Entrevista

Andrés Gutiérrez: “En Chile no hay centros de formación para los carpinteros”

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El arquitecto de la U. de Chile con Máster en Construcción en Madera EPFL (Suiza), fundó junto a su esposa Angelika Fritz, hace cuatros años y medio, la empresa Tronconoble. Aunque está ubicada en Villarica, debido a la falta de escuelas para carpinteros y mueblistas en el país, en su empresa optan por trabajar con personal europeo porque les ha costado conseguir trabajadores chilenos bien preparados.

Entre Alemania y Suiza, el arquitecto Andrés Gutiérrez aprendió el oficio de trabajar con madera. Mientras estudiaba un máster para especializarse en la construcción con este material, aprovechó su tiempo libre para trabajar en una mueblería y así pagar sus estudios. Luego se casó, regresó a Chile y junto a su esposa Angelika Fritz –quien es mueblista– fundó Tronconoble, una empresa especializada en muebles europeos hechos con madera.

Además de mueblería, Tronconoble también ha realizado otros trabajos de carpintería, como su participación en la remodelación del Jardín Japonés del Cerro San Cristóbal, que fue inaugurado el 12 de enero de este año.

Gutiérrez cuenta que, aunque hay varios chilenos trabajando en su empresa, en general prefiere contratar a europeos porque “es más fácil explicarles las cosas y que entendieran”. Todo esto porque tanto en Alemania como en Suiza los carpinteros, mueblistas y albañiles estudian y tienen formación profesional (tanto teórica como práctica).

El arquitecto aclara que la carpintería y la mueblería son trabajos distintos con la madera. Por eso, “se necesitan dos oficios distintos: un carpintero, que es el que hace la obra gruesa en una construcción en madera, y el mueblista es el que hace muebles y trabaja de manera más fina la madera. Entonces, un carpintero nunca podrá desarrollar un mueble de manera tan fina como lo puede hacer un mueblista, y a su vez un mueblista no va a ser capaz de hacer de manera profesional una construcción en madera”.

¿Entonces en Tronconoble son mueblistas, carpinteros, o ambos?

Tronconoble es una mueblería. Yo hice un máster en construcción en madera en Suiza, pero para pagar los estudios trabajé en una mueblería en Alemania. Lo que hicimos fue partir con la mueblería porque había aprendido mucho en los trabajos que tuve en Alemania y Suiza, pero estamos comenzando de a poco a construir en madera: hemos hecho dos obras, todavía estamos en etapa inicial, y para eso necesitamos carpinteros.

También ampliamos el galpón para en ese espacio prefabricar elementos de construcción de casas.

Cuando llegan carpinteros, ahora que los están comenzando a necesitar, ¿llegan formados o o se forman acá?

Estamos haciendo una mezcla todavía en nuestro sistema y es que, como no existe ninguna escuela de carpinteros en Chile, o al menos yo no conozco ninguna, lo que estamos tratando de hacer es trabajar con carpinteros europeos. En este caso van a venir franceses, que tienen una formación de una escuela en Francia y han trabajado en empresas de allá. Son chicos muy jóvenes todavía, de 21 o 22 años, pero tienen formación y la idea es comenzar a trabajar con ellos porque allá comienzan el oficio relativamente temprano.

¿Por qué prefieren traerlos y contratar a alguien de allá, en vez de contratar chilenos? ¿Es más fácil?

­Lo que pasa es que se da un lenguaje más sencillo. Si yo hablo con ellos, creo que va a ser más sencillo explicarles lo que quiero hacer porque ya están acostumbrados, porque la forma de trabajar que quiero de la carpintería es la europea. Por lo tanto, va a ser más fácil explicarles las cosas y que entiendan. A partir de esa base quiero ir integrando a chilenos.

¿Pero no ha trabajado con carpinteros chilenos?

Con carpinteros a medias. Con mueblistas sí. Tenemos un equipo chileno de mueblistas muy bueno. Pero tuvimos suerte en llegar a ellos.

Entonces es muy complicado conseguir gente buena, preparada.

Sí, es complicado. Muy complicado. Como no hay escuelas, lo que aprenden es porque trabajan con el padre, con el tío, o simplemente porque se pusieron a trabajar por ahí. Les pasaron un martillo, clavo, serruchos, y se pusieron de ayudantes a trabajar y tomar decisiones por sí mismos, que no necesariamente son decisiones bien tomadas. Entonces repiten la misma idea de una casa en las siguientes, pero sin saber por qué se está haciendo. Lo hacen sin entender la lógica.

¿Y cómo el proceso de selección de los extranjeros que vienen a trabajar con ustedes?

Por ahora son dos o tres franceses los que vamos a traer. Están todavía en formación, porque en la escuela donde están, “Les compagnons du devoir”, tiene una educación de siete años. Los primeros tres años son para obtener el título y el resto de los años hacen algo que le llaman “Tour de Francia”, donde van rotando cada seis meses por distintas empresas. Además, los alumnos se alojan en hogares que son de la escuela y tienen clases teóricas en las tardes y también los sábados.

¿Cómo era la formación en Suiza o Alemania? ¿Es igual a Francia?

No, esa escuela francesa es muy dura. En Alemania, por ejemplo, el aprendizaje dura tres años y es una mezcla: durante el primer año, los estudiantes están cuatro veces a la semana en una escuela y una vez a la semana en una empresa; el segundo y tercer año se invierten, y pasan más tiempo en las empresas. Además en Alemania durante los tres años del aprendizaje se trabaja en la misma empresa. No así en el caso de Francia, que se van turnando cada seis meses de negocio.

En Suiza es distinto, parecido al término de inscribirse en una escuela, pero no estoy tan seguro de cómo funciona. Yo entiendo que son cuatro años y no tres, pero no sé cuánto es la práctica y cuánto la teoría.

Si comparamos entonces con estos tres países, en Chile pareciera que no hay formación.

Absolutamente. No hay. Mira, hay algunas escuelas industriales que dan un poco de lo que es, pero en realidad yo intenté trabajar con la escuela industrial de Villarica y no sabían nada cuando llegaban allá: no sabían leer planos, nada. Había que partir de cero.

¿Cuál es el proceso para la formación de los chilenos?

La vamos haciendo dentro del taller, porque es imposible de otra manera. No podemos hacer clases teóricas, entonces tenemos ciertas cosas impresas contra la pared. Durante algunos procesos, cuando hay algo especial y hay una persona nueva, le explico. Por ejemplo, les digo cómo tiene que encolarse algo y les explico el porqué. Entonces estoy bien atento de verificar procesos, igual que mi señora.

El creador de Tronconoble precisa que la empresa, que tiene cuatro años y medio, fue fundada en Chile. De ese periodo, llevan tres años produciendo. Actualmente trabajan con chilenos, alemanes y franceses. “Tenemos un equipo chico y ya llevan un buen tiempo con nosotros, entonces los chilenos ya están bien formados dentro de nuestro equipo, dentro de lo que solicitamos y les pedimos”, dice Gutiérrez.


Escrito por Manuel Hernández
Fotografías cortesía de Tronconoble
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