Wild Futures es un nuevo prototipo de vivienda para preservar y restaurar las comunidades de polinizadores en un contexto urbano en Sídney. Dirigido por Rafael Luna de PRAUD con el Laboratorio de Infraarquitectura y alineado con la Estrategia Ambiental de Sídney 2021-2025, el objetivo es probar y demostrar cómo la arquitectura puede contribuir a proteger la biodiversidad sensible.
La estrategia del equipo consiste en diseñar una ecologización urbana dirigida a especies autóctonas que florezcan y que dicte la tectónica de los sistemas arquitectónicos, abordando la biodiversidad que puede estar deteriorándose en medio de una rápida urbanización. El resultado es una casa de madera que sirve como una torre de especies autóctonas que florezcan y atraigan a abejas, mariposas, insectos y pájaros urbanos para formar un nuevo nodo en su red de polinización.
El laboratorio de infraarquitectura crea futuros salvajes a partir de madera contrachapada
En medio del crecimiento urbano constante, la agricultura intensiva y los cambios en el uso de la tierra, la población de polinizadores silvestres está amenazada de extinción, lo que podría tener ramificaciones devastadoras para la producción de alimentos que afectarán tanto a la vida silvestre como a los humanos. Debido al agotamiento de los ecosistemas naturales de polinizadores, la población de abejas se ha reducido drásticamente año tras año. El propósito de Wild Future es, por lo tanto, estudiar los hábitats urbanos que promueven ecologías de polinizadores en simbiosis con humanos dentro de la ciudad de Sydney.
El proyecto nació de una colaboración entre ciencia y arquitectura por parte del equipo de The Infra-Architecture Lab con la guía de la Dra. Yvonne Davila, especialista en ecología de polinizadores en UTS. La ciencia dictó los parámetros de lo que se convertiría en una ornamentación performativa como la que se ve en los hoteles para abejas que también funcionan como elementos estructurales. La madera contrachapada de 19 mm da forma a la estructura, cortada con un CNC para crear juntas de madera y minimizar el uso de desechos o material adicional. Las piezas se ensamblan, se pegan y se pintan con sellador de madera para protegerlas de la intemperie, mientras que las vigas de las jardineras se tratan con una capa adicional como una membrana de goma para proteger la madera contrachapada del suelo y el agua. El objetivo es probar un método de construcción asequible que adopte la biodiversidad como la forma de construir un nuevo futuro sostenible y equitativo.
