20 de Noviembre, 2017
La sensación acogedora de las cabañas escandinavas clásicas es lo primero que se hace presente en el interior de esta casa de veraneo, revestida completamente de alerce y cedro y que se ubica en el pueblo bielorruso de Raubichi.
El proyecto fue diseñado por el estudio Zrobym Architects, que tiene su sede en Minsk, la capital de Bielorrusia, y que pensaron esta casa como un refugio tranquilo.
Así, la construcción fue emplazada en una zona residencial en la orilla del embalse de Dubraŭskaje y está diseñada como una vivienda cálida y simple con una superficie más bien reducida, de solo 68 m2.
“Intentando considerar todos los deseos del cliente, hemos creado un espacio pequeño y acogedor, que será lo suficientemente cómodo para vivir en la vejez”, explican los arquitectos. Así, esta casa se eleva sobre el suelo en una losa aislante y cuenta con un techo a dos aguas con grandes aleros que sobresalen.
El exterior de la casa está revestido con una combinación de alerce escandinavo y cedro, que fueron elegidos por su agradable aroma. Algunas de las tablas están en ángulo para que coincidan con la inclinación del techo, agregando un detalle más dinámico a la fachada.
La construcción cuenta con grandes ventanales incorporados en dos de las fachadas, asegurando que la luz natural entre al interior y que se pueda apreciar la vista del entorno natural exterior. De hecho, algunas ventanas tienen doble altura, y dan justo frente a un manzano que se extiende a través de una terraza cubierta en la parte delantera de la casa.
El interior tiene la apariencia de una cabaña clásica, a través del uso de un amplio revestimiento de madera, vigas expuestas en el techo y ciertos detalles en el equipamiento, como una estufa a leña.
“El regreso a las formas tradicionales en la construcción de viviendas, y a la reflexión de la casa bielorrusa clásica, en un estilo moderno, se convirtió en el principal concepto al diseñar el proyecto”, agregan los arquitectos.
“La austeridad escandinava y la identidad bielorrusa se reflejaron en el proyecto de esta casa, creando juntos una imagen única”, señalan.
En ese sentido, las superficies blancas introducidas en el piso de la cocina, los estantes y la mesa de comedor contrastan con la madera y ayudan a mejorar la sensación brillante del interior.
En una pared, las tiras estrechas del revestimiento de madera se orientan en diferentes ángulos para crear un aspecto llamativo sobre la pared, que además está en relación al diseño de la fachada frontal. La misma técnica se aplica a una cabecera para la cama, en el dormitorio.
Además del amplio y abierto living comedor, la planta baja tiene un baño con azulejos gráficos en blanco y negro, recurso que se repite en el dormitorio principal. Para subir al segundo nivel, una escalera conecta el salón con un ático, que puede ser usado como estudio o como dormitorio adicional.
Publicado originalmente por Alyn Griffiths para el medio Dezeen.com
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