16 de Abril, 2021

El valor de la restauración del patrimonio histórico en madera

La preservación de edificios y estructuras de madera es un imperativo mundial incluso patrocinado por la UNESCO, pues se enfoca en lo cultural e implica un conocimiento del pasado de esa obra y una reflexión a futuro sobre la conservación más adecuada de la misma.

Hay registros que indican que fue por su belleza y su estética, también otros por su simple obtención dada la abundancia en la naturaleza. Otras investigaciones afirman que fue por el desarrollo de las capacidades y reflexiones del hombre, por su percepción del entorno y otras razones que llevan la misma idea: la madera siempre acompañó a las más incipientes construcciones humanas de la historia.

Así da fe, por ejemplo, Los Diez Libros de Arquitectura, que en el 27 a.C ya poseía un acápite interesantemente bautizado como “Lo que hay que observar al cortar la madera para construir y a las cualidades particulares de algunos árboles”. Y es que, junto con la piedra y la arcilla, este elemento fue pionero en lo que a construcciones históricas se refiere. Basta un vistazo al Listado de Patrimonio Mundial de la UNESCO para confirmarlo, donde Chile aporta con las 16 iglesias de Chiloé y una arquitectura en madera única en el mundo.

¿Qué habrá provocado la notoria presencia de esta materia prima a comienzos de la historia? Posiblemente su maleabilidad, resistencia y flexibilidad, junto con pioneros anónimos por la prefabricación, la construcción en bloque, los ensambles y empalmes.

Pero, ¿qué se entiende específicamente por “patrimonio en madera”? El Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) se refiere así a todos los edificios y estructuras que la utilizan como elemento central y que representan o son parte de sectores históricos de una comunidad, al mismo tiempo que llevan un significado cultural relevante para la sociedad, lo que también incluye estructuras móviles, evolutivas y temporales. Son parte de la cultura mundial, entre otras cosas, por evidenciar la creatividad, el temple, la destreza y la calidad de los carpinteros y constructores de la época.

Fundamentos de la restauración

El patrimonio en madera es parte de la cultura mundial / Museo Regional de Ancud

Otras reflexiones de ICOMOS que guían las líneas de esta categorización tiene un objetivo: el respeto por este tipo de construcciones. Algo que puede lograrse desde distintos ámbitos, como el valor comunitario, las tradiciones locales, las prácticas constructivas históricas o los enfoques de conservación, entre otros elementos.

Bajo esa misma lógica de optimización surgen las intervenciones profesionales del patrimonio en madera, entre esas la más importante, la restauración. Entendida como el proceso que busca mejorar su aspecto y funcionamiento tratando de dar con una versión fiel a la estructura original. Para ello se realiza un trabajo investigativo y de campo que por veces imita las metodologías y técnicas originalmente empleadas para trabajar la madera,  junto con analizar y estudiar el origen de ese material posiblemente milenario, pues también se considera un valioso registro de información cronológica.

La disciplina, debido a varias razones, cumple una laboriosa tarea en contrarrestar la creciente pérdida de estructuras históricas. Mal uso humano, vulnerabilidades naturales, condiciones ambientales y la pérdida del oficio carpintero, son algunas de ellas. Esto motiva a que la restauración de estos patrimonios implique un proceso interdisciplinario orientado a preservar la mayor cantidad de originales y acabados como sea posible, transformándolos a un estado más cercano al original.

Una de las más importantes referencias al respecto es “Principios que deben regir la conservación de las estructuras históricas en madera” (2017), un estudio de ICOMOS que dicta parámetros a nivel mundial para trabajar este tipo de edificaciones. Hablamos de un documento que amplía los principios generales de otras cartas magnas importantes de la historia, como fueron las de Venecia (1964), de Ámsterdam (1975), la Carta de Burra (1979), el Documento de Nara sobre la Autenticidad (1994) y las doctrinas relacionadas de UNESCO e ICOMOS concernientes a la conservación del patrimonio construido.

Entre las intervenciones del patrimonio en madera la más importante es la restauración / Plataforma Arquitectura

La publicación define principios y prácticas pertinentes para la protección de estos símbolos madereros con respecto a su significado cultural. “La palabra ‘valores’ en este documento se refiere a aquellos valores del patrimonio sean estéticos, antropológicos, arqueológicos, culturales, históricos, científicos o tecnológicos. Estos principios son aplicables a la arquitectura y las estructuras de madera con valor histórico. No todos los edificios están construidos totalmente de madera, por ello se deberá guardar el debido respeto a la interacción de la madera con otros materiales de construcción”, se explica.

