25 de Junio, 2018
Como parte de un complejo que incluye un área de eventos y un spa, el estudio italiano Pedevilla Architects diseñó el nuevo edificio de una escuela de cocina para el hotel Bad Schörgau, que se ubica a orillas del río Talfer, al norte de Italia, donde los manantiales naturales se han utilizado para baños públicos desde el siglo XVI.
El hotel incorpora un restaurante gourmet y una academia de cocina que, además, comprende un área de seminarios para los huéspedes que quieran aprender más sobre la cocina de la región.
El exterior del edificio es bastante simple, pero novedoso. Se encuentra revestido con paneles de madera que cuentan con un patrón recortado similar a círculos entrelazados. Este diseño ha sido influenciado por las decoraciones regionales.
“Este adorno crea una conexión con la tradición local: simple pero generoso, sin lujos y sin embargo, de una decoración sencilla y tranquila”, explica el estudio de arquitectos.
De esta forma, las brechas entre las formas crean agujeros que permiten una vista parcial del interior, donde los paneles se utilizan como una pantalla para cubrir ventanas grandes.
Por otro lado, los mismos elementos geométricos se utilizan para crear superficies estampadas dentro del edificio. En el espacio principal de clases, se extienden por el techo y están decorados con estrellas tridimensionales que acentúan los puntos donde se superponen los círculos.
Esta área de enseñanza incluye una cocina articulada en base a una unidad hecha de un bloque monolítico un tipo de roca ígnea que contiene cristales como el feldespato o el cuarzo.
Este bloque de cinco metros de largo, pesa 22 toneladas y sus superficies grises y verdes han sido dejadas en su estado natural, sin terminaciones, excepto por la superficie de trabajo pulida. La cocina está ubicada en un extremo de un gran salón con capacidad para alrededor de 100 invitados.
Por otra parte, dentro del proyecto destaca una escalera de caracol que conduce desde la escuela de cocina a una sala de seminarios situada debajo de un techo inclinado, que también está revestido con paneles estampados. Este espacio se abre a una terraza en la azotea con vistas al paisaje exterior
Las paredes, los techos y los pasillos de la escalera están terminados con una textura rugosa, hecha de cal y cáñamo para realzar la estética natural del interior.
La escuela de cocina está conectada con el spa y Pedevilla Architects también trabajó en la transformación de un edificio histórico para crear un espacio donde se muestren los productos para el cuidado del cuerpo, utilizados en el espacio de relajación.
Particularmente, la paleta de materiales del yeso texturizado y de la pícea encalada utilizada en todos estos espacios está destinada a complementar los ingredientes naturales utilizados para crear la gama de productos del spa.
Nota publicada originalmente en Dezeen.com / © Gustav Willeit
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