Entrevista

Cecilia Poblete: “La madera como una asignatura antes era una utopía, pero ahora ya no tanto”

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Arquitecta de la Universidad de Chile, magíster en Ciencias Aplicadas de la U. Católica de Lovaina (Bélgica), profesora de pregrado y subdirectora del Magíster en Construcción en Madera de la U. del Bío-Bío. Cecilia Poblete ha estado en la sala de clases y en terreno desde 1977. Premiada por el Colegio de Arquitectos de Chile en 2016, su investigación sobre madera se ha centrado en temas como las viviendas sociales, restauración patrimonial, peritaje de construcciones y cálculo estructural.

En el edificio de la Facultad de Arquitectura, Construcción y Diseño (Farcodi), de la Universidad del Bío-Bío (UBB) en Concepción, Cecilia Poblete Arredondo tiene una oficina donde las paredes están llenas de libros y de fotos de todos los estudiantes que han cursado el Magíster en Construcción en Madera. “Los de pregrado siempre se enojan y me reclaman por no aparecer, pero yo les digo que tomen el postgrado”.

Cuando a Poblete le preguntan por su profesión, ella responde “profesora de arquitectos”. Estudió en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU) de la Universidad de Chile, donde también obtuvo un magíster en Arquitectura con mención en Diseño Estructural. Además de un magíster en Ciencias Aplicadas de la U. Católica de Lovaina, Bélgica, y otras pasantías y diplomados en Alemania, España y Londres. “Ya estoy muy vieja para seguir estudiando, quizás si me jubile termine haciendo un doctorado”, dice entre risas.

Fue profesora de tiempo completo en la FAU desde 1977 a 1985. Desde ese año, hasta hoy, dicta clases a los estudiantes de pregrado de la Farcodi de la UBB. También ha ejercido la docencia en Universidades como la del Desarrollo, Autónoma y de Las Américas. Desde 1992 que es directora del Diplomado en Diseño y Construcción en Madera. Y desde 1997, subdirectora del Magíster en Construcción en Madera, ambos de la UBB.

Fue decana de la facultad desde 2013 a 2017. En 2016 fue premiada por el Colegio de Arquitectos, por sus enormes contribuciones a la disciplina, en especial en el ámbito de la madera. Este año, la disciplina de la arquitectura celebró sus 50 años de existencia en la UBB, y sus estudiantes la premiaron como mejor profesora. “Para mí el enseñar es una de las razones por las que sigo. Es lo que más me gusta hacer. Saber que lo que yo enseñé les sirve para su desarrollo profesional, es una alegría enorme”.

-¿Tiene algún referente?

-A nivel nacional y en madera, Martín Hurtado. Él sabe y siempre se lo he dicho. Ricardo Hempel, también. Llevo 35 años trabajando con él.

-¿Cuál es la maña de un arquitecto o algo que lo caracterice?

-Parecer arquitecto.

-¿Y eso sería?

-No se visten como el resto, si usted ve a un arquitecto usted lo sabrá. Estamos constantemente observando y a veces podemos parecer impertinentes. Casi siempre los ves con una cámara o con una libreta anotando.

-¿Qué opina de que la madera, en la formación universitaria, sea relegada a ramos electivos?

-Me da mucha pena, pero por otro lado pienso que ha sido una oportunidad porque si se tratara como un tema más, nuestro magíster no habría tenido el éxito que tuvo. Hemos podido enseñar y profundizar gracias a esa carencia. Sin duda ha habido un cambio: el introducir la madera como una asignatura antes era una utopía, pero ahora ya no tanto.

-¿Qué opina de los guetos verticales en Santiago?

-Esto de la armonía arquitectónica en las ciudades desgraciadamente es una utopía. Me ha impactado las últimas veces que he venido a Santiago. Cuando se tiene que compartir una sola planta con 40 personas, no deja de ser una especie de conventillo, pero en altura.

-¿Por qué cree que pasa? ¿Falta de regulación?

-Yo peleo mucho con las inmobiliarias. Desde que llegué a Concepción, mis alumnos siempre han sabido que se venía un terremoto. Transmitiendo 25 años antes de que ocurriera, yo era la vieja loca de los terremotos, pero cuando ocurrió el 27F yo era la bruja (ríe). El 27F dejó una gran lección, porque en Concepción los terrenos son malos: arenosos, con agua cerca. Por ende no se pueden construir edificios muy altos.

-¿Qué debe tener un buen profesional de la arquitectura?

