11 de Diciembre, 2017
Grupo Talca busca el rescate de la autogestión y el trabajo en comunidad. Fundado en 2003 por Martín del Solar y Rodrigo Sheward, el equipo nació mientras sus socios cursaban la carrera de arquitectura en la Universidad de Talca. Y hasta ahora han fortalecido las intervenciones arquitectónicas, siempre con el foco en potenciar la mano de obra local en cada nueva obra en ejecución.
Por estos días trabajan en diseñar y construir equipamiento para el proyecto de conservación “Rerserva Morro” en la Carretera Austral, cerca de Puerto Cisnes, región de Aysén. En ese terreno, rodeados de la vegetación propia del sur de Chile, del frío permanente y la lluvia cíclica, trabajan junto a un grupo de leñadores y carpinteros de la zona.
Este año también forman parte de proyectos con relevancia arquitectónica y social, como es el trabajo en AndesWorkshop, al que fueron invitados por Cazú Zegers. Se trata de una iniciativa con la que esperan activar sectores que están en riesgos de distintos tipos. Todo a través de intervenciones mínimas, trabajo con la comunidad, apoyo de arquitectos nacionales e internacionales, y un proceso interdisciplinario con foco en la conservación patrimonial.
Es por ese interés de trabajar con la comunidad que el equipo no basa sus iniciativas en concursos público. “Los tiempos que exige un concurso público no calzan con los que hemos ido entendiendo que requieren las obras para un mejor desarrollo. Nosotros abordamos la obra en su completitud, diseño, gestión y construcción. Otra cosa es que los concursos públicos se separan en distintas etapas, nosotros lo entendemos como un todo, incluso un proceso muy lento de trabajo con las comunidades para entender su manera de hacer y qué es lo que tienen para desarrollar estos proyectos”, señala Rodrigo Sheward.
Otro de sus focos es la entrega de ese conocimiento adquirido con la experiencia. A comienzos de este mes abrieron el Wokshop Mesa Sur en la Escuela de Arquitectura de la Universidad del Desarrollo, en Concepción. Su aporte a la instancia fue reflexionar, diseñar y construir de manera intensa, en un tiempo acotado y sobre un problema común.
Grupo Talca trabaja en sectores aislados, en terrenos donde muchas veces no hay electricidad. Sin embargo, la distancia geográfica no los ha marginado de eventos a nivel internacional y de reconocimientos a nivel mundial.
Es así como el año pasado fueron invitados a la Bienal de Arquitectura de Venecia y en esa oportunidad aprovecharon un lugar insigne frente al canal para instalar un mirador que fue construido para la localidad de Pinohuacho, una obra que se transformó en una herramienta para impulsar el turismo.
Según ellos mismos explican a la hora de presentar la empresa, su objetivo es pensar y hacer arquitectura en sectores de la sociedad donde el “arquitecto no llega”. Se caracterizan por trabajar con procesos locales, destacando al máximo los recursos existentes y las tradiciones asociadas a las comunidades que sirven.
Por eso se enfocan en “potenciar proyectos en la periferia de la ciudad o en comunidades rurales utilizando recursos de la zona, integrando a la comunidad para gestionar y desarrollar diseños participativos”, explica Grupo Talca.
En este punto Sheward agrega: “De un tiempo a esta parte nos hemos dado cuenta del valor que existe en un tipo de hombre especial que habita ciertos territorios, con una sabiduría que necesariamente es adquirida a través de la experiencia corporal que los acompaña de generación en generación. Esa sabiduría es la que creemos que los procesos arquitectónicos carecen y por eso es que nos ponemos a un lado de este tipo de hombre para aprender de él, pensar y desarrollar junto a él ese territorio que lo define”.
En 2015 ganaron un premio del International Committee of Architectual Critics (CICA) para jóvenes arquitectos, por sus obras con impacto social, en turismo e intervenciones urbanas, tanto en Chile como en Ecuador, México, Venezuela y Bolivia.
Han ganado diversos concursos, uno de esos el YAP_CONSTRUCTIVO (The Young Architects Program”, en 2014, y otro de colaboración anual entre el Museo de Arte Moderno y el MoMa PS1 para promover la investigación en diseño innovador y el talento emergente.
La Casa Cudico (2005), Casetón en Pinohuacho (2006) y el Quincho Gorro Capucha (2010) son parte del listado de obras más destacadas que tiene el equipo enfocado en la arquitectura rural y colaborativa con la comunidad.
Aunque algunos proyectos han considerado la utilización de mimbre, piedras y acero, la madera es la base de la construcción de Grupo Talca, principalmente porque es el principal recurso en las zonas en que realizan sus proyectos y aprecian la sabiduría de esta materia prima.
“La madera debe ser el material más versátil que existe. Te permite tomarlo del lugar, dimensionarlo, con él construir obra gruesa y sus terminaciones. Creemos que esa condición transversal de la madera nos permite desarrollar proyectos con tecnología local a muy bajo costo logrando un resultado notable”, detalla Sheward.
Señalan que durante estos 14 años de trabajo han tenido un cambio fundamental ya que ahora el foco no es la construcción. Según explica Sheward: “Estamos poniendo el énfasis en el hombre y dejando de ponerlo en las cosas, aunque entendemos que lo obra es importante, pero que ésta es el resultado de un proceso humano donde la sabiduría local es la manera de hacer que la determina”.
Fotografía ©Bruno Giliberto
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