22 de Noviembre, 2022
A la versión de este año de los premios Holzbaupries BW 2022, que reconoce a la mejor arquitectura en madera de Alemania, llegaron 111 proyectos de las áreas más variadas: residencial, educación, administrativo, industrial, deportivo, cultural, religioso, social e infraestructuras.
Lo anterior da cuenta de la versatilidad del material y también de la fuerza de este tipo de arquitectura. Por ello, no es casual que este evento se haya llevado a cabo en Reutlingen, cerca de Stuttgart, que es parte de Baden-Württemberg (BW). Un estado germano en donde el cultivo de madera se realiza de manera constante, responsable y sostenible.
Peter Hauk, Ministro alemán de Alimentación, Medio Rural y Consumo, fue una de las autoridades que habló en la premiación y se refirió a este tema, asegurando que la construcción actual en madera de esta región “es un motor para Alemania y Europa” y que es una “arquitectura arraigada a la sociedad, precisa y eficiente, y que protege el clima”.
El estado de Baden-Württemberg quiere lograr que la economía y la sociedad sean climáticamente neutrales para 2040, adelantándose una década al Pacto Verde Europeo. En el intertanto, va por la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en el país en al menos un 65% para 2030, tomando como referencia 1990.
Hay que tener en cuenta que el 38% de superficie de este estado se compone de bosques, lo que equivale a 1,4 millones de hectáreas, una de las más extensas de Alemania. Así, Baden-Württemberg es pionera en emplear la madera de modo sostenible, pues se utiliza la mitad de lo que se extrae de las zonas forestales. En esa lógica surge la organización de los premios Holzbaupries BW 2022, los que en su edición número 14 quisieron seguir premiando la construcción en madera que fomente el respeto por el medioambiente, la arquitectura innovadora y sustentable.
Las bases de este certamen consideraron que las obras participantes debían usar la madera y sus derivados como material principal, a partir de diseños impecables y con ciclos de vida que fueran energéticamente eficientes. Además, se buscaba que los elementos de estas construcciones fueran “recuperables”, tanto en la obtención de la madera bruta como ya proyectada en obra.
A continuación, este artículo profundiza en los tres proyectos galardonados, quienes cumplieron a cabalidad las características exigidas y ofrecen una muestra de las últimas tendencias de la arquitectura en madera europea.
Esta empresa de tornillería necesitaba ampliar su sede en Waldenburg (Hohenlohe), por lo que el equipo dirigido por Hermann Kaufmann diseñó un nuevo edificio autónomo con apariencia arquitectónica segura. Se pensó el conjunto de edificios como mascarón de proa y la idea era que diera un mensaje ambiental, con un material de construcción renovable y con fuerte tendencia a la sostenibilidad. Esto coincidió con el anhelo de la empresa de contribuir a la reducción de las emisiones de CO2.
Para esta obra se usó madera de hoja caduca y de coníferas, donde se empleó alrededor de 1.800 m³ del material, ahorrando el CO2 de alrededor de 3.600 toneladas, en comparación con la construcción convencional. Una proyección cuyos autores afirman que su vida útil será de 50 años.
Este pabellón conectó la sala principal de producción con un puente hacia una zona de tres pisos. Ésta posee oficinas y salas de reuniones, con un área de recepción grande que incluye una exposición para sus visitantes. El espacio en donde se realizan las tareas de la fábrica se diseñó con madera y, por supuesto, se utilizaron sus propios tornillos.
La estructura del techo tiene forma de peine, lo que otorga mucha luz natural en el interior. Para la estructura del techo de la sala, compuesto de cinco naves, se escogió madera laminada de haya aglomerada, llamada “BauBuche”. Con ésta no sólo se implementó óptimamente el diseño arquitectónico, sino que también se redujo la cantidad de madera total, con el fin de ahorrar recursos. En tanto, la estructura de la recepción y la pasarela que conecta ambos edificios es de madera maciza
Hoy es la estructura portante de madera más grande del continente europeo. La planta de producción tiene dimensiones enormes para acomodar numerosas máquinas de gran tamaño, con una amplia infraestructura técnica. Especificando sus dimensiones, su longitud es de 114 m y la anchura es de 96,5 m, mientras que la altura es de unos 12 m.
