Suele ocurrir en la época estudiantil que, a vista de los demás, alguien puede emerger como promesa a la hora de avizorar un posible y exitoso futuro laboral. Las expectativas pueden deberse al innegable sentido de la responsabilidad de esa persona o, quizás, por sus ideas innovadoras e inteligentes al momento de enfrentar un desafío. Brie McCarthy, galardonada con el premio AIA COTE Top Ten for Students por su proyecto de tesis de posgrado cuando cursaba su Maestría en Arquitectura en Cal Pomona en Los Ángeles, California, podría entrar perfectamente en esa categoría.
Su interés en la infraestructura del agua y los sistemas hidrológicos urbanos que sustentaban la vida cotidiana en la ciudad, la llevó a una exploración que desencadenó en un proyecto de edificio residencial sobre el río Los Ángeles, que capturó y trató las aguas pluviales a un nivel potable, redistribuyéndolas a las comunidades de bajos ingresos circundantes. En otras palabras, un proyecto sostenible con visión de futuro que le abrió las puertas para trabajar en The Miller Hull Partnership en Seattle, Washington, como diseñadora arquitectónica e investigadora. De hecho, dentro de la firma, co-lidera un grupo investigativo de carbono incorporado que guía a los equipos de proyecto a través del proceso de cuantificación y reducción de métricas críticas de carbono en cada etapa del diseño.
Adicionalmente, ha dirigido un esfuerzo de colaboración exploratoria para comprender los beneficios del carbono y de la extracción sostenible de madera en edificios de este material en masa, lo que le ha brindado la oportunidad de presentarse en numerosos eventos, liderados por organizaciones como el Carbon Leadership Forum (CLF) y el American Institute of Architects (AIA). Así, de esta misma forma, se da la ocasión de ser una de las expositoras en la Semana de la Madera 2021, a través del seminario “Madera y silvicultura en masa en la evaluación del ciclo de vida de toda la construcción”.
Su exposición en el evento organizado por Madera21 será el 31 de agosto, donde expondrá los diversos beneficios, oportunidades y desafíos atribuidos a esta materialidad en todo el ciclo de vida de la edificación.
–¿Cómo surgió su interés por la sostenibilidad?
–Vivir en ciudades densamente pobladas y contaminadas me ha abierto los ojos al potencial de la infraestructura construida por humanos, para hacer más. Nuestros edificios están conectados de manera inequívoca con los ecosistemas y la atmósfera en la que los construimos; es sólo una cuestión del cuidado y el rigor técnico que tenemos como diseñadores para hacer que nuestros edificios sean lo más resistentes posibles. Después de cuantificar el impacto del carbono en los materiales de construcción durante tres años, veo las oportunidades de intervención y cuestiono constantemente el status quo.
–Ud. dará una charla en la Semana de la Madera 2021. ¿Podría contarnos un poco sobre el enfoque y el objetivo que tendrá ésta?
–Las construcciones de madera en masa se están convirtiendo en un fenómeno global y, aunque entendemos que la madera es un material de construcción regenerativo, es importante comprender su origen completo a los impactos graves para poder captar su beneficio climático real. Mi presentación ilustrará cómo los diferentes tipos de prácticas forestales aguas arriba pueden afectar el carbono incorporado de los materiales de construcción, a través de la Evaluación del Ciclo de Vida del Edificio Completo (Whole Building Life Cycle Assessment, en inglés). Nos centraremos en el abastecimiento regional en el noroeste del Pacífico, Estados Unidos, como ejemplo, e ilustraremos cómo las leyes forestales, los ciclos de rotación de la cosecha y las zonas de amortiguamiento ribereñas pueden afectar el carbono forestal a lo largo del tiempo.
–¿Por qué la recomendaría?
–Es importante que los profesionales de la arquitectura, ingeniería y construcción se involucren en esfuerzos de investigación y colaboración con la academia y expertos de la industria adyacente, para cerrar las brechas de conocimiento que puedan surgir. Se requiere un rigor técnico y científico para entregar edificios resilientes, y esto, a menudo, se ejecuta con éxito a través de la colaboración interdisciplinaria. La ciencia forestal y la evaluación del ciclo de vida son sólo un ejemplo de las formas en que los arquitectos pueden obtener conocimientos externos para desarrollar una comprensión más profunda del impacto climático de sus edificios.
