Marcela Angulo: “En Chile tenemos todas las condiciones para transformarnos en un polo de desarrollo de la bioeconomía”

Marcela Angulo (6)

La Doctora en Ciencias Ambientales de la Universidad de Concepción, directora de la unidad en Santiago de esa misma institución, Marcela Angulo, es la directora del  “Concurso de Innovación y Wood Start-ups” en la Semana de la Madera 2021 de Madera21 de Corma. Conversamos con ella para saber de su trayectoria y sus expectativas del certamen, de los distintos criterios a evaluar en los proyectos postulantes y de la importancia de promover la innovación en el ecosistema maderero de Chile.

Con más de 20 años de experiencia en sustentabilidad, transferencia tecnológica e innovación, la directora del Concurso de Innovación y Wood Start-ups en la Semana de la Madera 2021 es Marcela Angulo. Ingeniera Civil, Doctora en Ciencias Ambientales de la Universidad de Concepción y directora de la unidad en Santiago de dicha casa de estudios, su vida profesional siempre ha tenido vinculación con el sector forestal y maderero.

“Desde mis inicios en el Centro Eula de Ciencias Ambientales de la Universidad de Concepción, luego en Fundación Chile, donde trabajé en temas de medio ambiente, energía y cambio climático. En mi período en Corfo, donde fui Gerente de Capacidades Tecnológicas, estuve muy vinculada al Programa Estratégico mesoregional de Madera de Alto Valor, una iniciativa que me parece extraordinaria, no sólo por sus logros en proyectos concretos, sino por el capital social y confianzas que se han podido crear entre los actores del sector de la industria secundaria de la madera”, dice.

Marcela Angulo la directora del Concurso de Innovación y Wood Start-ups / Ply Project

Angulo también ha sido parte de interesantes proyectos con mirada a futuro, como la puesta en marcha del laboratorio de madera estructural de INFOR, o también en su actual cargo en la Universidad de Concepción, donde aboga por la vinculación ciencia-empresa y las actividades de investigación, innovación y emprendimiento de base científica-tecnológica. Conocimientos y experiencia que buscará reflejar en la evaluación del presente certamen, donde indica que más allá del nivel de madurez de los proyectos, se valorará el nivel de innovación y de alto impacto de las postulaciones.

La VIII versión del concurso busca destacar innovaciones con alcance mundial en temáticas de bioeconomía, sustentabilidad y medio ambiente, junto con el desarrollo de conocimiento, habilidades y talento para impulsarlas.

“Creo que el formato virtual de esta versión nos permitirá llegar a más innovadores y emprendedores, sin limitaciones de acceso, por lo que espero que tengamos una alta participación. También pondremos un especial énfasis en motivar a universidades y centros de investigación a participar activamente con emprendimientos de base científica-tecnológica, aportando a acortar esa brecha de conexión que tenemos en Chile entre la ciencia y la industria”, indica.

El concurso busca destacar innovaciones sobre bioeconomía, sustentabilidad y medio ambiente / Material District

–¿En qué sectores hay mayores oportunidades y necesidades que puede resolver una startup innovadora?

–La innovación en el desarrollo de la madera y sus productos derivados ya ha producido avances notables en materiales de ingeniería y sistemas prefabricados de construcción, además de biomateriales y fibras textiles, por nombrar otras aproximaciones. Hay muchos ámbitos donde existe potencial de hacer aportes relevantes a través de innovación en productos, servicios, procesos, modelos de negocios o de comercialización, que pueden encontrarse en toda la cadena de producción de la industria forestal y maderera y también en las cadenas de valor vinculadas a esta industria. En los temas de sustentabilidad y economía circular está lleno de oportunidades que empresas innovadoras y ágiles pueden desarrollar, hacer crecer y expandir globalmente. El concurso tendrá un amplio espectro temático, organizado en cuatro grandes ámbitos: sostenibilidad forestal, productividad y valor agregado, bioproductos y huella de carbono, capital humano y colaboración.

–Bajo esos ámbitos, ¿qué criterios innovadores le aconsejaría considerar a un postulante?

–Son cinco los criterios principales de evaluación que los postulantes deben tener muy en cuenta. El primero es la innovación, donde buscamos proyectos que diferencien de lo que existe, pudiendo tratarse de productos o servicios, de modelo de negocios o de canales de distribución. Luego viene el mercado, donde se mirará la viabilidad económica del proyecto, que tenga un tamaño de mercado atractivo y en crecimiento, para luego medir su escalabilidad y las habilidades del equipo. Finalmente, se considerará la estrategia “Go to market”, donde se evaluará la claridad de la estrategia para completar el desarrollo tecnológico del producto, o la estrategia comercial para llegar al mercado, independiente del nivel de maduración que tenga el proyecto en la actualidad.

La bioeconomía permite comprender el potencial de las innovaciones en base a madera / Spinnova

–En términos medioambientales, ¿por qué hay que promover la innovación en madera o las startups que la desarrollan?