Ubicada en Bleibach, en el Parque Natural de la Selva Negra del Sur, esta torre de 33 metros de altura tiene una base triangular cuyos lados miden 6 ’60 m y su techo es inclinado. Está confeccionada, en su totalidad, a base de madera, construida sobre un coro gótico del Siglo XVI, y en su interior se encuentra un gran campanario. Éstos son los tres principales elementos de la construcción. Luego, una escalera conduce de la planta triangular a una plataforma de observación. La parte más alta dispone de un lugar para que aves de la zona puedan anidar ahí.
Las paredes son de madera contralaminada de abeto, con un ancho de 20 cm. En sus tres lados hay persianas correderas, lo que permite tener una excelente vista del sector, ya que esta torre se cimentó en el cruce de tres valles de la Selva Negra: Elz, Simonswald y Siegelau. Las paredes se colocaron encima de un anillo de hormigón armado, con muros de 3,30 cm de alto y en piso de losa, que mide 45 cm de espesor.
El material utilizado para el revestimiento de la fachada es la madera accoya, que se encuentra químicamente modificada con anhídrido acético. De esta manera, puede resistir a hongos e insectos que suelen afectar al material, además de las diversas condiciones atmosféricas.
Por otra parte, el largo de los tableros permitió que la fachada tuviera un ritmo en el cual se integran las aperturas de las ventanas verticales. Los listones pueden propagar directamente el sonido del campanario. El material usado para los paneles de paredes, escaleras y techos fue la madera de abeto plateado, debido a dos razones: una, porque es de gran rigidez; y otra, pues proviene de un árbol que crece en la Selva Negra, patentando la construcción sostenible.
Ésta es una torre de 8 pisos y 25 metros para 30 viviendas familiares, junto con un zócalo para otros usos, como una guardería pensada para tres grupos con una gran área de juegos y un supermercado en la primera planta. El diseño de la construcción es simple y está totalmente hecho de madera, incluyendo las habitaciones individuales, la escalera, el hueco del ascensor y la fachada exterior. El techo es de abeto blanco local, encolado sin nudos, también de la misma área geográfica.
Buggi 52 combina la construcción de estructura de madera con elementos del costado de madera contralaminada, los que se adquirieron gracias a Lignotrend, una empresa de la misma región especializada en este material. Además, las capas de madera adicionales garantizan la resistencia al fuego.
El edificio también cuenta con una protección al ruido sofisticada que evita escuchar incluso los sonidos de las pisadas. Esta obra, a su vez, recibió la certificación FSC (FSC-P001833), porque las fuentes de donde se obtuvo la madera fueron bien administradas para la posterior construcción. Así, se puede reafirmar su compromiso con la gestión forestal.
De acuerdo a sus autores, su sostenibilidad ahorra, a largo plazo, cerca de 517 toneladas de CO2. Una cantidad equivalente, por ejemplo, a 135 vuelos transatlánticos de Múnich a Nueva York. Otro ítem a rescatar es que el costo de la construcción fue de once millones de euros, cifra que no es más alta que una construcción sólida con otros materiales convencionales.
Considerando que participaron más de 100 proyectos, hubo menciones honrosas: el pabellón deportivo en Vaihingen an der Enz, de Dietrich y Untertrifaller ZT GmbH; el hotel Bauhofstraße en Ludwigsburg, de VON M; Holzbaustein, Viviendas en Stadtoval, Aalen, de Kayser Architekten; y el Centro de formación para la Escuela de Policías en Villingen-Schwenningen, de Michel+Wolf Architekten.
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