Se trata de los cajones “Flamentr3lok”, un instrumento que ya forma parte de grupos como Inti Illimani, Natalino, Vitrola Folk y Saiko. Recientemente se presentaron en la muestra de “Hecho en Chile, hecho en madera” y ya están presentes en Perú, Brasil, España y Cuba.
Fue después de que se cansara de transportar su batería de un lado a otro que Ricardo Villacura pensó en los cajones peruanos como una posible opción, ya que eran mucho más livianos y emulaban sonidos semejantes a los de un bombo y a los de una caja de batería.
Y así nació “Flamentr3lok”, cajones de percusión basados en la tradición peruana, española y cubana, elaborados con materias primas nacionales. “Nuestra metodología está inspirada en la pasión por la música, la que nos motiva a entregar lo mejor de nuestra experiencia en función de masificar este hermoso instrumento con nuestro oficio”, agrega Villacura, músico y fundador de la marca.
Un nombre difícil de retener en un inicio pero que su dueño asegura fue una gran forma de llegar a los clientes. “Sabíamos lo difícil que sería en un comienzo que la gente pronunciara correctamente el nombre de la marca, pero fue un gesto para llamar la atención de los músicos y clientes. Cada vez que llamaban para preguntar por el nombre y otros detalles, aprovechamos para enseñarles nuestra marca, nuestros cajones y nuestro trabajo”.
La marca proviene de un nombre compuesto a partir de uno de los bailes más típicos de España: el flamenco y de la palabra “trilok” que significa gurtu, músico o percusionista. Con la unión de estas dos palabras nace la marca “Flamentr3lok” palabra compuesta en la que fonéticamente se reemplazó el número 3 por una letra “i”, pronunciándose “Flamentrilok”.
La elaboración de los instrumentos se basó en el método artesanal en donde principalmente se trabaja con las manos, dejando un porcentaje mínimo de elaboración a las máquinas. “Creemos fervientemente en el trabajo hecho a mano como método de diferenciación respecto a la industria musical actual”, añade el músico.
Para llegar al producto final, realizaron pruebas, ensayos y tesis de los contrachapados de pino y raulí a través del estudio de placas sonoras (contrachapados) y polaridades de frecuencias (proyección del sonido). Gracias a ello, pudieron establecer que las materias primas escogidas eran adecuadas para fabricar un instrumento de buen diseño y sonido.
Los cajones “Flamentr3lok” están hechos casi por completo en madera ya sea por la gran versatilidad de diseño que permite esta materia prima y por su gran calidad sonora. “Por lo general este material tiene un comportamiento y rendimiento del 100% en todos sus procesos de fabricación: dimensiones, peso y humedad, lo que nos permite entregar al músico un cajón con tonos agudos y bajos muy definidos y con distintos matices de excelente proyección”.
“Cuando se proviene del mundo de la batería y percusión es muy fácil detectar lo que el medio nacional necesita. Se carecía de un instrumento que fuese fácil de transportar y que además, tuviera sonidos y matices similares a una batería”, cuenta Villacura.
Es por esa razón que elaboraron distintos modelos de cajones para la diversidad de público, como por ejemplo: cajones para niños, para carnavales y pasacalles, cajones más livianos para mujeres o cajones con colores, permitiéndole al dueño tener un cajón personalizado a su gusto.
“Flamentr3lok” además de ser un referente en su ámbito, tiene como objetivo que las mujeres se unan al mundo musical, ya sea en la percusión o en uso de cualquier otro instrumento. Para promover esta idea, los fundadores tienen igual cantidad de embajadores musicales de ambos géneros.
“Por años veíamos la exclusión de las mujeres en la música y hoy contamos con exponentes de calidad internacional que se dedican día a día a edificar un nuevo espacio para el desarrollo de esta disciplina”, menciona Ricardo.
Para “Flamentr3lok” las mujeres son las verdaderas protagonistas y bajo esa idea fue que lograron expandirse a nivel mundial. Actualmente es una de las marcas de fabricación de cajones en madera más adquiridos por músicos chilenos y extranjeros.
Escrito por Paloma Ávila.
