Estructura de jardín infantil de Italia incluye el uso de madera por su bajo impacto ambiental

6 Settembre 2015

2 de Febrero, 2023

Los elementos arquitectónicos del jardín infantil de Mario Cucinella Arquitectos (MCA), como la forma del interior, su organización, la elección de los materiales, todas las percepciones sensoriales relacionadas con la luz, los colores, los sonidos, las sugerencias táctiles, están diseñados teniendo en cuenta la metodología pedagógica y educativa relacionada con el crecimiento del niño.

 

El proyecto de Mario Cucinella Arquitectos (MCA) aborda el diseño y construcción de la nueva Escuela en el Distrito de Guastalla (Reggio Emilia, Italia). El  edificio reemplazará dos escuelas existentes dañadas por el terremoto que sacudió el territorio en mayo de 2012 y albergará hasta 120 niños y niñas de 0 a 3 años de edad.

El jardín infantil está pensado para estimular la interacción del niño con el espacio que lo rodea según una visión de “enseñanza” en la que nada se deja al azar, desde la distribución de los espacios educativos a la elección de los materiales de construcción, pasando por la integración entre interior y exterior.

La construcción albergará 120 niños del distrito de Guastalla/ Moreno Maggi

La estructura implica el uso de materiales naturales con bajo impacto ambiental. En particular, la estructura portante se compone de entramado de madera: un material seguro e ideal para mantener el aislamiento térmico del edificio.


En el jardín infantil creado por MCA se usó la madera para integrar el interior con el exterior/Moreno Maggi

El alto aislamiento, la distribución óptima de superficies transparentes, el uso de sistemas para la recolección de agua de lluvia y la inserción de un sistema fotovoltaico en el techo, permitirán que el edificio minimice el uso de equipos mecánicos para satisfacer las necesidades energéticas de la escuela. Así, los niños se ven impulsados ​​a descubrir lugares complejos y al mismo tiempo familiares, donde pueden desarrollar habilidades a través de las características especiales de cada uno. Incluso los espacios de conexión entre las aulas y los laboratorios se pensaron ​​para ser experimentados con curiosidad y diversión: a lo largo del recorrido hay espacios de ensanchamiento, de juego y de relación, celdillas donde detenerse, elementos transparentes para vigilar o asomarse a las actividades de los demás niños.

Partiendo de la señalización interna, también articuló el recorrido sensorial hacia el exterior del edificio, que integra los árboles existentes y engloba la estructura creando áreas protegidas para las actividades de los niños, educadores y padres.

 


Publicado originalmente en ArchDaily

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