Artista chileno prepara una escultura humana de más de seis metros con madera y mosaicos

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David Cofré se encuentra trabajando en “El sueño de la madera”, una escultura que emula a una figura humana caminante que invita a ver la madera desde una perspectiva artística, emocional y natural. La iniciativa estará disponible para el público durante la Semana de la Madera 2023. 

La infancia de David Cofré (@cofredelarte) estuvo marcada por sus aproximaciones al arte y la creatividad. Y ahora de adulto, siempre la recuerda desde la curiosidad, la invención y la manualidad, abasteciéndose de los recursos caseros que iba encontrando para elaborar sus propias estructuras, muestras y volúmenes. Pero otra cosa que caracterizó la primera parte de su vida fue su lazo con la naturaleza, especialmente con los árboles, los cuales solía trepar hasta lo más alto que pudiera. 

Esos ascensos por el tronco y la acomodación entre las ramas es algo que hoy no olvida, mientras prepara una escultura de madera, de casi seis metros de largo, con la que de cierta forma rememora esas escaladas que lo hacían feliz. Solo que ahora este artista visual ocupa andamios y escaleras, sierras y una mentalidad ensambladora, para dar con esta obra que presentará en la próxima edición de la Semana de la Madera.  

Lo suyo se trata de una figura humana femenina que simula un movimiento caminante, cuya marcha se realiza “a ciegas”, con los ojos cerrados. Está hecha completamente en madera, con terciados de ocho milímetros de CMPC y retazos de 2×2 metros, donde la gran mayoría se reparte entre trozos ensamblados como un mosaico, los que son cortados con una sierra ingletadora. 

El interior de su estructura no es hueca, sino que está llena de madera, lo que para Cofré “es raro, porque cuando se ven esculturas así, comúnmente, se cree que es una estructura vacía y forrada. Pero no, hice un esqueleto en su interior al que fui sumando palos y más palos. Debajo de esta giganta hay muchas capas más que las que vemos por fuera”. 

“El sueño de la madera”, como bautizó a esta obra, se suma a una serie de iniciativas madereras elaboradas por este escultor chileno. Uno que si bien no suele encasillarse en un componente en específico, ni tampoco lleva una estadística de los que ocupa, asegura que la madera es parte de los elementos más predominantes de su catálogo. Propuestas de estos mismos tamaños son “El arca de Noé” (2006) y “Caballo de Troya” (2007), realizadas con quillay y litre, y entre las más recientes “Nido” (2016), con ramas de nogal. 

¿Pero de dónde surge la iniciativa de reflejar la imagen de una mujer que transita sin mirar? “La motivación detrás de esto es el caminar a ciegas. Una metáfora de algo que hoy nadie hace. ¿Por qué hacerlo? Porque implica un desafío a confiar. El arte busca puentes y relaciones desde la confianza, pero eso solo se puede establecer desde la paz”. 

Continúa. “La metáfora de la mujer apunta a eso mismo: a confiar en la naturaleza y en la madera. Algo que para mí siempre lo he visto desde la mujer, porque lo femenino tiene que ver con lo integral. Y la madera es el tronco de la madre naturaleza, cosa que nunca se habla mucho, o menos que otros temas ligados a la producción y utilización de la misma”. 

Este último punto es crucial para hallar el inicio de la historia que vincula al artista con el evento organizado por Madera21. Todo comenzó cuando él vio una publicidad de la Semana de la Madera, viendo con interés la idea de explotar una mirada artística desde este recurso noble y renovable. “Pensé ofrecer algo que se alejara un poco de la mirada industrial de la madera. Me quedé con la idea de realizar una, hasta que se presentó la oportunidad de la nada, tal como a veces deseas comer helado y de repente aparece una heladería en la esquina”. 

Y es que para Cofré, el arte despierta otra lectura de las cosas. “Obviamente, con el material al que le estoy dando protagonismo, ¿estoy hablando de la madera a través de la escultura, o de la escultura por medio de la madera? Cada uno lo elegirá y es lo que encuentro más interesante de ese diálogo: que se transforma, como la madera. El material es interesante en ese sentido, ya que es biosustentable y vuelve a la tierra para incluirse en el ciclo natural, y al mismo tiempo, no deja de ser carbono como todos nosotros”. 

Un aspecto que seguramente llamará la atención de quienes conozcan la escultura en la  Semana de la Madera serán los mosaicos que componen la anatomía de la gigante, los que se pueden pensar libres y azarosos en su dimensiones, pero los que según Cofré no lo son. Cada pieza que está al parecer puesta como una casualidad, está exactamente dibujada para tener ese tamaño y esa congruencia en su diseño. Un trabajo que lo asemeja a lo que dijo el pintor y más grande estandarte del expresionismo abstracto, Jackson Pollock (1912-1956), quien una vez afirmó que él sabía exactamente dónde estaba cada una de las millones de gotas de pintura de sus creaciones. 

“En mi escultura, la madera, aunque parezca aleatoria, tiene una coherencia como la que dijo Pollock, que para el sentido común y mortal es medio absurdo. ¿Cómo va a saber dónde está cada gota? Hay que entenderlo en su contexto, porque en el ejercicio plástico sí existe ese control. No es un saber racional, donde se localiza exactamente cada gota o cuántas son. Se trata que en el ritmo energético, en la expresión misma, que se tiene en cuenta eso”. 

“Estamos hablando de un elemento que da vida y que tiene un impacto vital en el ser humano como material, pero no solo en eso, porque en mi caso tengo que darle un valor. La creación lleva consigo un mensaje o una información que es más que lo utilitario, que tiene que ver con lo energético, lo espiritual, con la divinidad, con la creatividad, con la infancia”, agrega. 

– ¿Qué te brinda la madera como artista?

– La madera tiene esto de que se puede deshacer naturalmente para luego volver, y hace rato que sabemos que se pueden hacer cosas con ella a gran escala. Es un material noble, orgánico, vital en el tema de la naturaleza, porque si bien hay ejemplares muy antiguos, en general suele renovarse. Y lo otro importante de la madera es que viene del árbol. Y para mí eso es una gran construcción imaginaria y simbólica, pero también real. Esa figura representa mil cosas. 

–¿Qué pueden esperar los visitantes de la Semana de la Madera con esta obra en particular?

– De seguro los que más se van a impresionar son los niños, al ver esta gigante en movimiento. Y probablemente provoque ser amigables y entrar en más armonía con este recurso, cuando por veces lo hacemos desde términos más duros, ya sea de manera industrial o de producción. Una conversación que es mucho más práctica, pero que también debe estar con esta propuesta más lúdica y creativa, proporcionando otro espacio de lectura y como punto de inflexión para entretenerse y jugar con la sugerencia de algo que muchas veces parece más serio. 

Escrito por Marcelo Salazar Medina
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