Otra referencia para quienes trabajan en ámbitos ligados a la conservación y restauración en madera es “Recomendaciones para el análisis, conservación y restauración estructural del patrimonio arquitectónico” (2004), donde se sugiere poner hincapié en que el funcionamiento estructural ocupado con este material puede verse afectado por la especie, las características del crecimiento y por el deterioro.

Por esto, “las operaciones preliminares deben ser la identificación de las especies, que son susceptibles al ataque biológico de maneras distintas, y la evaluación de la resistencia de elementos individuales, la cual está relacionada con el tamaño y la distribución de nudos y otras características del crecimiento. Las fisuras y grietas longitudinales paralelas a las fibras debidas a la retracción por secado (fendas) no son peligrosas cuando sus dimensiones son pequeñas. La durabilidad puede verse afectada por los métodos de corte, secado y aserrado, que pueden haber sido distintos en diferentes momentos”.

Incluso cuenta con indicaciones sobre los efectos biológicos causados por la naturaleza. “Los ataques de hongos e insectos son las fuentes principales del daño. Estos ataques están relacionados con un alto contenido de humedad y la temperatura. El contenido de humedad de la madera debe ser medido como una indicación de la vulnerabilidad al ataque. Un mantenimiento pobre de los edificios o cambios radicales en las condiciones internas son las causas más comunes del deterioro de la madera”.

La restauración en madera como un valor social y económico

Macarena Almonacid / Ilustración La Tercera

Una profesional dedicada a estos temas es Macarena Almonacid, arquitecta patrimonial de toda una carrera conservando estructuras de este tipo, quien lleva un prestigioso trabajo de restauración en las iglesias de Chiloé, las que desde el 2000 son reconocidas como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

“Cuando se hace el levantamiento crítico de una estructura declarada como patrimonio, se trabaja con estudios de patologías presentes en la madera. Como profesional, uno puede hacerlos desde una inspección visual o con equipos especializados que pueden determinar la presencia de insectos, deformaciones, pudrición, el efecto de factores ambientales o antrópicos que han deteriorado el inmueble, etc”, menciona.

Para Almonacid, referencias como las de ICOMOS buscan relevar un edificio desde la autenticidad, su pertenencia a las comunidades, de su integridad como elemento estructural o con el entorno asociado al inmueble. “Estos documentos buscan orientar sobre el valor de los edificios, por qué son importantes y por qué hay que preservarlos. No son leyes propiamente tal, pero sí referencias que establecen la carta de navegación sobre cómo intervenir un edificio con este valor universal”.

Lo anterior resulta fundamental para establecer las técnicas empleadas y los trabajos en obra, los que muchas veces son un reflejo de cómo se realizó la construcción inicial, pese a que también se emplean herramientas y métodos nuevos.

Iglesia en madera de Chiloé / Plataforma Arquitectura

“En el caso de algunos ensambles, que hasta el día de hoy se continúan trabajando con martillo y formón, también se puede complementar con el trabajo de motosierras, siguiendo la lógica de la habilidad carpintera. En ese caso, se desarrollan plantillas que finalmente se terminarán puliendo con formón. Se intentan ingresar tecnologías nuevas pero a la hora de armar la estructura, que tiene que ver con el sistema constructivo en sí, casi siempre se tiene contacto directo con el elemento a como se hizo inicialmente. Es decir, trabajar con hachas, hachuelas, formón y martillo, porque el perfecto encaje se logra así”.

Si bien todo este trabajo tiene mucho de autenticidad y autoctonía, Almonacid también menciona que todos estos parámetros deben igualmente ajustarse a los parámetros y normativas actuales de edificación. Esto implica que una restauración en madera, pensemos en una estructura grande, debe también pasar por permisos de edificación, normativas sísmicas, mecánicas de suelo, de sondaje de terreno, la firma de un calculista que establezca características de la unidad y carga de uso, etc.

“Progresivamente se va entendiendo el valor del patrimonio en madera, como también el concepto de patrimonio en general. Si bien creo que todavía falta, estamos en buen camino porque no será mucho el tiempo cuando estos temas sean importantes en la opinión pública y por qué hay que preservar a estas estructuras y símbolos. Hoy existe una moda de patrimonializar todo y básicamente muchos símbolos de la historia del país no tienen la carga positiva que en un momento tuvieron, pero en el caso del patrimonio en madera progresivamente se va entendiendo el valor”.


Escrito por Marcelo Salazar Medina
Fotografía principal cortesía de Raymond Dejong
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