Empresa chilena ofrece muebles de alta gama en base a madera nativa y fabricación 100 % a mano

Mocan

5 de Mayo, 2021

Desde 2019 que el arquitecto Santiago Vicuña, junto a su equipo, se dedican al diseño y fabricación de muebles en su marca propia Mocán. Modelos simples, pero a la vez sofisticados, con terminaciones prolijas propias de la carpintería tradicional, son parte del lenguaje que articulan. También tiene un compromiso con la sustentabilidad: por cada mueble vendido plantan un árbol nativo junto una ONG dedicada a la reforestación.

“El mueble siempre ha significado un desafío constructivo por el que me he sentido atraído; y crear un objeto que destaque por su materialidad y diseño es para mí el eje central al momento de construir”, señala Santiago Vicuña (32), arquitecto titular de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Siempre le gustó trabajar con las manos, pero luego de un viaje a la India y Nepal en 2017, se dio cuenta que quería emprender en muebles. Partió arrendando un pequeño taller para trabajar a media jornada en esta nueva pasión, mientras lo complementaba con su trabajo como arquitecto freelance. Pero luego la mueblería pasó a ser de tiempo completo y así Mocán se consolidó legalmente en 2019.  Mesas, pisos, bancas, repisas, libreros, veladores, respaldos de cama, arrimos y bares para vinos, son parte del portafolio de esta marca que trabaja con madera nativa.

La marca de su empresa hace honor a un árbol endémico de las islas Canarias y Madeira, el cual es “único en su especie”. Por eso eligió el nombre, porque sentía que “identificaba la marca que quería crear, ya que mi proceso de fabricación es 100 % a mano, con un diseño personal lo que hace cada mueble único”.

El proceso de fabricación es 100 % a mano, con un diseño personal / Rafael Rosendo

La consolidación de la marca, evalúa, ha sido “en base a mucho trabajo, dedicación y empuje, lo que ha permitido que el financiamiento venga de las mismas ventas de los muebles fabricados”.  Comenzó con pocas herramientas —las esenciales— y trabajando en espacios pequeños. De a poco fue ahorrando, reinvirtiendo en más y mejores máquinas, y en espacio y equipo de trabajo que permitiera producir mejor y en menos tiempo.

En 2019 cursó un taller de seis meses que ofrecía la Fundación Independízate, quienes a través de sus mentores asesoran a emprendimientos en el mejoramiento de su modelo de negocios. Como arquitecto, reconoce, tiene “la capacidad de observar un problema y proponer una respuesta de manera sensible a todos los aspectos que la conforman. Esto involucra desde la funcionalidad, forma y proporciones hasta la materialidad, estética y sensaciones que puede producir el diseño propuesto, independiente de su escala”.

Además de Vicuña, su equipo de trabajo lo componen otras tres personas. “Han pasado muchas personas por el taller, entre ellas cuatro mujeres, que lo han hecho excelente. Y la verdad me gusta recibir mujeres en un oficio históricamente dominado por los hombres”, agrega.

El equipo de trabajo lo componen cuatro personas / Rafael Rosendo

El formato de ventas que manejan es 100 % a pedido y únicamente a partir de sus propios diseños. “No trabajamos con stock debido a los costos y complejidad de mantener una bodega. Solo excepcionalmente fabricamos en serie un mueble a pedido, ya que hacer dos o tres es siempre más eficiente que hacer uno”, explica. Hace un tiempo intentaron vender a través de un e-commerce que “se alineaba muy bien con nuestra marca en términos de diseño, pero los tiempos de entrega eran muy distintos a los nuestros y tuvimos complicaciones para hacer calzar nuestra agenda con las ventas generadas en esta plataforma”.

Vicuña tiene claro que un mueble no se fabrica rápido, por lo que hay que tener “un balance sano entre los tiempos de entrega y los tiempos de fabricación que necesita un mueble de calidad. En este momento estamos con muchos encargos por lo que cerramos la agenda de pedidos y eso nos permite trabajar con tranquilidad y llevar un control de la fabricación”.

