28 de Junio, 2023
Un recorrido por las principales obras de la Oficina de Arquitectos de Snøhetta en Noruega fue realizado por los ganadores del concurso “Artefactos del Paisaje” organizado por WoodArch.
Los ganadores del concurso “Artefactos del Paisaje”, entre quienes participaron estudiantes y profesionales de la arquitectura, recorrieron las principales obras realizadas por la oficina de arquitectos de Snøhetta. Los ganadores, conformados por los equipos A-230, SB-233 y SB-290, junto a Sergio Araneda, Director del Concurso y Andrés De Solminihac, representante de WoodArch, realizaron en un viaje que tuvo como primer destino el restaurante submarino Under, emplazado en el poblado de Lindesnes.
Este complejo gastronómico fue armado en una plataforma cercana al actual lugar donde se ubica y luego fue lanzado al mar. Posteriormente, fue arrastrado por flotación para finalmente ser anclado a uno de sus extremos al fondo de mar, en una orilla de la bahía aledaña a Lindesnes.
El espacio descendente e iluminado naturalmente gracias a la luz que entra por los ventanales y lucarnas, cuenta con una escalera de roble que atraviesa toda la diagonal que forma el proyecto, desde su acceso en la superficie hasta los muebles y el piso del comedor.
La siguiente parada fue The Bolder Cabins, proyecto turístico tipo Lodge, de la oficina Snøhetta iniciado el 2020 y ubicado en el borde de Lysefjorden, cerca del mirador Preikestolen.
En su exterior las cabinas son de madera de cedro rojo, sobre un basamento de hormigón anclado cuidadosamente a las rocas del lugar. Construidas en medio de árboles y arbustos de crecimiento bajo (como bonsais), las estructuras dejan una huella mínima en el lugar proponiendo una vista como si se estuviera flotando sobre el fiordo, gracias a grandes ventanales.
La abandonada y antigua mina de zinc que data de 1898, situada muy cerca de pueblo de Sauda, fue el próximo paso en el itinerario del grupo. ¿El motivo?, el lugar inspiró a Peter Zumthor a diseñar y construir en 2016 el famoso Allmannajuvet Museum.
El proyecto invita a los turistas a conocer la historia minera de la región, a través de tres pequeños edificios inspirados en la operación artesanal minera. Un café, un museo de sitio y una batería de baños se complementan en distintos niveles de la quebrada, condicionando entre ellos una particular ruta en torno a la rocosa geografía y la historia del lugar.
El edificio Powerhouse de Telemark
El espectacular edificio Powerhouse de Telemark, revestido con celosías de madera y emplazado en la ciudad de Porsgrunn, no podía estar ausente en la ruta de los ganadores del concurso.
Lo más distintivo de esta obra de los arquitectos de Snøhetta, es que se ha consolidado como un estándar en sostenibilidad ambiental, reduciendo su consumo anual de energía en un 70%. Ello gracias a paneles solares fotovoltaicos ubicados en el techo y en la fachada sur.
“Sin duda, el Powerhouse Telemark se plantea hoy cómo una obra ambientalmente neutra, a la vanguardia en sostenibilidad y uno de los primeros de carbono negativo del mundo”, aseveró Sergio Araneda.
El quinto destino y más boreal de la ruta fue la visita a la pequeña localidad de Hjerkinn, emplazada cerca de una meseta glaciar en las afueras del Dovrefjell National Park. Este lugar es el hábitat de las últimas manadas de reindeer (reno del norte) salvajes de Europa.
Ubicado a 1200 metros sobre el nivel del mar, fue el punto escogido por la Fundación Reno Salvaje para situar el pabellón, que con sus escasos 90 m2, sirve de centro educativo a la vez que de observatorio para los senderistas y aventureros que pasean por la zona.
La siguiente parada fue el famoso Museo Hedmark, una de las principales obras del arquitecto y premio Pritzker (1997) Sverre Fehn. El edificio, una intervención sobre unas ruinas del siglo XIII, es una obra maestra de puesta en valor e intervención patrimonial.
Con una radicalidad y correspondencia sorprendente, la obra traza una circulación elevada, una plataforma de pasarelas y recintos en hormigón armado, que definen espacios de muestra museográfica, además de brindar reconocimiento al suelo y muros de la ruina existente.
Así, el grupo viajero llegó a su destino final: el Edificio de la Opera de Oslo, de la oficina de arquitectura Snøhetta, inaugurado en 2008.
Inspirado en la geografía boreal de glaciares y hielos de esta parte de Europa, el edificio es el centro cultural y urbano de la capital de Noruega. Contiene una sala de auditorio para más de 1300 personas, planteándose como un espacio abierto de suelo urbano y dando cuenta de la gran importancia del acceso a la naturaleza para la cultura noruega.
Créditos: Redacción Madera21
Fotos: Oficina Snøhetta y dezeen.com
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