22 de Diciembre, 2020
Este edificio concita tanto por sus características como por la manera en que se construyó. El Jardín Infantil Bambú es una obra hecha casi en su totalidad en madera. Ubicado en Las Condes, se compone de una serie de volúmenes dispuestos a un vacío central, comunicados por dos corredores paralelos que flanquean dicho vacío. El principal de ellos tiene dos pisos, donde el recorrido comunica desde el hall hasta la biblioteca del recinto, como también al resto de los espacios comunes acogidos por las afabilidades madereras, aprovechando las tonalidades, las bondades acústicas y también lumínicas de este material. Un significativo aporte a la educación preescolar.
Detrás de este proyecto estuvieron la constructora ICAFAL junto con los especialistas en madera laminada Ingelam, en conjunto con el taller de arquitectos de Gonzalo Mardones. Cada uno de sus roles respondieron a un encargo especial: generar un sistema constructivo que permitiera reducir los tiempos en obra. Esto los hizo trabajar en un método que les permitiera industrializar en fábrica la mayor cantidad de elementos, facilitando y agilizando el montaje en terreno, donde se consideró a la madera laminada como paneles o cerchas de tabiquería, preparando los cortes y los calados.
El montaje, de 520 metros cuadrados de superficie, se realizó en un tiempo récord: 40 días. No solo el número impresiona, ya que prácticamente no tuvo pérdida de material y permitió una mejor gestión del personal.
Los volúmenes de acceso y salas se construyeron con una estructura mixta, con elementos portantes de hormigón armado, combinados con elementos de madera laminada y paneles de tabiquería de madera aserrada y placa contrachapada. En el caso particular del volumen de acceso, se sustenta sobre muros de hormigón en el primer nivel, con una losa de entrepiso. En el segundo piso, en base a elementos estructurales de fachada y un envigado de cubierta en madera laminada en conjunto con tabiques de madera interiores, explica Jorge Becerra, gerente de Operaciones de Ingelam.
“Sobre la cota +2,50, la estructura de los volúmenes para las salas se basa en paneles de tabiquería de madera aserrada a modo de cerchas y piezas de madera laminada. Los volúmenes correspondientes a los baños están construidos íntegramente en tabiquería de madera con un envigado de cubierta con piezas laminadas y aserradas. Por último, los corredores se conforman en base a pilares y vigas de madera laminada en toda su longitud”, añade el gerente.
“El proyecto propone un recorrido a través de un pórtico compuesto por varios volúmenes claramente diferenciados. Un volumen cilíndrico, uno cuadrado, otros hacen referencia al rectángulo, a la diagonal, de manera que estando en el patio central, estos cuerpos comparecen y aparecen”, menciona Gonzalo Mardones, el arquitecto del jardín infantil.
“El tema era cómo crear un espacio de intimidad, un lugar de los niños y profesoras en relación con el espacio natural, como la intimidad transparente y llena de luz de las primeras aulas. Nos parecía que el edificio de patios podía salvaguardar esa propia intimidad, una que dará cuenta del paso del sol. De ahí el volumen del cubo que levita y juega con el sistema de verticales y diagonales al norte a la manera de un parasol de madera, luz y sombra”, explica el destacado arquitecto nacional.
Y es que la geometría de los volúmenes está compuesta por elementos muy sencillos, fácilmente reconocibles por los niños, indica Gonzalo Mardones. “El edificio parcialmente sumergido está abierto a una serie de patios interiores que permiten espacios abiertos controlados que acentúan su carácter abierto al espacio del paisaje natural, los árboles, los cerros, de la cordillera y el cielo que está enmarcado por los volúmenes”.
Mardones comenta que la opción de trabajar las obras siempre con un material a la vez es iterativa, una constante de su taller. “Trabajar con el pino insigne responde a muchas cosas positivas como las ligadas a lo medioambiental y a la rapidez en obra. Además, ¿qué hay más natural que una obra en madera? Hubo un acuerdo inmediato con la directora del jardín en optar por el uso tanto de madera laminada en vigas y columnas, como tablas de pino en muros y tabiques. Hay en la madera una simplicidad y un espíritu de austeridad muy especial y nos parecía importante que los niños tuvieran esa relación al tacto, al olor y en general, a la atmósfera de la madera”.
Jorge Becerra entregó más detalles del proceso de fabricación y construcción, que utilizó el software CadWork, especialmente desarrollado para el diseño y fabricación de estructuras de madera. En este se hizo un modelo 3D de toda la estructura en plataforma BIM, de modelado paramétrico y donde luego el sistema permitió la mecanización posterior con una máquina CNC.
“Gracias al modelo se pueden obtener planos de armado de paneles de tabiquería y con la utilización de máquina de control numérico CNC se realizan cortes, calados y rebajes necesarios a las piezas de madera laminada, para que calzaran con precisión en el montaje. Y con cero pérdida y/o despuntes en obra”, indicó.
Becerra culmina con que este modelo 3D permite identificar las piezas dentro del total de la obra, a fin de evitar confusiones por parte del equipo de montaje, quienes pueden consultar la ubicación de cada pieza en el modelo. “Finalmente, el proceso de montaje, tanto de las piezas de madera laminada, como de los paneles de tabiquería, se realiza en un tiempo mucho más acotado, con precisión y claridad por parte del personal de obra, obteniendo un muy buen resultado tanto en calidad de la terminación, como en eficiencia de los recursos de obra”.
El arquitecto Gonzalo Mardones concluye con lo que significó el encargo de reducir los tiempos en obra. “Además de las ventajas observadas de este noble material, existía el compromiso de realizar el edificio en plazos muy cortos, de manera de poder iniciar las clases en el año calendario. La experiencia de industrialización en fábrica de la empresa Ingelam permitió el armado de los elementos estructurales, agilizando el montaje en terreno junto con permitir una alta calidad y precisión de las maderas. Sin duda la dupla Icafal – Ingelam facilitaron una obra rápida y de muy buena factura”.
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