Carpintería tradicional y diseños originales

El taller se ubica en la comuna de Independencia, Región Metropolitana. Maderas como lenga, coihue, raulí, mañío, cedro africano y aromo australiano son las que dan vida a sus creaciones. Para la terminación de los muebles utilizan aceite cera, un producto que “penetra en la madera y siempre elegimos que sea incoloro para no afectar los tonos naturales de la madera”.

En el taller poseen una combinación de herramientas eléctricas y manuales / Santiago Vicuña

En el taller poseen una combinación de herramientas eléctricas y manuales. Para la elaboración de la madera usan la canteadora y cepilladora; para cortar una sierra de banco y sierra ingleteadora. Luego están las eléctricas de uso manual que serían fresadoras y lijadoras de banda, y también lijadoras neumáticas orbitales. En cuanto a las herramientas manuales se valen de formones, cepillos y sierras japonesas. “Este año nos propusimos mejorar algunas herramientas e invertir en una sierra de huincha que viene en camino desde Estados Unidos, en una sierra de banco con carro escuadrador y en un colector de polvo desde Italia, lo que esperamos sea un gran avance en calidad y tiempos de fabricación”, señala.

El proceso de fabricación, detalla Vicuña, consta de tres pasos. El primero es la elaboración de las piezas, es decir, la madera en bruto se cantea, se cepilla y se corta para obtener la dimensión requerida. Después viene la etapa de uniones y encastres, donde estas piezas previamente fabricadas se ensamblan y forman el mueble: “En esta etapa juegan un rol importante los cortes más precisos. Nosotros usamos bastante las plantillas para hacer calados y formas con fresadora y ajustes con formón”. Luego de encolar estas piezas, viene la tercera etapa que es de terminación y lijado, donde se trabajan los cantos y aristas y se lija con distintos granos para finalmente sellar con el aceite cera. “Muchas veces estas etapas no siguen un orden cronológico exacto pero responden más o menos al tipo de trabajo con la madera que hacemos”, agrega.

Según el tamaño y complejidad del mueble, y si este lo fabrica una sola persona o el equipo en su conjunto, el tiempo promedio que destinan es entre siete y diez días. Los despuntes de madera los reutilizan para algunas piezas pequeñas de muebles o fabricar la Tabla Margarita (para picar alimentos). La viruta la donan a empresas dedicadas al compostaje.

Compromiso con la sustentabilidad

El proyecto pone énfasis en el origen de la madera y el respeto del bosque / Rafael Rosendo

Se puede apreciar un fuerte compromiso por el medioambiente, con énfasis en el origen de la madera y el respeto del bosque. “Fue en mi proceso de crecimiento como trabajador de la madera que me di cuenta de la importancia de estar trabajando con árboles y la necesidad de hacerlo de manera consciente. Cada mueble que fabricamos en el taller es un pedazo de bosque y ahí hay una responsabilidad de la que me parece importante hacerse cargo, aunque nuestra producción sea a una escala pequeña”, explica. Dicha responsabilidad se ve reflejada en que Mocán es parte de “un mueble un árbol”, una alianza entre un grupo de mueblistas y Corporación Cultiva para aportar a la reforestación del bosque nativo. “La empresa aporta con un árbol por cada proyecto que se fabrica en el taller. Esta donación consiste en la plantación y en el riego por dos años o más del árbol para asegurar su sobrevivencia”, señala.

“Sin duda trabajar de forma responsable, creando una marca sustentable es un desafío. Creo que ahí el rol de los emprendedores es esencial para el mercado de la madera, ya que trabajamos la madera a baja escala y de manera local en su mayoría. Además de eso fabricamos muebles de larga durabilidad. Y finalmente nuestra materia prima no será nunca desecho ya que puede reutilizarse de múltiples maneras y es además biodegradable”.


Escrito por Diego Zúñiga
Fotografía principal cortesía de Santiago Vicuña

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