Las tendencias y corrientes sobre diseño en madera más sobresalientes, a mi juicio, son las exploraciones sobre los modelos formales y productivos, las que permiten un mejor uso forestal y de forma-resistencia con el material.
Con esto, a su vez, se fomenta su elección en espacios y sectores donde no suele preponderar ni ser competitiva, y también se suma a otros progresos contemporáneos, como el actual desarrollo de tecnologías y productos en base a sus compuestos. Lo más interesante en este aspecto son las exploraciones en técnicas de fabricación aditiva de piezas estructurales de madera. Hablamos de indagaciones que buscan hacer con el material algo que ya se viene repitiendo con los metales y el hormigón; una suerte de impresión 3D en madera con fines estructurales.
La madera, por su contribución a la atmósfera y a la mitigación del cambio climático, además de todas sus bondades, propiedades y características, está siendo uno de los principales insumos del diseño estructural que aspira tener un propósito, ser sustentable e innovador. Y esto, al mismo tiempo, produce un efecto dominó con el resto de los materiales, ya que los nuevos paradigmas que pueden fomentar los recursos forestales implican también un mayor conocimiento y entendimiento de sus lógicas y rendimientos.
Hoy la madera es un material que captura carbono en contraposición a su competencia que, en general, lo emite intensamente. Este rasgo por sí sólo debería ser suficiente para darle favoritismo, pero también tienen que ver otros aspectos. Si se quiere extender su uso y aplicación para maximizar sus beneficios, hay que competir por su precio y lograr una mayor disponibilidad en el mercado, en comparación con el acero y el hormigón.
Para lograr lo anterior, veo dos caminos. El primero es hacer un uso mucho más eficiente y consciente del recursos forestal, mientras que el segundo es aprovechar menores cantidades con mucha más inteligencia, tecnología e innovación. Estas aproximaciones nuevas a las maderas de ingeniería permitirán, en el futuro cercano, una industria de la construcción mucho más sustentable.
