14 de Junio, 2023
Cuando hablamos de construcción industrializada, la madera se presenta con una alternativa inmejorable, que ofrece numerosos beneficios. Es un material sostenible, eficiente, versátil y estéticamente cálido y acogedor. Su uso contribuye a la reducción del CO2 y acelera los procesos de construcción.
Es un material liviano y fácil de manipular, lo que es fundamental para la construcción industrializada. Las partes se pueden elaborar en una fábrica, trasladarse y ensamblarse rápidamente en el lugar de construcción, en tiempo récord respecto de otros materiales. Una vivienda social construida con esta tecnología se puede realizar en 5 días, algo que en los sistemas tradicionales puede tardar 5 meses o más.
Las nuevas técnicas silvícolas, sumado a los avances en ingeniería, permiten contar con soluciones constructivas industrializadas como la madera estructural, laminada y contralaminada (CLT) que ofrece características de fuerza y resistencia únicas, permitiendo la construcción no solo de viviendas, sino de edificios en altura o gran envergadura como puentes. Asimismo, destaca su comportamiento en sismos, donde la flexibilidad del material permite que las construcciones resistan estos movimientos sin alterar su estructura.
Su apariencia natural, variaciones de color y textura pueden crear ambientes atractivos y acogedores. Es personalizable y se adapta a diferentes estilos arquitectónicos y requisitos de diseño, aportando calidez y belleza.
La madera es un excelente aislante térmico, capaz de reducir la pérdida de calor en las construcciones (casas, edificios, etc.) y contribuir de manera importante a la eficiencia energética.
Uno de sus atributos más valiosos en estos tiempos, en que el calentamiento global plantea importantes desafíos a la humanidad, es el aporte que hace a la reducción de la huella de carbono. Los árboles absorben CO2 y lo almacenan en su estructura, algo que no pierden cuando son procesados y utilizados en la construcción. En consecuencia, al utilizar este material en la construcción, ayudamos a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mitigar el cambio climático.
Es importante destacar que la madera es un material renovable que, a diferencia de otros elementos utilizados para la construcción como acero o concreto, es cultivada y cosechada de manera sostenible, a través de prácticas forestales responsables. A modo de ejemplo, si los materiales de construcción tradicionales fuesen un país, serían uno de los tres más contaminantes del planeta.
Las tecnologías de construcción industrializada hoy permiten la fabricación de paneles de pared y pisos prefabricados, sistemas de entramado ligero y elementos estructurales de madera laminada y contralaminada (CLT), marcos de madera y sistemas modulares que se ajustan eficientemente a los diseños de construcción mencionados.
Todo lo anterior entrega numerosas posibilidades para crear estructuras sostenibles y eficientes, no solo viviendas sino también edificios en altura. En el mundo hoy existen edificios de hasta 24 pisos construidos íntegramente en madera y nuestro país no es la excepción. En Chile, en la ciudad de Coyhaique se proyecta la construcción de un edificio de departamentos de 12 pisos, construido en madera.
La arquitectura es un campo en constante evolución y las tendencias van cambiando de acuerdo a nuevos avances tecnológicos, consideraciones ambientales y demandas de mercado.
Así, en los últimos años la construcción modular en madera ha ganado gran popularidad. Los módulos prefabricados ofrecen una solución rápida y eficiente para construcciones de todo tipo, desde viviendas hasta edificios, permitiendo una mayor flexibilidad, personalización y reducción de plazos de construcción.
Algo similar ha ocurrido con el diseño sostenible y bioclimático, una tendencia que aparece como una opción al optimizar el uso de la madera en relación con las condiciones climáticas y eficiencia energética. Esto conlleva a la integración de estrategias pasivas de diseño, como el uso de ventilación natural, iluminación adecuada y aislamiento.
Luego, en los países desarrollados, la construcción de edificios en madera de varios pisos ha sido una tendencia creciente. Las técnicas de ingeniería moderna permiten la construcción de estructuras de madera contralaminada (CLT) y paneles estructurales, que ofrecen resistencia y estabilidad para edificios de gran altura.
Dentro de las tendencias aparecen los sistemas constructivos híbridos que combinan la madera con otros materiales, dando mayor versatilidad y adaptabilidad a los requisitos específicos de diseño y resistencia estructural.