-Debe ser responsable, saber trabajar en equipo y no ser soberbio. Hay que aprender a escuchar. Yo trato de entregarles herramientas a mis estudiantes para que sepan dialogar con el resto del equipo, desde el ingeniero al obrero.

Calculando la madera

La lista de publicaciones e investigaciones que ha escrito Cecilia Poblete es tan larga como su currículum vitae. Uno de sus primeros papers, “Análisis del Comportamiento de las uniones en Madera”, fue realizado en 1986. Desde ahí comenzó a profundizar en las uniones en madera, comportamiento de vigas, entramados horizontales, es decir, soluciones constructivas de las estructuras.

En 1990 publicó sobre las viviendas sociales de madera y puso sobre la mesa una crítica necesaria: por qué Chile, siendo un país de potencia forestal, le estaba entregando a las personas de escasos recursos una solución habitacional de tan mala calidad. Para Poblete, desde un principio se mal entendió el concepto de “material ligero”, por lo que ella buscó reivindicar la madera. Miró como referentes a Estados Unidos y Canadá, países que entregaron viviendas económicas hechas de madera por su resistencia sísmica, al fuego y eficiencia energética. “Hay gente con segunda vivienda de madera, en el Lago Vichuquén. Pero para las personas más pobres, esta vivienda es la definitiva. Si se construye correctamente con madera, las condiciones de habitabilidad van a ser mucho mejores”, explica. Para ella, los cambios concretos se verán cuando “exista madera rotulada y certificada”.

La restauración ha sido otro de sus fuertes. Ha hecho peritaje de construcciones, tanto de aquellas dañadas por terremotos, como edificaciones patrimoniales en madera deterioradas por el tiempo. Establecimientos educacionales de la Municipalidad de Concepción, parques y principalmente iglesias en el sur de Chile, han estado bajo la estricta observación de Poblete.

Pero ha habido algunos problemas para reconstruir el patrimonio, “principalmente con el Consejo de Monumentos, por no saber cómo se restaura con la madera, versus con otros materiales. Hubo que hacer grandes estudios y fuimos aprendiendo juntos”.

Protección por diseño: ver para creer

En Finlandia, Noruega y Suecia hay puentes en madera que datan del siglo XVI y que están en perfectas condiciones. Y eso es gracias a la protección por diseño. No se utiliza un producto químico, sino que se protege la madera con otra capa de madera. Este envolvente, si se pudre, se cambia y no daña la estructura principal. Poblete tuvo la oportunidad de visitar dichos países y comprobar la efectividad de este método. Gracias a un proyecto FONDEF (de Conicyt) desarrolló, junto a otros arquitectos, una investigación titulada “Protección por diseño en el uso de la madera en la infraestructura vial: puentes, pasarelas y elementos de seguridad”, desde 2001 a 2004.

“Siempre se ha enseñado en las universidades que la madera debe estar lo más protegida posible, que no debe exponerse al ambiente”. Poblete recuerda que cuando presentaron sus resultados, hubo mucho escepticismo por parte de los expertos, quienes optaron por los productos químicos convencionales para cuidar la madera. “A uno se le quita la ignorancia viendo. Yo he tenido la gran suerte de poder ver muchas cosas”, enfatiza.

La madera también se enferma

Gracias al Magíster en Construcción en Madera, ha sido profesora guía de muchas y variadas tesis de grado para obtener el título, donde sus estudiantes han abordado temas relacionados a soluciones constructivas, comportamiento de las estructuras, reconstrucción, protección por diseño y patologías que afectan al material, entre otros.

Este último fue abordado en 2002 por la arquitecta argentina, Lucía Toppa. Pero Cecilia Poblete tuvo un acercamiento a este tema hace 25 años, cuando le escribió una carta a Francisco Arriaga, arquitecto español, para que viniera a dar clases al magíster. “Él también era una bicho raro como yo”, recuerda. En su libro Intervención en estructuras de madera, él habla de las patologías que sufre la madera. En sus cursos, Poblete ha enseñado esas definiciones.

Existen tres tipos: las abióticas, como la humedad, fuego, radiación solar, contaminación; las bióticas, principalmente hongos xilófagos, que pueden ser de ciclo larvario (dejan agujeros en la madera) y cromógenos (tiñen la madera); y estructurales, como conexiones insuficientes que provocan deformación o falta de arriostramiento.


Escrito por Diego Zúñiga.
Fotografías cortesía de Farcodi UBB.
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