–Para comprender el gran potencial de las innovaciones en base a madera aparece el término bioeconomía, entendida como la producción, utilización y conservación de los recursos biológicos, incluyendo los conocimientos relacionados, la ciencia, la tecnología y la innovación, para proporcionarle información, productos, procesos y servicios a todos los sectores económicos, con el objetivo de avanzar hacia una economía sostenible. Un asunto que está llamado a jugar un rol clave en la sostenibilidad futura del planeta, donde uno de sus pilares lo constituyen los árboles y su madera, de vital importancia para la descarbonización, pues atrapan y almacenan CO2, contribuyendo así a mitigar los gases efecto invernadero, así como en la sustitución de materiales que son de origen fósil, como los plásticos o las fibras textiles. Aquí también tenemos desafíos para que la actividad forestal sea más sustentable, incluyendo los temas de agua, residuos o emisiones, y se desarrolle de forma armónica con los territorios y comunidades con las que interactúa.

–Dada su trayectoria en temas de sustentabilidad y transferencia tecnológica, ¿en qué destaca Chile en lo que respecta a este tipo de innovación?

–En Chile tenemos todas las condiciones para transformarnos en un polo de desarrollo de la bioeconomía. Tenemos los recursos naturales, empresas que son líderes a nivel mundial y un importante ecosistema de proveedores, centros de investigación y universidades, donde hay mucho talento. También tenemos incipientes avances en la promoción del uso de madera en construcción, pero aún así nos queda mucho camino que recorrer. Este ecosistema ha madurado en los últimos años, hay más conexiones, pero también está el desafío de inyectar más recursos, conectar mejor a estos actores y consolidar las confianzas y modelos de trabajo para que despegue la innovación “made in Chile” para el mundo.

Chile tiene todas las condiciones para transformarnos en un polo de desarrollo de la bioeconomía / S. Fine

–¿Cómo Ud. ve a la academia en estos temas? ¿De qué manera y cómo considera que se promueve la innovación en la educación superior en Chile?

–Las universidades han avanzado mucho, generando los marcos institucionales para promover la innovación y el emprendimiento, tales como los reglamentos de propiedad intelectual y de creación de spin offs, creación de las oficinas de transferencia y licenciamiento, y programas de apoyo al emprendimiento de base científica-tecnológica, entre otros. Así, también se han promovido cambios estructurales en los currículos, en las habilidades de innovación y emprendimiento que se entrega a los estudiantes y en la forma de vincularse con el sector productivo, como ha sido el “Programa Ingeniería 2030” apoyado por Corfo, con casi 20 universidades participando y llegando a una cobertura de más del 75% de los estudiantes de ingeniería civil del país. También está el “Programa Ciencia e Innovación para el 2030”, que hará lo propio en facultades de ciencias naturales y exactas, o el “Programa Técnicos 2030”, que impulsará la innovación y el emprendimiento en institutos profesionales y centros de formación técnica. Esto está dando frutos actualmente, han aumentado de forma significativa los resultados de investigación y tecnologías que son licenciados a empresas para su explotación comercial, varios de ellos a nivel internacional, así como los emprendimientos de base científica-tecnológica.

–¿Qué hace falta para tener mayor innovación de este tipo en nuestro país?

–El sistema nacional de ciencia, tecnología e innovación ha evolucionado favorablemente en los últimos diez años, a pesar de las restricciones de presupuesto para I+D, donde somos el último de la lista entre los países de la OCDE con menos de 0,4% del PIB, tanto en la inversión del sector público, que cuenta dos tercios de la inversión, pero sobretodo del sector privado, que representa sólo un tercio. Nuestro rendimiento en investigación es razonablemente bueno para el nivel de financiamiento que entra “como insumo” al sistema, pero debemos dar un nuevo paso para que la ciencia, tecnología e innovación tengan la importancia que merece en la agenda país.

Angulo es optimista con la nueva generación de emprendedores que quieren empresas innovadoras / M21

–¿En qué otros asuntos debemos poner atención?

–En que también hay un muy bajo número de empresas chilenas que innova, sea en productos o procesos, o en organización y marketing, tanto grandes como pymes. Y el nivel de vinculación entre empresas y los centros del conocimiento es, otra vez, el más bajo entre los países de la OCDE. A pesar de estas limitaciones, se están viendo interesantes movimientos, donde algunas sí desarrollan programas de colaboración en investigación e innovación con universidades y centros. También con programas de innovación abierta y el surgimiento de Corporate Ventures, que invierten en startups. Por último, me tiene optimista una nueva generación de emprendedores que tienen  “hambre” por crear empresas innovadoras y dinámicas que permitan diversificar y sofisticar la estructura productiva del país y transformarse en jugadores globales.


Escrito por Marcelo Salazar Medina
Fotografía principal cortesía de Marcela Angulo
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