Sin duda la construcción en madera puede ser la respuesta al déficit habitacional que afecta a nuestro país y que se ha estimado en cerca de 650 mil viviendas. Iniciativas como el Programa de Emergencia Habitacional (PEH) impulsado por el Gobierno, que tiene como meta la construcción de aproximadamente 260.000 viviendas entre 2022 y 2025, dan cuenta de ello.
En este contexto, los avances en torno a la construcción industrializada en madera representan una opción atractiva para hacer frente a esta situación. El sistema industrializado ofrece diversos beneficios relacionados a los tiempos de ejecución en obra, aspecto que es fundamental para enfrentar la gran demanda social-habitacional que existe en la actualidad.
De igual forma, gracias a los distintos avances tecnológicos en materia de prefabricación e industrialización, la madera se ha convertido en el material idóneo para ser usado bajo este sistema, en parte por su capacidad de ser procesado y mecanizado dentro de una fábrica, lo que permite realizar la construcción de elementos estructurales (muros, losas, techos) bajo un ambiente controlado, y por ende, con mayores estándares de calidad.
Si bien en Chile existe una industria incipiente de este tipo de viviendas, aún hay muchos desafíos que enfrentar, como impulsar de manera más fuerte los sistemas constructivos industrializados y prefabricados dentro de la industria de la construcción, los cuales no sólo permitirían hacer frente a los problemas de demanda habitacional, sino que también se presentan como un nuevo camino hacia el aumento de la productividad en la industria de la construcción.
Bajo esta misma línea, es evidente que el desarrollo de normativas de diseño, aplicación de protocolos y regulaciones, basados en sistemas industrializados se conviertan en una necesidad. Al mismo tiempo, trabajar en base a los principios claves de la industrialización y prefabricación, tales como la estandarización, automatización, diseño y coordinación temprana y el diseño para la manufactura y ensamblaje (DfMA), serán claves para fomentar e impulsar de manera más fuerte estos sistemas constructivos a nivel nacional.
En la academia y en los ecosistemas de innovación la construcción en altura ha sido un tema de estudio durante la última década; algo que poco a poco ha ido permeando en el mundo de la construcción. Prueba de ello es el proyecto Tamango en Coyhaique, el primer edificio de 12 pisos hecho 100% en madera.
Asimismo, la búsqueda de materiales sostenibles ha aumentado el interés por explorar la construcción en madera; muestra de ello es lo que ha pasado con el CLT, un material que hasta hace un año nuestro país importaba y que hoy se fabrica en Chile.
El avance más importante se ha dado en la construcción de mediana altura, donde tenemos un incipiente nicho de empresas que hoy operan en el mercado, fabricando y comercializando este tipo de viviendas.
Para la construcción en altura el camino es la construcción híbrida que optimiza los costos de un proyecto en madera.
Respecto de la construcción en gran altura, sin duda hay muchas optimizaciones que hacer tanto en lo técnico como en lo normativo, para hacerlo un modelo más competitivo, pero en estricto rigor hoy en Chile no hay nada que impida llevar a cabo este tipo de construcciones.
Pero, como cualquier sistema innovador, hay una barrera cultural que se debe superar y esa transición toma tiempo. Es un cambio de paradigma y de know-how en el sector de la construcción, para adoptar sistemas más innovadores y sostenibles, necesitamos hacer prototipos e investigar para avanzar en la construcción en altura en madera.
Es importante seguir potenciando los procesos tecnológicos y de innovación; considerando la arquitectura e ingeniería, la coordinación con las industrializadoras y empresas constructoras. Esto con base en algunos de sus atributos más relevantes, lo que la convierte en un material que permite ofrecer soluciones habitacionales con un enfoque sustentable y, al mismo tiempo, con un carácter de innovación, de mejora en la productividad y con altas expectativas de crecimiento, sobre todo considerando que existe un potencial de desarrollo en el uso de la madera en Chile, especialmente por ser uno de los principales productores a nivel mundial.
Para ello necesitamos seguir avanzado en el establecimiento de alianzas colaborativas en el ámbito académico, sectorial e interinstitucional, para levantar, en forma conjunta, una agenda que impulse su uso en la construcción, superando las brechas normativas y culturales.
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