Proyecto INFOR: Impacto positivo en el bosque nativo desde la innovación en el diseño

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“Innovando en el diseño de uso doméstico de maderas de bosque de roble, raulí, coihue de las regiones de La Araucanía y Los Ríos” es un proyecto de innovación, que busca generar impacto positivo en el manejo del bosque nativo y todo su encadenamiento productivo, desde el diseño. ¿Cómo? Agregando valor a la madera que usualmente se usa para leña convirtiéndola en atractivos paneles y celosías.

Siete paneles y dos celosías, cada uno con un detallado catálogo de producción, que incluye el diseño, cómo montarlos y los códigos para la programación en equipos CNC. Fichas con las propiedades físico mecánicas de la madera nativa para arquitectos, ingenieros y constructores, interesados en incorporar la madera nativa a sus proyectos y un libro que cuenta cómo se hace uso del bosque nativo en forma sostenible hasta llegar al producto final, estarán a libre disposición a partir de junio para incentivar y promover el procesamiento de trozas de bosques de roble, raulí y coihue, que actualmente se destinan a leña de las regiones de La Araucanía y Los Ríos.

Todo lo anterior es resultado de un proyecto que comenzó en marzo de 2022 y que ha sido ejecutado por INFOR, con el apoyo de la Facultad de Arquitectura y Artes de la Universidad Austral y en colaboración con el Laboratorio de Maderas MadLab de la Universidad Autónoma de Temuco. El respaldo corresponde al Fondo de Investigación del Bosque Nativo de CONAF.

Madera21 conversó con el equipo que desarrolló el proyecto, su directora la arquitecta y doctora en Ciencias Forestales Universidad Austral de Chile, Alejandra Schueftan (UACH – INFOR), la co-directora, ingeniera forestal Marjorie Martin (INFOR) y el investigador, ingeniero forestal Carlos Büchner (INFOR), quienes nos dieron detalles del desarrollo y objetivos del trabajo que será publicado en junio de este año.

Objetivos del proyecto

El proyecto propone que, al introducir diseño en maderas actualmente subutilizadas, se pueden crear productos altamente valorados por el sector de arquitectura y construcción. Esto no solo mejora la apreciación de la materia prima en sí, sino que también eleva el valor de los bosques de roble, raulí y coihue en las regiones de la Araucanía y Los Ríos.

Con la premisa que “desde la innovación en el diseño podemos generar un aumento del manejo sustentable en el bosque nativo”, la directora del proyecto nos plantea la gran diferencia de este trabajo versus lo que se realiza normalmente. “Desde el diseño vamos a generar el tiraje de toda la cadena, hasta llegar a un impacto positivo en el bosque. Estamos mirando la cadena completa y en general, los proyectos abordan por parte”, dice.

En este sentido se identificaron también las brechas y propuestas de mejoras en la cadena de producción, nos cuenta la co-directora del proyecto y “todos los resultados serán públicos cuando entreguemos el informe final. Con los diseños, la forma de prepararlas y armarlos. Son todos prototipos desarrollados en los laboratorios de la universidad”. Y complementa Carlos “la información del proyecto quedará cargada en una página web”.

La génesis del proyecto

“La madera de roble, raulí, coihue que se va al aserradero tiene que tener dimensiones de largos y diámetros específicos, rectitud, cero pudriciones y el árbol se corta, según estas características. Entonces quedan piezas cortas o con deformidad, que no van hacia el aserradero y se venden como metro ruma para la leña de calefacción de casas y calderas”, señala Marjorie y continúa, “así postulamos a este proyecto de fondo de investigación de CONAF para darle una salida alternativa a ese producto de madera aserrada que hoy no la tiene”.

En marzo de 2022 se concretó la alianza entre las distintas entidades involucradas en el desarrollo de la innovación, con estos tres investigadores haciendo equipo desde sus distintos conocimientos y habilidades. La tarea comenzó analizando los recursos de dos regiones particularmente ricas en biodiversidad y potencial industrial: La Araucanía y Los Ríos. Su objetivo era estudiar la composición del bosque y analizar el nivel de tecnología presente en la industria local. “Cómo es la materia prima, la industria y qué necesidades hay desde el diseño y la construcción”, señala Alejandra respecto de la primera etapa del proyecto, basada en la investigación.

A través de encuestas y mesas de trabajo con arquitectos, diseñadores, constructoras e inmobiliarias se definieron los productos que suscitaban mayor interés y necesidad para el rubro, siempre acorde a las características de la materia prima propuesta: madera corta, delgada y nativa. Con los datos recopilados y el conocimiento adquirido, comenzaron a esbozar los pre diseños, adaptándolos cuidadosamente a las necesidades específicas y reales del mercado local.

El diseño

“Generalmente se piensa que la madera nativa sólo se puede utilizar para usos estructurales y hay otras posibilidades para usos en la construcción, pero eso requiere innovar en el diseño para poder darle un uso interesante”, nos cuenta Alejandra.

Junto a MadLab se trabajó en los diseños. Marjorie nos relata que “las piezas cortas de madera nativa se panelizaron igual a como hoy se paneliza el pino. Roble, raulí, coihue, que tienen distintos colores. Pedazos con pudrición, con nudos. Con madera que se desecharía se armaron estos paneles que son de uno por un metro y que, puestos en conjunto, tienen cierto diseño”. Son nueve prototipos: dos de celosías y siete de paneles decorativos, cuyos diseños son intercambiables, considerando un fácil montaje en muros.

“Aquí recalcamos las propiedades naturales de nuestra madera. Lo que se espera es que, como madera natural, trabaje, absorba humedad, se seque. Entonces este movimiento que puede tener la madera a lo largo del año es parte del diseño. Hay cierto espaciamiento entre las tablas, entonces uno sabe que la madera va a jugar y eso es parte del diseño”, finaliza Marjorie.

Manejo sustentable del bosque nativo

“Hay una creencia que el bosque nativo no hay que tocarlo”, dice Alejandra y nos explica que la realidad en Chile es que muchos de estos bosques se encuentran en manos de pequeños propietarios, que carecen de alternativas económicas viables. Esto conduce a que el bosque sea utilizado de manera poco sostenible, ya sea para la obtención de leña o para el pastoreo de animales, lo que resulta en su degradación.

Paradójicamente, continúa, “el hecho de no hacer nada con el bosque termina generando un impacto negativo. Al contrario, haciendo un manejo sustentable, te aseguras que mantienes las características de ese bosque en el tiempo y permites un uso racional de los recursos que ofrece. Esto de ponerle candado al bosque, no siempre es el mejor camino”.

Para Marjorie la premisa es clara “mientras más valor tenga el patrimonio del propietario, más lo cuidará. Hoy la leña se vende, pero esta iniciativa podría ser un mejor negocio”. Además, este enfoque planteado en el proyecto del INFOR, no solo beneficia al propietario del bosque, sino que también tiene un impacto positivo en la economía local. Al desarrollar industrias forestales más diversificadas y sofisticadas en estas regiones, se crea una fuente de empleo y desarrollo económico directamente vinculada al entorno rural. Se podría decir que este proyecto es un “ganar, ganar”.

 

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