–Ha realizado múltiples sesiones de formación y educación sobre herramientas de software de análisis y carbono integradas a disposición de los arquitectos. ¿Cómo funcionan estos softwares y de qué manera ayudan a reducir la huella de carbono?
–En Miller Hull utilizamos principalmente dos softwares de evaluación del ciclo de vida: Tally para Revit y EC3. Cada software es específico para una determinada fase de diseño del proyecto, siendo Tally el más utilizado desde el diseño esquemático hasta la administración de la construcción. Todo el proceso es doble: primero debes medir tu impacto, luego puedes reducirlo. El proceso comienza con Tally extrayendo datos de cantidad de material de nuestros modelos BIM que se traducen en datos de emisiones basados en los impactos de fabricación, transporte, reemplazo y final de vida útil de un determinado material. Luego, todos estos datos se agregan a una base de datos personalizada que desarrollamos con el software de visualización Tableau. El resultado final es un informe compilado de gráficos y métricas que nuestro equipo de carbono incorporado lee al equipo de diseño que, luego, inicia una discusión sobre qué estrategias de reducción serían las más apropiadas. Este proceso está destinado a ser reiterativo hasta que el equipo de diseño cumpla con sus objetivos de reducción. Parte de la ejecución de estas estrategias de reducción significa adquirir un producto con menos carbono; aquí es donde comenzamos a usar EC3, que es una base de datos digitalizada de declaraciones ambientales de productos (EPD) que nos permite comparar productos uno al lado del otro y seleccionar el más bajo en carbono. Todo este proceso es algo con lo que nos hemos comprometido en Miller Hull a través de una iniciativa llamada Emission Zero que, en última instancia, compensa un tercio de las emisiones incorporadas iniciales generadas por los edificios que diseñamos.
–¿Qué cree que se necesita para que haya una mayor conciencia ambiental a la hora de construir?
–Creo que la conciencia ambiental se logra mediante la educación continua y el intercambio de conocimientos. Cuantos más arquitectos puedan participar en la investigación y seguir siendo curiosos, pero críticos, mejores serán nuestros edificios. Es importante establecer una cultura saludable de intercambio de conocimientos, no sólo con nuestros pares inmediatos, sino también con los clientes y el público en general. Diseñar en un entorno aislado nunca dará como resultado el diseño resistente que necesitamos desesperadamente: la colaboración es clave para comprender la raíz del problema y cómo resolverlo.
–La madera es un material único. En su opinión, ¿cuáles serían las mayores ventajas constructivas y medioambientales que tiene en el contexto de la edificación?
–La naturaleza regenerativa y secuestradora de carbono de la madera es lo que hace que este material sea tan emocionante y complejo. Cuando diseñamos con madera, debemos pensar de manera regional y comprender las prácticas forestales en las que estamos invirtiendo y generando demanda. Por ejemplo, la CMNUCC (Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático) ha informado que los bosques de América del Norte están aumentando sus reservas de carbono o se mantienen neutrales con el tiempo. Este tipo de informes puede ayudarnos a monitorear dónde debemos enfocar nuestro abastecimiento de madera y los tipos de fabricantes que apoyan estos mercados sostenibles. Otra área de investigación interesante, aunque algo sin explotar, es el impacto de la madera al final de su vida útil. Sabemos que el echado en vertederos o la incineración de madera liberan dióxido de carbono a la atmósfera, pero todavía no tenemos buenas soluciones para evitar este eventual destino. Creo que el potencial de la deconstrucción frente a la demolición es un área de investigación apasionante y que deberíamos observar con atención.
–¿Sabe algo de Chile y su madera?
–La mayor parte de mi investigación se ha centrado en la madera de América del Norte, pero trabajo en proyectos en el extranjero donde el abastecimiento de madera y las cadenas de suministro se convierten en parte de la investigación de nuestro proyecto. Parece que Chile lidia con muchos de los mismos problemas forestales que muchos países, es decir, ¿cómo ampliamos las prácticas forestales de manera sostenible para satisfacer la demanda? A menudo, esto da como resultado la forestación y un mayor volumen de plantaciones forestales; que tienen sus beneficios, pero también corren el riesgo de crear monocultivos y reemplazar bosques antiguos o establecidos. Creo que depende de los constructores y diseñadores abogar por la preservación donde se necesita e invertir en productos y prácticas forestales que estén comprometidas con los objetivos climáticos.