22 de Diciembre, 2022
En 2016 Alec Tzannes y Jonathan Evans, miembros del estudio arquitectónico integral y de carácter urbano Tzannes, estuvieron a cargo del proyecto “International House of Sydney”. El primer edificio de uso comercial construido en base a madera en Australia. Una revolución de la arquitectura local que está ubicada en Hickson Road, entre el distrito comercial Barangaroo South y el corazón de la ciudad de Sydney.
Este distintivo proyecto, que cuenta con siete pisos de altura y un área total de 7.920 m2, establece una amigable conexión entre ambos puntos de la ciudad y marca también un precedente en la edificación de estructuras comerciales con menor impacto en el medioambiente.
El elemento icónico del International House of Sydney es la madera, cuyo eje central gira en torno a la de tipo laminada, tanto en la fachada como en sus espacios interiores. Procedente de bosques explotados de forma sostenible y reciclada de antiguas edificaciones, aproximadamente 3.500 m3 fueron utilizados para construirlo; desde las vigas, pilares, forjados, núcleos de ascensores, escaleras, entre otros.
Madera laminada que fue todo un desafío para la empresa alemana, Hess Timber Limitless, que ante tamaña revolución arquitectónica, apostó por una nueva línea que combina material proveniente de los géneros de árboles Píceas y Hayas para proveer la mejor solución.
Entrando más en detalle respecto al proyecto, el hormigón forma parte de la estructura baja del edificio. Por su parte, el acero reciclado es utilizado en la columnata en V de doble altura de la calle Sussex, que permite ajustar las dimensiones del entramado de madera de las plantas superiores, con la distribución de su planta destinada a los estacionamientos.
Dicha columnata tiene una forma arbórea, que define la imagen urbana de la construcción, actuando como acceso principal con un recorrido longitudinal cubierto, y comunicado con la parte central del International House of Sydney y el barrio de atrás del edificio. La extensión de este pasaje le ha permitido distinguirse como una auténtica plaza pública, destinada a diversas actividades.
El zócalo, que consta de dos plantas, está hecho a base de ladrillo cerámico vidriado y de color blanco, proporcionando una imagen neutra detrás de la columnata. El primer nivel planta refleja un espacio cristalino, intercalado entre la alineación de sus pilares paralelos de la fachada en la parte central, y por los núcleos de circulación vertical y de servicios que se distribuyen en una banda paralela a la fachada trasera.
El cerramiento de vidrio de estas plantas da espacio a la luz natural y establecen una conexión directa y visual con el entorno barrial. Aunque, a pesar de la importancia del elemento del vidrio, la madera es la gran protagonista de los acabados interiores, dándole una sensación de calidez, bienestar y otro aire a nuestros pulmones al recorrer los pasillos de este centro comercial.
Otro elemento a destacar es la construcción de su núcleo de escaleras rodeadas de paneles de vidrio, que simplifican la protección de una posible evacuación y le dan notoriedad en el espacio. Por lo que la ciudadanía, en ocasiones, se ve invitada a preferirlas por sobre los ascensores.
La planta de cubierta alberga las principales instalaciones del edificio. Entre ellas, 352 paneles fotovoltaicos que cubren la demanda energética. Y el protagonismo de la madera en su estructura, transforma al International House of Sydney en un capturador de 2.700 toneladas de carbono, dicen sus realizadores, al mismo tiempo que garantiza la comodidad térmica de los espacios.
Además, mediante el dimensionado de los perfiles de madera, con 6 cm de recubrimiento de protección y el uso de rociadores, esta edificación cumple con la estricta normativa contra incendios de los edificios comerciales.
Pionero en su tamaño y tipo en Australia, este edificio ha acumulado diversos galardones por su propuesta. Por ejemplo, en 2018 ganó el Premio Sir Arthur G. Stephenson a la Arquitectura Comercial. Premio creado en honor a este ingeniero civil-mecánico británico, que construyó la primera línea ferroviaria pública del mundo que utilizó locomotoras a vapor.
Ese mismo año fue galardonado con el Premio Milo Dunphy a la Arquitectura Sostenible. Un premio inspirado en Myles Dunphy (padre) y Milo Dunphy (hijo). Dos conservacionistas australianos que desempeñaron un papel importante en la creación del movimiento por la naturaleza australiana. Sobre todo el hijo, reconocido por revitalizar Australian Conservation Foundation y su activismo político para preservar las áreas silvestres en Nueva Gales del Sur.
Otros dos importantes hitos fueron la medalla de oro obtenida por parte del Real Instituto Australiano de Arquitectos (RAIA), cuya fundación data entre 1929 y 1930. Y su reconocimiento en el World Architecture Festival también en 2018, como la construcción con mejor uso de madera certificada.
Tal como señala el jurado del New South Wales Architecture Awards –parte del Instituto Australiano de Arquitectos- y que premia la excelencia en el diseño, es importante mencionar que esta construcción tiene una calificación de 6 estrellas según la herramienta de calificación “Green Star Office v3”, consolidándose como una estructura líder en diseño sostenible.
La Planet Ark Enviromental Foundation, una de las organizaciones medioambientales de mayor renombre en Australia, que justamente desde hace 20 años se enfoca en proveer amigables soluciones a niveles medioambientales y accesibles para todos, indica también positivos efectos fisiológicos y psicológicos para el público en los interiores del edificio.
Una estructura que adquiere un lado sensible a partir de su innovadora propuesta. El aroma, el tacto y sus aspectos visuales, lo dotan de un ambiente saludable capaz de reducir el estrés y la ansiedad, proveyendo de una mejor calidad del aire en su interior y una profunda belleza estética.
Un proyecto que debiera ser imitado a nivel mundial, tanto por las cualidades únicas de la madera, como por su sustentabilidad y su conexión con la ciudadanía. Y que por estar emplazado en el corazón de la ciudad de Sydney, inspira a australianos y turistas extranjeros a conocer y probar con las ventajas, beneficios y elegancia de este recurso en su día a día.
Según declaraciones de sus expertos, este edificio se aventura en una nueva forma de darle belleza a estos edificios comerciales de manera integral, con sobresalientes credenciales ante el cuidado medioambiental.
Al no utilizar concreto en su estructura, miles y miles de gases invernaderos fueron evitados, apostando por un futuro sustentable en la construcción a futuro de diversos edificios similares al International House of Sydney.
“El edificio hace un uso amplio de la madera de ingeniería estructural y de madera dura reciclada. Hemos aprovechado y celebrado las limitaciones estructurales impuestas por el uso de la madera, formando una columnata única que evoca un bosque de árboles que le da al edificio su carácter singular”, dicen desde el estudio arquitectónico Tzannes. “El resultado es una celebración poética y dinámica de la resolución estructural del edificio, que da forma a la calle y la red peatonal interior”, añaden.
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