Edificio Tamango en Coyhaique: El proyecto en madera que potencia la descentralización y ayuda al medioambiente

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17 de Enero, 2022

Ideada para su emplazamiento en Coyhaique y comandada por el equipo Tallwood, la obra cuenta con 19.700 m2, distribuidos en un zócalo de dos niveles para oficinas, una torre de diez pisos para 68 departamentos y tres subterráneos destinados a 220 estacionamientos. Una edificación pionera en materia sustentable a nivel latinoamericano, la cual logra secuestrar 1.495 toneladas de C02, gracias a sus más de 1.870 m3 de estructuras de madera.

Mucho se habla de que Chile es un país centralista. De que casi todas las grandes cosas suceden en Santiago. Y si bien son afirmaciones que tienen la razón en muchos sentidos, suelen haber excepciones a la regla que quiebran los moldes establecidos y revolucionan los paradigmas. Éste sería el caso del proyecto de Edificio Tamango, una idea que surgió como encargo sustentable, capaz de incorporar las últimas tecnologías de madera en altura y, al mismo tiempo, de potenciar la descentralización en una de las ciudades más australes y más contaminadas del mundo.

Según cuenta Gerardo Armanet, arquitecto a cargo del proyecto y uno de los fundadores de Tallwood Consultores —precursores de una nueva edificación en altura con estructuras de madera/ingeniería—, a fines de 2019 tomaron contacto con las familias Puchi y Traeger, oriundas de Coyhaique e interesadas en desarrollar una idea constructiva que, además de ser un buen ejemplo para la ciudad, se transformara en un referente de la región y también a nivel país. 

Concretamente, yendo a lo formal y técnico, el Edificio Tamango es un proyecto de 19.700 m2, el cual cuenta con 2.500 m2 de un zócalo de dos niveles para comercio y oficinas Co – work, una torre de diez pisos con 8.500 m2 destinados a 68 departamentos residenciales y tres subterráneos —de 8.700 m2 en total— para 220 estacionamientos. A su vez, la estructura posee 1.870 m3 de madera con 3.000 piezas de CLT y LVL, fabricadas por la empresa sueco – finlandesa Stora Enso.

Respecto a las tecnologías implementadas para poder llevarlo a cabo, es necesario recalcar que éstas han sido largamente utilizadas; tanto en Finlandia como en toda Europa, incluyendo también Norteamérica y Oceanía. De hecho, actualmente existen varios proyectos en desarrollo en otros continentes y, tal como señala Armanet, “Chile, un país forestal con cerca del 22% de su territorio con bosques, tiene  una buena oportunidad de dar valor agregado a esta industria, la cual puede contribuir fuertemente a lograr la carbono neutralidad comprometida para el año 2050. Como toda innovación, la puesta en marcha requiere de un proceso de aprendizaje, pero está demostrado con los ejemplos existentes que, invirtiendo de manera adecuada en el proceso de diseño, se obtienen grandes beneficios en la etapa de construcción, que es claramente la más demandante en recursos”. 

La madera como elemento sustentable

Al momento de adentrarnos en la sustentabilidad de la obra —y de cualquier edificio—, el arquitecto ilustra que, para poder calcularla, es necesario medir las emisiones contaminantes, tanto en su fase de fabricación como de uso. Como dato, el Informe del Estado Global del Sector de la Construcción del año 2019, señala que esta área es responsable del 39% de las emisiones de CO2 a la atmósfera —sólo en su fase de fabricación y construcción—, del 36% del uso final de la energía y un 37% del uso y consumo de recursos sólidos a nivel global. 

Ante estos antecedentes, la madera emerge como el único material renovable que permite construir estructuras en altura. Tanto es así, y tal como se mencionó, el Edificio Tamango cuenta con 1.870 m3 de estructuras realizadas con este material, las cuales capturan 1.495 toneladas de CO2 en su etapa final. Para hacernos una idea, si estos mismos 1.870 m3 fueran de hormigón armado, se liberarían a la atmósfera aproximadamente 3.800 toneladas de CO2 sólo por concepto del concreto, sin considerar las emisiones de acero de hormigón armado. En total, estamos hablando de 5.295 toneladas de C02 menos en la atmósfera; datos que, según nos entrega Armanet, hacen una enorme diferencia. 

Sin embargo, y cabe hacer la aclaración, la utilización de la madera en el proyecto también pasa por ser un material de alta tecnología y por su larga historia en prefabricación, cualidad que permite un excelente resultado constructivo debido a su precisión y rápido montaje. A eso se suma que, al tratarse de la ciudad de Coyhaique, cuesta mucho más conseguir mano de obra y materias primas para la construcción, por lo que la utilización de sistemas prefabricados hacen total sentido. 

 

Respecto a las múltiples ventajas de este método, Armanet detalla que “los paneles contralaminados de madera alcanzan enorme resistencia, con un peso aproximado de 470 kg/m3 contra 2.500 kg/m3 del hormigón armado. Esto da enormes ventajas en la manipulación de los elementos estructurales en el proceso de fabricación, transporte y montaje. Además, las cargas gravitacionales se reducen a cerca del 20% reduciendo los cimientos”.

Consultado acerca del tipo de madera y de su procedencia, el arquitecto específica que todas son extraídas de bosques que cuentan con las certificaciones correspondientes de manejo forestal de la Comunidad Europea. Incluso, la empresa Stora Enso calcula que el crecimiento de la madera utilizada en esta estructura tarda 45 minutos en reponerse en su bosque de origen.

Edificio híbrido e impacto en la comunidad

Si bien es cierto que la madera posee una serie de ventajas que el hormigón y el acero no, tampoco debemos desconocer que estos dos últimos elementos son excelentes aliados al momento de unir fuerzas en pos de un objetivo superior. Dicho de otra manera, las estructuras de madera no vienen a reemplazar la totalidad de los otros materiales estructurales —hormigón o acero—, sino que, además de ayudar a neutralizar sus emisiones, es un muy buen complemento estructuralmente hablando.  “No tenemos duda de que cuando hablamos de estructuras eficientes, hablamos de estructuras híbridas”, complementa Armanet. 

En cuanto a la recepción e impacto en la comunidad, los resultados han sido muy buenos, pues, dejando a un lado ciertos recelos iniciales relacionados a dudas lógicas ante una innovación como ésa, el concepto y magnitud se han comprendido perfectamente. Mal que mal, han sido dos años de trabajo en el proyecto, con un equipo de 20 profesionales involucrados —entre arquitectos e ingenieros— y con revisores locales y extranjeros. 

Otro dato que reafirma el apoyo que ha tenido la iniciativa, es la preocupación que se ha tenido por la eficiencia en el uso energético del edificio, pues éste es totalmente eléctrico y la calefacción central de losa radiante y el agua caliente sanitaria son alimentadas por bombas de calor de alta eficiencia. Al mismo tiempo, se diseñó un robusto sistema de aislación para las envolventes, fachadas ventiladas y ventilación mecánica de recintos, los cuales permiten cumplir con el exigente plan de descontaminación ambiental vigente en la ciudad de Coyhaique. 

El tiempo estimado para la ejecución de la obra gruesa de la estructura en madera es de cuatro meses —normalmente se demoraría el doble para esa superficie— y el montaje será mucho menos invasivo, pues al ser una faena “en seco” se emitirá menos ruido, se levantará menos material particulado y se disminuirá sustancialmente el tránsito de camiones. Todo, para hacer de Edificio Tamango un referente para el desarrollo de otras iniciativas similares a lo largo y ancho del país.


Escrito por Felipe De la Cerda E. 
Fotografía principal cortesía de Gerardo Armanet

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