El ingenio y la creatividad se encontraron en un inédito desfile de modas basado en madera

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27 de Noviembre, 2017

“La noche de la madera” se llamó el evento organizado por estudiantes de la Universidad del Bío-Bío para conmemorar los 70 años de su casa de estudios, instancia que espera convertirse en el futuro en toda una tradición.

Todo partió por la insistencia de una profesora para participar en el fondo FADE de la Universidad del Bío-Bío, en Concepción. La idea eran replicar lo que anualmente realiza la Escuela Superior de la Madera en Nantes, Francia, con su tradicional desfile de modas “Nuit de Bois”.

Y así, cerca de 25 estudiantes de Ingeniaría Civil en Madera se organizaron para llevar a cabo, por primera vez, un inédito concurso en donde la madera fuera la protagonista, combinando el ingenio, el conocimiento y el trabajo conjunto.

Así se gestó La Noche de la Madera, “Vive la moda, vive la madera”, que reunió a unos 10 participantes, divididos en grupos de dos y tres alumnos, quienes diseñaron creativos vestuarios en base a madera, ya sea en forma de chapa, madera aserrada, corteza, trozos y rodelas como con sus derivados como el cáñamo, papeles, hojas y ramas.

El jurado, compuesto por representantes del sector forestal como PymeMad Biobío y de la misma universidad, eligió como ganador a “El Cisne Negro”, en donde la flexibilidad de la madera quedó de manifiesto: en medio del escenario y con suave movimiento, la modelo desplegó sus alas como si fuera las de un cisne real, dejando a todos en silencio.

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Pluma Real y Gladiador obtuvieron el segundo y tercer lugar, respectivamente, obras en donde destacaron, simultáneamente, la gracia y la complejidad de las formas.

Tras bambalinas el glamour y la creatividad también se robaron las miradas. Antes del comenzar el concurso, Rocío Espinoza, una de las organizadoras del evento, lució un faldón de viruta acompañado por aros y pulseras en base a madera. Todo creado en un taller que los universitarios hicieron a niños beneficiarios de Senda, esto porque uno de los requerimientos del FADE era que el proyecto genera una vinculación con la comunidad.

“La universidad nos está entregando las herramientas para desarrollar nuestras habilidades blandas, como el postular al FADE y ver qué nos mueve, por qué defendemos los productos que se desarrollan en madera, por qué nos gustan las construcciones en madera, cuáles son las bondades y lograr diferenciarnos”, dice la estudiante, quien cursa quinto año de Ingeniería Civil en Industrias de la Madera y es secretaria del Centro de Alumnos de su carrera.

Bandas musicales y el coro de la universidad también se hicieron presente, aportando con un ambiente festivo al evento.

Tras contar con el apoyo de externos y de su propia casa de estudios, ahora los estudiantes van por más. “Queremos tener un fondo para que se realice todos los años. Que sea el evento de la carrera y que la universidad aporte un monto mientras el centro de alumnos tenga reuniones con empresarios, dando a conocer los beneficios de participar en él”, concluye Espinoza.

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