace ya un par de años por el Centro Internacional de Diseño del Massachusetts Institute of Technology (MIT), está acaparando las miradas de todo el mundo, ya que no requiere de mecanismos robóticos ni otros dispositivos electrónicos adicionales.
Así, para programar las instrucciones de movilidad que se requieren de un determinado material, es importante considerar las características del mismo, conocer qué transformaciones naturales podría tener y luego ver cómo podría reaccionar a diversas energías como temperatura, luz, electricidad, presión o humedad.
Madera programable: oportunidades a futuro en 4D
En el caso de la madera, es sabido que ésta al entrar en contacto con el agua se expande. Considerando eso y conociendo la estructura del material, los científicos del MIT han desarrollado la impresión en cuatro dimensiones.
Lo anterior en base al estudio previo de la orientación de las vetas de la madera, que fueron impresas en tres dimensiones utilizando como base aserrín y plástico, combinándolos en un filamento. Gracias a dicho proceso obtuvieron una lámina que se activa con la humedad y se curva automáticamente. Esta última es la cuarta dimensión.
Una de las oportunidades que surgen inmediatamente frente a esta nueva tecnología es que en el futuro los objetos podrían ensamblarse o armarse por sí solos. Y si se aplica a aquellos de uso cotidiano como mesas o sillas, se podría estar frente a una revolucionaria forma en que los seres humanos interactúen con su entorno.
Pero además generaría un fuerte impacto en la propia industria ya que podrían producirse diversos objetos que luego serían envasados al vacío de forma plana, modificando así las actuales maneras de fabricación, almacenamiento y distribución de muebles, juguetes o cualquier cosa que pudiera crearse con madera.
