Cuando hablamos del contexto del sector construcción, es complejo cumplir la regla del feedback eficaz de “3 por 1”, es decir que por cada tres cosas positivas te refieras a una negativa. Es más, la línea base pareciera estar bajo las fundaciones, a pesar de que regionalmente seamos considerados un referente.
Con el objetivo de revertir los resultados a la fecha, el gobierno ha puesto la mirada en los esfuerzos de países desarrollados y ha elaborado una hoja de ruta desde la cual han surgido diversas iniciativas, las cuales estamos todos aún expectantes de contribuir y ver sus impactos. Es ahí en donde la Prefabricación e Industrialización de Viviendas pasa a ser una de las 15 iniciativas relevadas [1].
La experiencia internacional demuestra que la industrialización en la construcción genera impactos positivos en términos de la productividad del sector, mejor calidad del producto terminado, menor intervención en el lugar de obra, permitiendo además la reducción del impacto ambiental a través de una mejor gestión de residuos, y algo no menor es que se ha demostrado que los edificaciones habitacionales en madera ayudan a mejorar el bienestar de los residentes en términos de calidad de vida y calidad ambiente interior. Para relevar su potencial como material estructural de construcción, se puede mencionar que elaborar 1 tonelada de hormigón armado consume 5 veces más energía que 1 tonelada de madera, 1 tonelada de acero 24 veces y 1 tonelada de aluminio 126 veces[2].
En este contexto, la madera nos proporciona una oportunidad única para avanzar en el desarrollo de sistemas de construcción industrializados. Se debe destacar, que la experiencia internacional demuestra una importante reducción de costos y un significativo aumento de la calidad en el producto terminado. En el caso de construcciones modulares es posible desplazar la construcción al sitio de fabrica en un 90%, ayudando de esta manera una menor reducción del flujo de trabajo y un ahorro significativo en los desperdicios de obra.
Para hacer tangibles los resultados anteriores, se deben conjugar una serie de factores claves tales como la estandarización, el uso de nuevas tecnologías, mejor integración de la cadena de valor, modelos contractuales ajustados, desarrollo de nuevas competencias, y por sobre todo el dar a conocer la madera como una alternativa para el usuario último, quien muchas veces por desconocimiento la relega dentro de sus posibilidades.
En nuestro país, aún existe la oportunidad de explorar el potencial completo de la construcción en madera bajo un sistema industrializado. El foco mayormente se ha puesto en la prefabricación de componentes, el cual es aún reducido o el porcentaje óptimo de prefabricación sin contar con datos duros, previamente validados. Es en este hecho que se pierde la posibilidad de que el sitio de obra se limite a las conexiones entre elementos y terminaciones.
Lo anterior requiere de una inversión inicial mayor, no solo en tiempo sino también en costo, debido a que se deben realizar procesos de diseño y planificación integrados y detallados de manera tal que la instalación sea continua. En este caso se debe avanzar en temas que parecen ser clave:
Considerando desde la línea productiva para el desarrollo de la solución final. Los procesos actuales mayormente se están desarrollando bajo un modelo tradicional de trabajo, causando diferentes tipos de ineficiencia, por ejemplo, modificaciones futuras por falta de desarrollo de sistemas constructivos. Adicionalmente, no existe mayor desarrollo en BIM madera, considerando opciones disponibles en el mercado nacional.
La carencia de experiencias nacionales documentadas ha puesto de manifiesto la importante de documentar el aprendizaje adquirido. Actualmente, existe un reducido número de especialistas en diseño y por sobre todo en cálculo estructural en madera. Lo anterior se evidencia en el porcentaje nulo de edificaciones en altura que consideren este material como elemento estructural.
Por lo general los proyectos se manejan bajo un sistema de Diseño-Licitación-Construcción, lo que implica la separación de los servicios reduciendo la capacidad de cooperar entre los involucrados. Adicionalmente, los modelos de pago deber ser ajustados a un nuevo modelo de contrato, en donde la inversión inicial se realiza en una etapa previa a la construcción.
El rol del constructor debe ser ajustado desde su formación integrando conocimientos claves en líneas de producción, montaje y conexiones estructurales. Así también como capacidad técnica en cuanto a los materiales y soluciones en el mercado para llegar a un estándar óptimo en cuanto al desempeño y seguridad de los futuros proyectos. Por otra parte, los trabajadores en obra, deben transformarse en mano de obra calificada y con procesos de certificación que den cuenta de sus competencias y aseguren un producto final de calidad.
Esto se debe traducir en una mayor oferta disponible en el mercado. Estos nuevos productos deben garantizar un buen desempeño en cuanto a la estandarización, sostenibilidad, resistencia tanto estructural como contra el fuego y ataque de agentes patógenos. En este caso, se debe avanzar en el desarrollo de nuevos procesos que mejoren en comportamiento y estabilidad dimensional de los componentes de madera.
Finalmente, se necesita ser enfático en que la industrialización es diferente a la adquisición de componentes y que para hacer tangible su potencial se debe avanzar en entender el nuevo negocio, incorporar tecnologías y procesos de diseño y logística integrados, y por sobre todo aprender de la experiencia nacional en el desarrollo de nuevos sistemas constructivos, en donde la madera pasa a ser el material principal para asegurar el buen desempeño de las edificaciones futuras.
REFERENCIAS
[1] Dentro de las 15 iniciativas, se ha determinado la existencia de 4 iniciativas de carácter estructural para el programa, ello considerando que aportan al cumplimiento de los metas de los ejes estratégicos y porque habilitan el desarrollo de otras iniciativas. Estas son: Implementación del Plan – BIM, Desarrollo de un Centro tecnológico de I+D+i, Programa de capacitación, certificación y registro de profesionales y trabajadores, y Desarrollo de sistemas de prefabricación e industrialización de viviendas
[2] Bowyer, Wood Products pp 5-6. Council, C. W. (2004). Energy and the environment in residential construction. Sustainable Building Series No, 1, pp 1-16.
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