Fomentar la innovación y la creatividad dentro de la política habitacional, aportando con propuestas arquitectónicas que ayuden a abordar los desafíos de la vivienda rural, es uno de los desafíos y aportes del Concurso Vivienda Rural, organizado por la Secretaría Regional de Vivienda y Urbanismo del Biobío, que en su versión 2023 premió a estudiantes de arquitectura de la Universidad del Bío Bío y San Sebastián.
Aportar con viviendas rurales adaptadas a las condiciones del sector donde se emplazan, sustentables y amigables con el medio ambiente, son parte de las características del Concurso Vivienda Rural, que en su cuarta versión incorporó el enfoque de género.
Las tres propuestas ganadoras, en manos de estudiantes de arquitectura de la Universidad del Bío Bío, con el 1er y 2do lugar y San Sebastián, con el 3er lugar, integrarán un banco de anteproyectos que podrán ser desarrollados y postulados a llamados de la política habitacional del Minvu.
“Pensar la arquitectura de manera colectiva y vinculante, tanto con el mundo académico como el privado y público, nos dio nociones de nuestro futuro laboral y esperanzas para seguir diseñando un país en conjunto. Estamos agradecidos por la instancia, así como el tremendo esfuerzo de la Escuela de Arquitectura de la Universidad del Bío Bío por seguir impulsando la participación de los y las estudiantes”, con estas palabras Clemente Barría, M. Alejandra De La Fuente, Eliana Fuenzalida y Antonia Rioseco, coronan el primer lugar del Concurso Vivienda Rural 2023, con su proyecto “Casa Lumbre”.
Como cada año Madera21 participó como patrocinador del concurso, junto a la CChC, el Colegio de Arquitectos sede Concepción y Fundación Superación Pobreza, acompañando a los auspiciadores, CORMA e INFOR. “Patrocinar un concurso que tiene como objetivo mejorar las condiciones de vida en comunidades rurales de nuestro país pone de manifiesto nuestro compromiso con la innovación, la sostenibilidad y la formación de nuevas generaciones de profesionales con una mirada amplia, tanto en diseño como responsabilidad a nivel social”, sostuvo la gerente de Madera21, Carolina Hurtado.
Proyecto Casa Lumbre
Casa Lumbre es un proyecto arquitectónico diseñado para la comuna de Nacimiento, por un grupo de estudiantes de 3er año de Arquitectura de la Universidad del Bío Bío, que describen su experiencia así: “Fue un gran desafío trabajar con sistemas industrializados en madera, el trabajo fue meticuloso, pero increíblemente interesante al poder relacionarlo con otros materiales vernáculos del territorio”. Sostienen que debieron aplicar “sistemas constructivos híbridos innovadores que normalmente no estamos acostumbrados a utilizar”.
Eliana, Clemente, María Alejandra y Antonia valoran la posibilidad de hacer trabajo en terreno, visitando el lugar de emplazamiento del proyecto de vivienda, así como las conversaciones con las familias del lugar. Ello en concordancia con uno de los mandatos del concurso que pide diseños arquitectónicos pertinentes con la forma de vida de las familias del sector escogido, además de adaptación al clima y la geomorfología del lugar.
Así, Casa Lumbre, responde “a un modo de habitar disgregado y dinámico, dotando a la vivienda de espacios tanto residenciales como productivos, vinculados a través de espacios intermedios versátiles, adaptándose al terreno mediante la extensión de elementos configurando el entorno”, afirman los estudiantes de arquitectura.
“Los espacios clave de permanencia residencial se potenciaron a través de una lucarna, y un espacio cocina-fogón productivo en el que se trabajó una celosía de madera subrayando la importancia de la luminosidad en la atmósfera general – señala el grupo ganador – . La Casa fue diseñada en Quincha liviana húmeda, sistema constructivo vernáculo, que combina la levedad de la madera y la solidez de la tierra”.
¿Quiénes se adjudicaron los tres primeros lugares del concurso?
El Concurso Vivienda Rural, que vincula la política habitacional del MINVU y su función pública con el trabajo de la academia, incentivó a estudiantes de distintas universidades de la carrera de Arquitectura a diseñar viviendas en sistemas industrializados en madera y materiales vernáculos. Fue así cómo 12 jóvenes fueron distinguidos en los tres primeros lugares, por las razones que se describen a continuación:
Primer lugar: Proyecto “Casa Lumbre” – Nacimiento, Universidad del Bío Bío.
Equipo: Clemente Barría Trebilcock, M. Alejandra De La Fuente Villanueva, Eliana Fuenzalida Arriagada y Antonia Rioseco Maldonado.
La propuesta logra distribuir de manera muy adecuada los espacios destinados al habitar, al trabajo y los espacios exteriores, utilizando un sistema constructivo certificado para ser utilizado en vivienda social, como es la quincha liviana.
Segundo lugar: Proyecto “Casa Progresiva” – Santa Juana, Universidad del Bío Bío.
Equipo: Bastián Alvarado Martínez, Constanza Hidalgo Álvarez, Arnaldo Enrique Reveco Sepúlveda y Uranía Umanzor Tófalos.
Conjuga los espacios en un diseño que se puede ampliar, considerando las actividades productivas propias de las zonas rurales.
Tercer lugar: Proyecto “Casa Anillo” – Nacimiento y Santa Juana. Universidad San Sebastián de Concepción.
Equipo: Fernando Illanes Jaña, Vicente Villagrán Garrido, Nicolás Tapia Cifuentes, Joaquín Carrasco Valenzuela.
Responde a la escasez de agua tan común dentro de los territorios rurales de la región del Biobío, proponiendo un sistema para su recolección y reutilización.
Exigencias para los proyectos en concurso
La vivienda debía contener elementos arquitectónicos presentes en el territorio donde se proponía construir: zonas rurales o urbanas menores de cinco mil habitantes, en las comunas de Antuco, Alto Biobío, Yumbel, Florida, Contulmo y Tirúa; pertinencia con la forma de vida de las familias del sector escogido, además de adaptación al clima y la geomorfología del lugar. Finalmente, ajustarse al Cuadro Normativo resumido del DS10, incorporando enfoque de género.
Además, debía tener una superficie mínima de 45m2 con un límite de 60 m2, incluyendo una ampliación, con 3 dormitorios, baño, cocina, sala-comedor y un recinto complementario como un taller o bodega.
