Durante mi trayectoria profesional he participado como investigador y consultor en el diseño sustentable de decenas de proyectos, teniendo la oportunidad de trabajar con numerosos materiales aplicados a proyectos experimentales, e incluso, grandes obras públicas. Desde esa experiencia he conseguido entender mejor las ventajas que cada uno tiene que ofrecer, desde la dureza del hormigón ante condiciones adversas, la liviandad y resistencia del acero en grandes estructuras, y la sustentabilidad de la madera.
La sustentabilidad en general persigue tres principios básicos: la sustentabilidad económica, la social y la ambiental. Al realizar una comparación de diferentes materiales aplicados a un proyecto que busque alcanzar estos principios, es muy probable que la elección del material para éste termine incorporando a la madera en forma importante, y especialmente en el caso chileno. Esto último, ya que Chile cuenta con recursos forestales manejados en forma sustentable, que entregan un recurso renovable y amigable con el medioambiente; a diferencia de otros materiales que deben ser importados de otros países y/o requieren explotar recursos que no son renovables e intensivos en el uso de energía para su producción.
A modo de ejemplo, una tonelada de hormigón requiere para su producción hasta cinco veces más energía que una tonelada de madera, sin contar el impacto en la extracción de los áridos necesarios para su elaboración. De igual forma, una tonelada de acero puede requerir más de 24 veces la energía en su producción que una tonelada de madera, y aunque existen importantes esfuerzos en su reciclaje, buena parte de éste debe ser importado desde otros países. Es más, estudios que contrastan el proceso de producción de la madera, en comparación a otros materiales como el hormigón y el acero, han demostrado que la madera presenta resultados más favorables en el caso del uso de energía primaria, potencial de calentamiento global, volumen crítico de contaminación atmosférica, volumen critico de contaminación del agua, recursos necesarios para su producción y los desechos sólidos generados en el proceso.
La madera es, además, un material que contribuye a generar espacios que tienden a ser más confortables para el desarrollo humano. Ambientes que incorporan materiales naturales como la madera, permiten generar beneficios para sus usuarios como el aumento de percepción de bienestar, productividad, creatividad, salud y capacidad de aprendizaje.
Por otra parte, el uso de madera en edificios tiende a tener importantes beneficios a diferentes niveles. A modo de ejemplo, es un material que posee una baja conductividad térmica en comparación a otros materiales estructurales. Esto, sumado a sistemas constructivos de entramado que permiten la fácil incorporación de aislamiento térmico entre los elementos de madera, permite que los requerimientos de calefacción de un edificio en madera sean bastante bajos en comparación a otros materiales. Es más, muchas personas piensan que la madera no es recomendable para climas cálidos, pero la verdad es que incluso en climas cálidos sus propiedades aislantes contribuyen a reducir los requerimientos de enfriamiento de un edificio. Esto claro, siempre y cuando el edificio cuente con un buen diseño que aproveche las propiedades de la madera y evite el sobrecalentamiento del mismo.
Algunas personas podrían discrepar de la afirmación anterior, dando como ejemplo numerosas viviendas de madera con entretechos y segundos pisos que se sobrecalientan durante el verano, pero la verdad es que la mayor parte de esos casos no se sobrecalientan por el uso de la madera, si no que por errores de diseño y construcción. De esta manera una edificación en madera, bien diseñada, gracias a su aislamiento térmico tenderá a requerir menos energía para calefaccionar en invierno y/o enfriar en el verano, reduciendo en consecuencia sus costos de operación y emisiones de CO2 asociadas.
También, si vemos los altos requerimientos de vivienda de cara al futuro y los déficits de vivienda existentes en el país, sobre 500.000 viviendas, la necesidad de aumentar la productividad del sector de la construcción se vuelve una necesidad urgente de cara a los próximos años. En este ámbito, un material renovable y con bajo impacto ambiental, que además presenta facilidad para su uso en construcciones industrializadas de alta eficiencia, presenta una oportunidad muy atractiva de cara al aumento de la productividad y la sustentabilidad de la construcción del futuro. Es así, que casos de estudio internacionales han conseguido reducir hasta en un 50% el tiempo de construcción de un edificio, incorporando procesos industrializados de construcción en madera.
Políticas públicas orientadas a potenciar la sustentabilidad y eficiencia energética en la construcción en general, han propiciado el auge de la madera en muchas partes del mundo. Requerimientos orientados a reducir la huella de carbono de las edificaciones, mejorar el confort de los edificios, generar espacios más saludables, proteger el medio ambiente y aumentar la productividad, han terminado por impulsar notoriamente la construcción en madera en las últimas décadas.
Así, Chile no es la excepción, presentando un importante crecimiento del sector construcción madera de un 13% en 2002 a un 17% en 2017 y en el sector viviendas de un 16% en 2002 a un 21% en 2017. Así, en la medida que nuevos requerimientos obligatorios de sustentabilidad y eficiencia energética se incorporen a las regulaciones normativas del sector construcción, solo se espera que el porcentaje de construcciones en madera siga en aumento y prolifere como en otros países que ya han tomado este camino.
Para que la madera sea verdaderamente exitosa, bajo estos cada vez más comunes estándares de sustentabilidad, se debe tener presente que la construcción con este material tiende a ser más sofisticada que en el caso de otras materialidades, requiriendo un nivel de conocimiento, tecnologías y preparación que lamentablemente no todos los profesionales del sector construcción chileno dominan. Esto ha terminado en algunas oportunidades con una mala impresión de la madera, debido a construcciones realizadas sin tener en cuenta las diferentes consideraciones necesarias para este tipo de proyecto; y ha puesto en evidencia la necesidad urgente de generar estas capacidades en el sector construcción chileno, a fin de ser capaces de cosechar los abundantes beneficios de sustentabilidad entregados por este noble material.
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