En la región noreste de Argentina la construcción en madera es aún incipiente, aunque el recurso forestal es muy abundante. La principal aplicación se da en casas de fin de semana y de forma progresiva, se están construyendo más viviendas permanentes a partir de producción estatal y de iniciativa privada. Su estilo también está cambiando, pues de la tradicional con techo a dos aguas, se avanzó hacia resoluciones más contemporáneas y minimalistas.
Mientras que en las provincias de Chaco y Formosa se cuenta con una gran variedad de especies nativas, con principales usos en muebles y piezas estructurales, en Corrientes y Misiones las especies predominantes son el pino y eucaliptus. Con mayores y notables aplicaciones.
El sistema constructivo privilegiado en la zona es el entramado cerrado de madera, dado que a partir de la Resolución 3-E-2018 de la Secretaría de Vivienda y Hábitat de la Nación, es considerado “tradicional”. Por ello, ya no requiere la tramitación del Certificado de Aptitud Técnica. Un aspecto que antes obstaculizaba su aplicación masiva. Ese desconocimiento y el mal uso del material causó una baja de preferencias durante un tiempo. Mientras que a escala mundial se revaloriza la madera como el material ecológico por excelencia, en la región subsiste una baja aceptación social sobre su durabilidad.
Entre los desafíos, observo que el aspecto ambiental es habitualmente relegado frente a las grandes carencias y restricciones. El norte argentino, lamentablemente, posee los peores indicadores socioeconómicos de la nación. También hay que mejorar su aceptación sociocultural, la desconfianza sobre su durabilidad, la baja formación profesional y las debilidades del mercado para obtenerla como material.
Y entre los aspectos positivos, las fortalezas y oportunidades que podrían propiciar el aumento de la construcción en madera, destaco el aumento de la conciencia ambiental de diseñadores y usuarios, posicionando la madera como material ecológico. A su vez, hay una gran superficie forestada del país, en especial en las provincias Mesopotámicas de Corrientes, Misiones y Entre Ríos, al igual que un alto porcentaje de bosques certificados o en proceso de certificación ambiental.
Sumo a lo anterior la existencia de espacios intersectoriales y políticos de apoyo, avances normativos e iniciativas legislativas. Menores costos en relación a otros sistemas constructivos y bajos plazos de ejecución, lo que podría dar respuesta rápida y eficiente al alto déficit habitacional, además de propuestas de formación profesional a nivel de posgrado de ingenieros, arquitectos y constructores. En ese marco, mi recomendación es que la construcción esté a cargo de profesionales especializados en la temática y que se considere de forma simultánea los aspectos estéticos, funcionales, espaciales, estructurales, constructivos y ambientales.
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