31 de Agosto, 2023
Un puente peatonal que combina una armadura de acero y madera cortada con CNC, convirtiéndose en un ejemplo de urbanismo “plug-and-play”.
El diseñador Volkan Alkanoglu, con sede en Oregón, completa un puente peatonal orgánico y ondulado denominado “deriva”.
La construcción de madera y acero se fabricó fuera del sitio y se instaló en tan solo unas horas en Fort Worth, Texas. Esta hazaña marca un ejemplo innovador de urbanismo plug-and-play, una estrategia emergente de diseño sostenible y asequible que propone construir elementos de infraestructura fuera del sitio y colocarlos en su lugar.
La “deriva” se encuentra en la intersección del arte público, el diseño cívico, la arquitectura y la infraestructura. Es un proyecto de sitio específico impulsado por la comunidad que une una división física (un arroyo) entre dos mitades de un vecindario. Al mismo tiempo, las técnicas de fabricación e instalación empleadas se pueden aplicar a una amplia gama de comunidades y casos de uso.
En el diseño del puente peatonal “deriva”, Volkan Alkanoglu se inspiró en el sitio de Westcreek y sus alrededores inmediatos. El lecho del arroyo sobre el que se extiende el puente cambia estacionalmente de un recipiente para el agua que fluye a un recipiente seco lleno de madera flotante. Este proceso de transformación, y la madera flotante sobrante, impulsaron la paleta de materiales y la forma del puente.
Las modernas casas estilo rancho de mediados de siglo que llenan los vecindarios a ambos lados del arroyo también ofrecieron forraje. Al trazar una línea entre el puente y la estructura del vecindario, Volkan Alkanoglu recurrió a innovaciones de madera contrachapada moldeada, como la férula para piernas de Ray y Charles Eames, fabricada en la misma época que las casas.
El puente resultante de Volkan Alkanoglu, de 62 pies de largo, se asemeja a una rama suave y curva de madera flotante, formando un arco sobre el arroyo y uniendo el vecindario. Al mismo tiempo, recuerda el casco de un barco, con un vientre convexo y un casco cóncavo que contiene un camino, bancos y barandillas. Todos estos elementos están integrados en una forma única y fluida, donde las ondulaciones y curvas irregulares están diseñadas para sentarse y apoyarse.
Si bien Alkanoglu originalmente imaginó fabricar el puente “a la deriva” únicamente con madera contralaminada, las limitaciones presupuestarias alentaron una estrategia diferente pero igualmente innovadora. Siguiendo el ejemplo de las técnicas de construcción naval, él y un equipo de ingenieros comenzaron con una armadura de acero, pero se alejaron de la tradición al revestirla con tablones de madera cortados con CNC y fresados por volteo, un producto de diseño computacional. De esta manera, cada tabla se corta a medida y luego se lamina en una forma grande, volumétrica y ondulada.
Publicado originalmente en DesignBoom.com
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