Emprendimiento de muebles en madera se basa en la arquitectura para desarrollar diseños personalizados, atractivos y sostenibles

_PORTADA

19 de Septiembre, 2022

De Eme Taller reivindica la carpintería de autor y la valorización del trabajo en madera nativa, a través de muebles atractivos y vanguardistas. Este emprendimiento explora la potencialidad de las maderas nativas y las posibilidades del CNC, aprovechando la formación arquitectónica de su fundador para desarrollar propuestas integradas y ambientales.

De Eme Taller surgió de la afición de su fundador, Diego Montoya, por diseñar muebles para su propia casa. Tras subir algunas fotos a las redes sociales y percatarse de que su familia y amigos lo animaban a seguir explorando el oficio, él decidió tomárselo mucho más en serio y fue así como empezó con la labor de realizar muebles por encargo. Faceta que cumplía tras volver de su trabajo de coordinador del equipo de arquitectura en una fundación urbanística.

La compatibilidad de ambas actividades ofrecía, por un lado, tener un trabajo estable, y por otro, continuar con esta actividad paralela. Una interesante oportunidad de expansión.  Nadie contaba con que en marzo de 2020 la llegada del coronavirus cambiaría absolutamente todo, teniendo que reinventarse.

De esta manera, impulsado por el difícil contexto, fundó De Eme Taller en mayo de 2021, con problemas en lo relativo a la falta de stock en las cadenas de abastecimiento, recuerda Montoya.  

Cada tipo de madera se expresa de una manera distinta, cuenta el fundador de este emprendimiento / De Eme Taller

Hoy su catálogo se compone de asientos, sillas, mesas, estantes y veladores, junto a otros encargos de clientes más interiorizados en el trabajo en madera. Un oficio que perfecciona, dice el carpintero, con la idea que quiere propagar con el material. 

La fabricación de muebles a través del prisma arquitectónico

“Todo comienza con un diseño simple en una croquera, el cual evoluciona gracias a programas digitales”, dice el mueblista / D.E.T.

Como se mencionó, antes que mueblista, Diego Montoya se recibió de arquitecto. Eso, más allá de indicarlo como dato, hoy tiene un gran significado, pues comenta que eso le brinda la capacidad de otorgar valor a distintos elementos. Sobre todo espaciales, independiente de la materia prima o la técnica elegida. Por ende, según explica, todos los trabajos que hace los aborda como si fueran proyectos de arquitectura. 

“Todo comienza con un diseño simple en una croquera, el cual evoluciona gracias a programas digitales como Rhino, Grashopper, Sketchup y Autocad, para luego pasar por Ilustrator y Photoshop, con el fin de presentar la idea general al cliente. El diseño es un proceso iterativo, no lineal, en el que después de muchos intentos se llega a un consenso satisfactorio. Así, una vez validada la propuesta, desarrollo los planos de detalles y esquemas de su fabricación.  Por muy simple que sea un encargo en madera, todo funciona mejor con planos. Es la herramienta para poder comunicarnos con el mundo”, asegura. 

Lo anterior explica cómo De Eme Taller consigue un arraigo identitario y afectivo con aquello que se crea, llevando consigo las huellas de quienes participaron. Las mismas quedan patentes en el tiempo cuando son parte de una reflexión creativa, desarrollando una propuesta integrada a su contexto e idónea a las necesidades implícitas o explícitas del cliente. 

Actualmente, con su negocio se encuentra explorando la potencialidad del CNC, teniendo como plan un desarrollo de toda una línea de muebles hechos de madera nativa reciclada y elaborados por este control numérico computacional. ¿La razón? Llegar a realizar diseños y detalles que serían muy difíciles y costosos de hacer a mano, con un grado de precisión incomparable que multiplicaría las posibilidades del diseño hasta los límites de la imaginación. Sin duda un objetivo ambicioso que este emprendedor con De Eme Taller, a través del trabajo duro y el amor por el oficio, no ve difícil de conseguir. 

Metodología y maderas más utilizadas

Hoy su catálogo se compone de asientos, sillas, mesas, estantes y veladores, junto a otros encargos de clientes / D.E.T.

Respecto a los muebles que fabrica De Eme Taller, éstos se dividen en tres categorías: “Premium”, para trabajos en roble, raulí, lenga, coihue u otra madera nativa; “Estándar”, en tableros de pino alistonado; y “Económico”, centrado en tableros de terciado. 

Si bien las etapas del proceso son similares entre las tres, cada material se expresa de una manera distinta, ya sea a través de sus fragancias, virutas o astillas, cuenta Montoya. Por lo mismo, y según la resistencia de cada una, al filo de las máquinas que utiliza, es que él guarda ciertos cuidados especiales. En lo correspondiente a la terminación, el mueblista aplica aceite de teca para mantener la textura, el color y la nobleza del material. También aceite-cera Osmo, para otorgar un acabado elegante, al igual que el vitrificado de poliuretano. Esto último, para dar una alta resistencia a la humedad y a la luz solar. 

Al referirse a la obtención de la materia prima en sí, Montoya explica que una alternativa es recurrir a barracas que ofrecen parte de los mejores cortes en Santiago. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, también le ha dado satisfacción ocupar maderas rescatadas en demoliciones, mayormente de roble, de coihue y raulí. Todas ellas “tesoros”, como las define, a las que extrae los clavos por medio de un detector de metales y que luego cepilla para darles nueva vida en algún próximo proyecto.


Escrito por Felipe De la Cerda E.
Fotografía principal cortesía de De Eme Taller 

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